Aritz Recalde, octubre de 2012
“Si se quiere salvaguardar la Nación que hemos recibido y
seguir adelante en el proceso de preservarla y depurarla, o se usa la política
de la fuerza, o bien se elabora la fuerza necesaria para respaldar una política”. Juan Perón
Desde el año 2003, el país atraviesa un
profundo proceso de transformación de su modelo de desarrollo. El objetivo es
alcanzar la segunda independencia nacional. La primera, fue ejecutada por
intermedio de las guerras anticoloniales y consolidó la libertad política del
país. La segunda independencia, incluye el desenvolvimiento pleno de los
factores productivos, emancipando social y culturalmente al pueblo.
Frente a los importantes cambios iniciados,
la oligarquía, los monopolios, la derecha política y los representantes del
imperialismo, reaccionan con virulencia. En particular, los grupos
retardatarios se oponen a seis cambios estructurales que impulsa el kirchnerismo
y que son:
·
El
desarrollo del proyecto industrialista.
·
La
nacionalización del petróleo.
·
La
regulación y nacionalización del sistema financiero.
·
La
apropiación social de la renta agraria.
·
La
aplicación de una política exterior independiente.
·
La
promoción de la justicia social.
Frente al cambio del modelo de desarrollo
impulsado desde el 2003, los opositores aplican un conjunto de medidas. Dado
que el proyecto nacional es exitoso en términos sociales, la derecha está
carente de caudal electoral e impulsa en su lugar, acciones centralmente mediáticas,
antidemocráticas y destituyentes. La oposición neoliberal articula sus acciones
a partir de:
·
La
desestabilización económica[1].
·
La
batalla cultural[2].
·
La
oposición judicial.
·
La
desestabilización política[3].
Al poseer capital económico, la derecha adquiere
poder cultural e influencia judicial. Con estos tres elementos, impulsa la
desestabilización política influyendo sobre dirigentes, sobre organizaciones o en
las fuerzas de seguridad. Su objetivo está centrado en sostener:
·
El
modelo agrario exportador y el financiero especulador.
·
La
administración privada y extranjera de los recursos naturales.
·
La
fuga de capitales y la especulación financiera.
·
La
concentración de la renta agraria en pocas manos, impidiendo la planificación social
y pública de la producción de alimentos.
·
La
dependencia a los Estados Unidos y a Europa.
·
La
desigualdad social.
Es bueno remarcar, que los golpes de Estado
de 1930, de 1955, de 1966 y de 1976, se originaron a partir de que los grupos
concentrados internos y externos, se opusieron a alguno de los cambios
estructurales mencionados. A partir de acá, no es exagerado plantear que la
disputa de poder en la actualidad, va a estar atravesada por acciones
culturales, judiciales y políticas antidemocráticas y destituyentes[4].
Desarrollo
del proyecto industrialista
“El
progreso económico dependerá exclusivamente de nuestro propio esfuerzo”. Juan Perón
La tarea de la reindustrialización del país, es
el eje fundamental de la política económica iniciada en 2003. A partir de la
recuperación de nuestra estructura económica, se organiza la soberanía de las
decisiones políticas de la Argentina frente al resto del mundo. La solvencia y la
sustentabilidad económica, son un medio infranqueable para garantizar la
justicia social.
Durante el siglo XIX y a partir de la caída
de Rosas[5],
la aplicación del libre comercio ha sido causal de diversas intervenciones
políticas tendientes a impedir el desenvolvimiento independiente de la economía.
La dictadura iniciada en el año 1976, tuvo
como función primordial impedir el desarrollo industrial de la Argentina. En su
lugar, se impulsó la especulación financiera y el modelo agroexportador.
En el siglo XXI y de la mima manera que en el
XIX y el XX, la oligarquía y los sectores financieros, se van a oponer
férreamente a toda posibilidad de consolidación del modelo de desarrollo
industrialista.
Nacionalización
del petróleo
“De dos
fuentes proviene el crecimiento económico de los países más avanzados. Por un
lado, de sus propios recursos tecnológicos y acumulación de capital. Por el
otro, del acceso a las riquezas y el trabajo de los países colonizados”. Juan Perón
Gran parte de las guerras y conflictos
geopolíticos actuales, se relacionan a la adquisición de los recursos naturales
y en especial, a la posesión del petróleo.
La Argentina no está exenta de ésta lucha por
la apropiación de la energía. Uno de los causales de la caída de Yrigoyen fue
la promulgación de una ley de nacionalización de los hidrocarburos[6].
Tras la salida de Perón, el capital extranjero norteamericano se apoderó de
buena parte de nuestras riquezas petroleras.
La expropiación de YPF ejecutada por el
gobierno, le da a la comunidad nacional viabilidad y sustentabilidad energética.
Asimismo, implica una refundación del poder nacional, dotando a la clase
política argentina de un recurso estratégico a nivel planetario.
Las corporaciones transnacionales y los
gobiernos del imperialismo, van a intentar impedir por todos los medios, la
nacionalización del petróleo y la utilización pública y social del recurso.
Regulación
y nacionalización del sistema financiero
“Hay
sectores internos cuyos objetivos coinciden con los de los imperialismos.
Obviamente, la capacidad de decisión de estos sectores debe ser debilitada o
anulada”.
Juan Perón
Desde la creación del Banco Central de la
república argentina en 1935, el liberalismo ha sostenido una férrea defensa de
sus intereses financieros a partir de promover la supuesta “independencia” del
organismo. El Banco es autónomo de la democracia de masas, para servir en su
lugar, a los grupos concentrados extranjeros. Dicha conceptualización permitió
a los sectores financieros y al imperialismo, administrar los recursos fruto
del trabajo del país en beneficio propio.
Tras la caída de Perón en el año 1955, el
país ingresó al Fondo Monetario Internacional. El balance de la intervención del
organismo en la política económica y financiera fue catastrófico. Saquearon los
ahorros de los trabajadores (corralito y fuga de capitales), destruyeron la
economía y condujeron al país a la más profunda crisis social de la que se
tenga memoria.
Para revertir éste comportamiento, el
gobierno nacional recuperó los fondos de las jubilaciones, reformó la Carta
Orgánica del Banco Central y posicionó a los bancos públicos en el mercado. En
este marco, renegoció la deuda externa y está impulsando una política activa de
control de cambios y de regulación de compra de divisas.
Los poderosos sectores financieros que actúan
en el país y en el extranjero, ejecutan una tarea permanente de hostigamiento
al gobierno.
Apropiación
social de la renta agraria
“Ningún
país es verdaderamente libre si no ejerce plenamente el poder de decisión sobre
la explotación, uso y comercialización de sus recursos y sobre el empleo de sus
factores productivos”.
Juan Perón
“La
tierra no es básicamente un bien de renta, sino un bien de trabajo”. Juan Perón
La oligarquía argentina ha resistido a lo
largo de su historia, a todos los intentos de democratización de la renta
agraria. Tal es así, que la Sociedad Rural Argentina participó activamente en
la promoción de los diferentes golpes de Estado.
La última muestra del poder de los sectores
agroexportadores, fue efectuada en el año 2008 en el marco del debate por las
retenciones móviles.
Con la finalidad de evitar la democratización
de la renta agraria, la oligarquía argentina está impulsando una batalla
comercial, cultural y política permanente contra el gobierno.
Política
exterior independiente
“Latinoamérica
es de los latinoamericanos. Tenemos una historia tras de nosotros. La historia
del futuro no nos perdonaría el haber dejado de ser fieles a ella”. Juan Perón
Los diversos intentos de aplicar una política
exterior independiente, fueron enfrentados con virulencia por el imperialismo y
sus aliados locales.
Una de las manifestaciones más claras de
dicha resistencia, se ejerció durante el gobierno de Perón que intentó
organizar la Tercera Posición en las relaciones exteriores. El golpe de Estado
que lo derrocó en el año 1955, impulsó la inserción dependiente a la
geopolítica de los Estados Unidos, cuestión que fue profundizada a partir del
año 1976. La búsqueda de una posición independiente en las relaciones
exteriores, le valió la acusación de ser comunista o fascista.
Actualmente el gobierno nacional impulsa una
política multilateral de diversificación de nuestras relaciones exteriores. El
eje del programa se centra en la unidad de Latinoamérica y en la búsqueda de
nuevos mercados en diversos continentes. El protagonismo del país en el
Mercosur, la UNASUR o el G20, son expresiones de la refundación de nuestra
política exterior.
Frente a ello, los grandes imperios actúan
activamente para impedir la integración regional del continente y para cercenar
las vinculaciones del país con China, Rusia o las naciones del África.
La
promoción de la Justicia social
“La
verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere
y defiendo un solo interés: el pueblo”. Juan
Perón
La lucha por la apropiación de la riqueza
atraviesa la historia nacional. Frente a los avances en la distribución, por
más leves que hayan sido, la derecha reaccionó violentamente. Tal es así, que
se proyectaron diversos tipos de represión y de censura contra los trabajadores.
La decisión del gobierno de favorecer las
paritarias, los aumentos jubilatorios o la asignación universidad por hijo, es
una declaración de guerra a los poderosos y a la oligarquía que se resisten a
perder privilegios.
[2] En particular, desde
el oligopolio Clarín y desde La Nación. La derecha actúa de manera mancomunada
con toda la cadena de medios de comunicación regional. La acción cultural
opositora incluye a los medios de comunicación de la derecha y a otras
herramientas culturales, como son los portales del estilo YAHOO, HOTMAIL o
YOUTUBE.
[3][3] Se trata de crear una
sensación de desgobierno, repitiendo el esquema del año 1975. Con esa
finalidad, agitan las oposiciones de izquierda, los intereses sectoriales del
sindicalismo, la inestabilidad emocional de los sectores medios, los resabios represivos
y se incluyen operaciones sobre las fuerzas armadas y de seguridad.
[4] Los modelos posibles
de la asonada destituyente pueden repetir la dinámica del intento de golpe de
Estado de Venezuela (2002); golpe de Estado sobre Zelaya de Honduras (2009); el
levantamiento de las fuerzas policiales en Ecuador (2010) o la destitución por golpe parlamentario, de Lugo
en Paraguay (2012).
[5] Las guerras del
imperio británico por los mercados se iniciaron militarmente con las invasiones
de 1806. Se continuaron en la batalla de
obligado de 1845 que buscó desandar el proteccionismo de la Ley de Aduanas de
1835. La Guerra del Paraguay fue una de las acciones militares apoyadas por el
imperio inglés con la finalidad de destruir la economía más importante de Sudamérica,
impidiendo su desarrollo industrialista independiente.
[6] El
proyecto se aprobó en la Cámara de diputados.
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