domingo, 18 de abril de 2021

Los tres desafíos del Movimiento Obrero Argentino

 Aritz Recalde para la Revista de la Seccional Trenque Lauquen de Atilra


El Movimiento Obrero argentino tiene desafíos gremiales, históricos y políticos.

 

1-     Desafíos gremiales

La recomposición del salario

Los trabajadores deben recuperar el poder adquisitivo del salario. Ya hace varios años que la inflación está por arriba de las paritarias y se produjo un deterioro general de los ingresos familiares. En no poco casos además, el impuesto a las ganancias congeló los aumentos acordados. Se calcula que en los últimos cuatro años la pérdida de poder adquisitivo fue, en promedio, de un -15/20%.

En el año 2020 la mayoría de las paritarias cerraron en una cifra cercana al 30%: por debajo quedaron universitarios (24%), personal doméstico (28%) y por arriba bancarios (34%) y metalúrgicos (39%). La inflación calculada por el INDEC entre enero 2020 y 2021 acumuló un 38,5%. El IPC de San Luis evaluó que la inflación del mismo período fue superior al 44%. El deterioro de los salarios reales es más grande entre los trabajadores de ingresos medios y bajos, ya que la mayor parte de su dinero se destina al consumo de los productos que tuvieron la inflación más alta. En el año 2020 y según el INDEC, los mayores aumentos de precios se dieron en alimentos y bebidas (42,3%), vestido y calzado (60,5%), equipamiento del hogar (43,6%), transporte (38,4%) y salud (35,7%). 

Debe quedar claro, que nos todos pierden en la Argentina contemporánea. Durante los últimos años los bancos y los grandes grupos económicos aumentaron su rentabilidad y fueron los trabajadores y los pequeños productores los principales perjudicados. Se estima, que en el año 2020 en el contexto de la pandemia cerraron 40 mil PYMES y 90 mil comercios. Al mismo tiempo que se empobreció el sector de la producción y del trabajo, el Estado les pagó a los bancos y a los sectores financieros 15.000 millones de dólares de intereses (todo lo recaudado en concepto de IVA en un año).


La justicia social: vivienda, salud y educación

El Movimiento Obrero Organizado debe ser el promotor y el garante de los derechos básicos e irrenunciables a la vivienda, la salud de calidad y la educación.

La dificultad de acceso a la vivienda en la Argentina es un problema estructural y se estima que en el país el déficit habitacional es superior a 3,6 millones de viviendas (2 millones de casas deficitarias y hay que construir más de 1,6 millones). El mercado inmobiliario está dolarizado en un país caracterizado por la volatilidad del peso y por las frecuentes devaluaciones. El salario mínimo en el país ronda los 150 dólares[1] ($ 21.600), el piso salarial de un maestro es de 215 dólares ($ 31.000) y un becario del CONICET no supera los 360 dólares mensuales ($ 51.000). En el área metropolitana de Buenos Aires si bien los precios varían, es muy difícil comprar un departamento de uno o dos ambientes por menos de 80 a 120 mil dólares. Con esos salarios los trabajadores no pueden ahorrar y tampoco acceder a los créditos hipotecarios y se ven obligados a alquilar. Los alquileres promedio más bajos en la Ciudad de Buenos Aires para uno o dos ambientes, no son inferiores a los $ 20 a 25 mil pesos si se les suman expensas. Esta realidad obliga a las familias a destinar gran parte de sus ingresos en alquiles, impuestos y servicios.

Históricamente, el Movimiento Obrero impulsó planes de vivienda para afiliados y tiene los medios técnicos y el conocimiento para ofrecer soluciones al Gobierno Nacional. 

Argentina destina 10 puntos de su PBI en salud (gasto público, obras sociales, fármacos, etc.) y con ese inmenso esfuerzo que prácticamente duplica la inversión en educación, no logra dar un servicio eficiente para su población. El tipo de acceso a la salud en Argentina está estratificado en distintos grupos sociales. Los sectores de ingresos altos contratan una cobertura prepaga, los trabajadores en blanco acceden a una obra social sindical y el resto de las familias tiene acceso al sistema público. Éste último subsistema funciona de manera muy diferente en las provincias y dentro de los municipios. En no pocos casos, la deficiencia de la salud pública está llevando a que también el trabajador de ingresos medios y medios bajos, busque contratar un seguro médico privado.

Las obras sociales sindicales juegan un rol central en la provisión de salud y atienden a más de 16 millones de beneficiarios. Los sindicatos administran modernos centros sanitarios para sus afiliados dándoles servicios de alta calidad. Lamentablemente, los gobiernos suele retener ilegalmente parte de estos fondos de las obras sociales que son de los trabajadores y acumulan deudas con los gremios poniendo en riesgo las coberturas. Los trabajadores de la salud y el Movimiento Obrero en su conjunto, tienen capacidad de gestión y el conocimiento necesario para impulsar la necesaria refundación  del sistema, permitiendo que todo el pueblo acceda, sin diferencias, a los logros científicos médicos que son propios de nuestro siglo.

La educación argentina, como la salud, es cada día más clasista. Está aumentando la cantidad de familias de los estratos medios y altos que eligen el sistema educativo privado. El ideal liberal igualitario de la escuela pública que fue propio del siglo pasado, está en crisis terminal. La dirigencia política en su gran mayoría y ya desde los años noventa, sacó a sus hijos de la educación pública y pagan una privada. La noción misma de educación pública está en crisis y hace décadas que se profundizan los problemas de infraestructura, salariales, de vocación y de sentido de las escuelas del Estado.

Lamentablemente, hoy la educación no iguala a los argentinos, sino que los divide según sean sus ingresos. El sindicalismo gestiona escuelas de oficios y de formación profesional, tiene universidades y apoya diversos recorridos formativos. Sus afiliados integran todos los niveles educativos y están en condiciones de formular y de gestionar la necesaria refundación educativa argentina.  

 

2-     Desafíos históricos: las nuevas tecnologías y la civilización el trabajo

Tecnología y trabajo

El mundo entero está sumergido en este debate y las potencias económicas van a la vanguardia tecnológica y la lucha entre las naciones se está desenvolviendo en el plano de la innovación y de la ciencia.

Las nuevas tecnologías están remplazando trabajadores por máquinas y hay actividades y puestos laborales en peligro de desaparecer. Si bien se crean nuevas actividades en algunos nichos de mercado como la informática, la comunicación, la venta online, etc., el balance es un creciente y alarmante aumento del desempleo. En no pocas ramas de actividad se pone en riesgo el trabajo y con ello el sindicato que perdería sus afiliados.

El Movimiento Obrero no puede estar ajeno a la discusión sobre el futuro del trabajo. Por un lado, esto supone reconversiones de tareas y la planificación y la organización en el tiempo de nuevas actividades y formaciones técnicas especializadas. Además y cuestión fundamental, lo que deben discutir los trabajadores y los Estados es la forma en que se distribuye la riqueza que permite la tecnología. Este fabuloso excedente fruto de la mayor productividad que generan la innovación y la ciencia, podría destinarse a la inversión del desarrollo nacional y a garantizar el derecho de la comunidad a la cultura y al esparcimiento.

La pandemia obligó a muchas actividades a virtualizar los procesos de trabajo y a descentralizar labores a los domicilios de los obreros. Esto genera, potencialmente, un marco de posibilidad para la mayor flexibilidad laboral por parte de los dueños del capital. Asimismo, dicha dinámica pone en peligro el colectivo sindical ya que el trabajador se distancia de su ámbito social, no tiene relación con sus compañeros y tampoco con sus referentes gremiales.

 La civilización del trabajo

Actualmente, la Argentina tiene alrededor del 40% de los trabajadores en el universo de la informalidad, del desempleo y/o el subempleo. Llevado al nivel de vida del pueblo, esa realidad explica que alrededor del 45% de los habitantes son pobres. Hay decenas de miles de niños que no culminan la educación obligatoria y están en la calle; hay adultos mayores que no hicieron aportes y no tienen jubilación y padecen problemas de atención médica; miles de jóvenes y adultos no conocen el trabajo formal, como tampoco lo conocieron sus padres y sus abuelos que fueron desempleados o informales. Esta mitad de la Argentina descartada y pobre, tiene problemas de acceso a la vivienda y suele vivir en asentamientos irregulares[2] y barrios atravesados por el narcotráfico y la violencia creciente que es propia de la marginalidad.

Llevado al plano general del sistema productivo, las altas tasas de desempleo e informalidad generan el “ejército industrial de reserva” que puede bajar los salarios de todos los obreros activos a niveles de miseria. Este último proceso no se consolidó por el hecho de que existen los Convenios Colectivos de Trabajo y por el Movimiento Obrero Organizado que es la garantía del cumplimiento de los derechos.

La informalidad laboral hace inviable el ANSES y la seguridad social en el país. Los trabajadores y productores en actividad deben destinar un esfuerzo cada día más grande a financiar los subsidios y planes de ayuda, generando una baja y un deterioro en sus haberes jubilatorios.

El pago del inmoral e ilegal endeudamiento financiero especulador exacerbado desde 1977, la extranjerización económica y la fuga de capitales dificultan aún más la formación del ahorro que requiere el país para destinar en inversión. Sin inversión no hay desarrollo productico posible y el país seguirá destruyendo industrias y conduciendo a la mayoría de los argentinos a la pobreza. El país se hace inviable y avanza a un proceso de inestabilidad y de ciclos de crisis política, social y económica permanentes.

Al hacerse crónico los problemas del desempleo y de la pobreza, se está debilitando la cultura del trabajo. El subsidio dejó de ser una ayuda temporal, para volverse una forma de vida de millones de compatriotas. En realidad, cada trabajador debe generar, al menos, lo que consume él y su familia. El desempleo estructural humilla la dignidad de las personas y acentúa el conflicto de clases con los sectores del trabajo formal.  

El Movimiento Obrero debe seguir protegiendo la civilización del trabajo y los Convenios Colectivos. Es el único garante de que no se pierdan definitivamente los derechos a la vivienda, la educación y la salud. La cultura del trabajo, del esfuerzo y del ascenso social por intermedio del sacrificio, deben seguir siendo los pilares de la organización nacional.

 

3-     Desafíos políticos

La Revolución nacional y popular iniciada el 17 de octubre de 1945, se cerró el 24 de marzo de 1976 con la derrota del Justicialismo, del Movimiento Obrero y de la nación en su conjunto. Desde esa fecha en adelante, el país inició una profunda decadencia y pese a los logros conseguidos de la etapa de Kirchner. Hoy la Argentina tiene el PBI del año 1974, cuando el país tenía 20 millones de habitantes. En 1974 había 800 mil pobres y hoy superamos los 16 millones de pobres.

El deterioro general de las condiciones de vida fue acompañado por una creciente extranjerización económica y por una desigualdad inmoral de la distribución de la riqueza. En el año 2020 el PBI calló 10% y en el mismo período once bancos privados ganaron por intereses de LELIQS pagados por el Estado, 70.000 millones de pesos mensuales. Argentina no es un país pobre: en realidad es una nación empobrecida.

La decadencia se produce, entre otros temas, por la inexistencia de una dirigencia política nacional y patriótica que ponga los intereses de la nación, por delante de los negocios personales, de facción y de grupo económico. Actualmente, los partidos políticos están en crisis y de no modificarse la dinámica de su funcionamiento, el sistema en su totalidad puede marchar a un nuevo escenario similar al 2001.

El Movimiento Obrero está en condiciones de forjar una dirigencia que sea capaz de formular un proyecto nacional y de llevarlo a cabo en una alianza con el conjunto de los sectores productivos, políticos y de la cultura. La CGT es la organización territorial más importante del país, junto a la iglesia católica. Es la única institución que tiene cuadros técnicos para resolver los problemas nacionales y hoy gestiona organizaciones complejas como son los hoteles, las obras sociales, las escuelas de oficios y las universidades. Los sindicatos son autárquicos y no dependen de los subsidios estatales a diferencia de las organizaciones sociales que gestionan recursos y planes de gobierno. Esta autonomía económica de funcionamiento permite mayores grados de libertad de acción en relación a los gobiernos y los grupos de poder económico.

El sindicalismo es de las escasas instituciones formadas a partir de la democracia directa. Es de las pocas que mantiene una dinámica propia y autónoma de selección de candidatos y su funcionamiento no puede decidirse desde los medios de comunicación o desde las redes sociales. La modalidad de elección directa de los delegados que es propia de los gremios, ya prácticamente no existe en los partidos políticos que abandonaron el debate y las internas abiertas. La falta de vitalidad de los partidos está convirtiendo a la actividad política en un sistema de operadores económicos y mediáticos que construyen los perfiles de los candidatos y que elaboran campañas según sondeos de opinión. Está muriendo la política, para ser remplazada por la tecnocracia y por la administración de los negocios.

Ningún partido tiene este capital organizativo, ni la autarquía presupuestaria, ni el conocimiento de los problemas nacionales como el Movimiento Obrero Organizado. Pese a esta potencialidad, hoy el sindicalismo prácticamente no ocupa lugares de centralidad en la planificación Estatal.  

En los próximos años el país va a terminar de definir su inserción en el mundo: seremos una nación independiente o un Estado fallido en el cual el 60% de las familias terminarán definitivamente en la indigencia y la pobreza, viviendo con planes sociales financiados con deuda externa o con la explotación del trabajador formal. En este contexto, el Movimiento Obrero tiene la responsabilidad histórica indelegable, de construir junto a todos los sectores del trabajo, la producción y la cultura, un proyecto nacional de desarrollo soberano y con justicia social que dignifique la política y que nos devuelva el orgullo de ser argentinos.



[1] Calculado en base al dólar Blue ($140) y el Solidario ($159) al tipo de cambio del 12/3/21.

[2] En el año 2018 alrededor de 4.000.000 de personas (935.000 familias) vivían en las 4.416 villas miserias y asentamientos irregulares del país. El 68% de esos barrios son anteriores al año 2000 y el 32% se formó en el periodo 2000-16. Crecen las villas miseria en los ciclos de estancamiento económico, pero también de crecimiento en un país que es sumamente desigual y que acumula al mismo tiempo ricos y pobres.

jueves, 1 de abril de 2021

Aritz Recalde: “El sindicalismo es el único actor que pone en jaque al proyecto liberal del orden mundial”

 ENTREVISTA de TIRO AL BLANCO


Tiro al Blanco entrevistó a Aritz Recalde. Pensador nacional, sociólogo, doctor en Comunicación, Secretario de Investigación y Posgrado de la Universidad Nacional de Lanús. La charla con Tiro al Blanco discurrió sobre distintos temas que hacen a la realidad de este golpeado país: la importancia del movimiento obrero organizado para la consolidación de un proyecto de país, marcas de la última dictadura militar, clase media, dinámica de los partidos políticos, el ejemplo del Papa Francisco. 

Tiro al Blanco: EN ALGUNOS TEXTOS SUYOS SUELE SEÑALAR QUE EL MOVIMIENTO OBRERO ORGANIZADO ES EL ÚNICO SUJETO CAPAZ DE GARANTIZAR UNA ECONOMÍA PRODUCTIVA NACIONAL, ¿ALCANZA CON EL MOVIMIENTO OBRERO ÚNICAMENTE?

-Esa pregunta se responde por la positiva y por la negativa. El movimiento obrero es la organización institucional, técnica y política más grande del país. Tiene presencia en todas las provincias y construye una red de organizaciones libres con capacidad de acción, de resolución de problemas y de movilización. Al ocupar todos los lugares de la producción, puede formular una agenda de los grandes temas nacionales y dispone de una estructura de cuadros técnicos para resolverlos. El movimiento obrero es la base a partir del cual consolidar un proyecto nacional pluriclasista y pluripartidario.  En cada oportunidad de la historia que fue derrotado el Movimiento Obrero, fue debilitado el capitalismo nacional productivista como bien se observó después de 1955 y de 1976. El empresariado argentino requiere de los trabajadores, que son la garantía política del proyecto integral de país. Por la negativa, hay que destacar que la Argentina carece de una dirigencia con visión nacional y con capacidad de construir un proyecto de desarrollo y ese vacío lo tiene que ocupar el sindicalismo. El proyecto liberal de 1880 se centró en una alianza militar (J. A. Roca), una oligarquía económica, una red de dirigentes de provincia y una elite intelectual liberal. Con esa base, se trabajó un acuerdo con el Imperio británico. El segundo gran proyecto de país fue el de Perón, que articuló nacionalismo militar, burguesía nacional, intelectuales, dirigentes de todos los partidos, iglesia y  movimiento obrero como eje o “columna”.  Actualmente, no hay militares nacionalistas, los partidos no superaron la crisis de 2001 y carecen de doctrina y de proyecto. La burguesía no tiene peso político. Con Francisco de Papa, la alianza con la iglesia se torna estratégica: dicha unidad no está ocurriendo y por el contrario las tensiones y las operaciones políticas contra la iglesia católica aumentan. El Movimiento obrero hoy está afuera prácticamente del Estado y de las grandes decisiones políticas e institucionales, pese a que es el único actor capaz de reconstruir un proyecto nacional. Los trabajadores tienen que ser la columna vertebral de un programa de alianza de clases. En su defecto, la Argentina profundizará su decadencia y desaparecerán definitivamente la industria, la idea de nación y patriotismo, el trabajo en blanco y el mismo sindicalismo.

Tiro al Blanco: SE CUMPLIERON 45 AÑOS DE LA ÚLTIMA DICTADURA CÍVICO-MILITAR, ¿QUÉ MARCAS TODAVÍA NOS RECORREN COMO NACIÓN, CICATRICES QUE NINGÚN GOBIERNO DEMOCRÁTICO PUDO SANAR?

-La dictadura de 1976 fue la respuesta al 17 de octubre de 1945. Argentina destruyó su industria y se volvió un país para la especulación financiera mundial. Económicamente hablando, la Argentina entró en una caída libre y el PBI del año 2021 es el mismo de 1975. En los setenta el país tenía 20 millones de personas y actualmente 45 millones. La clase obrera perdió derechos y en 1974 había 800 mil pobres y actualmente 17 millones. Con Perón en 1973 no había prácticamente  desempleo y la distribución del ingreso era 50 y 50%. Hoy hay un desempleo de dos dígitos y junto al sub-empleo, el saldo es 40% de trabajadores con problemas de ingreso. Casi el 45% de los obreros está en la informalidad. El país es escandalosamente desigual. La dictadura derrotó el peronismo e institucionalizó el 40% de la pobreza estructural, que gobierno tras gobierno no han podido modificar y pese a los avances de 2003. Se deterioró la cultura nacional y el país se sumergió en la anomia, la extranjerización de los valores, la falta de autoestima, el egoísmo y la decadencia general de los vínculos comunitarios. La dictadura terminó de destruir la alianza nacional y dejó al país sin una dirigencia: quedó una clase política que gobernó de la misma manera usando los sellos de los diversos partidos nacionales, como fue el caso de Alfonsín, Menem y De La Rúa. Recién con Kirchner esto empezó a cambiar, pero solamente en parte y hoy estamos en una crisis profunda que atraviesa a todos los partidos.  

Tiro al Blanco: TANTO DESDE UNA DERECHA PATRONAL COMO DESDE UN PROGRESISMO DESORIENTADO SE SUELE SEÑALAR AL SINDICALISMO COMO UNO  DE LOS GRANDES OBSTÁCULOS PARA EL DESARROLLO DEL PAÍS, ¿CUÁL ES SU MIRADA SOBRE ESTE TEMA?

-El sindicalismo es, objetivamente hablando, el único actor que pone en jaque al proyecto liberal del orden mundial. Le disputa rentabilidad del capital y garantiza la dignidad de los ingreso en un país con 50% de pobres viviendo miserablemente y empujando los salarios a la baja. El Movimiento obrero defiende la civilización del trabajo con leyes y derechos, cuando la otra mitad del país está en la informalidad total. Lo culpan de la inflación y de la falta de inversión. Lo real es que en los últimos cuatro años se perdió en promedio, un 20% del poder adquisitivo del salario. La inflación fue superior al 45% en 2020: obreros más pobres y precios más altos. Hoy el salario argentino es de los más bajos de Latinoamérica en dólares. El empobrecimiento general del trabajador no generó inversiones. Estos mitos del liberalismo buscan que nuestro país, definitivamente, destruya su tejido social, su industria y que sus familiares terminen en la indigencia: el excedente de recursos será fugado al extranjero.

Tiro al Blanco: SUELE SEÑALAR NUMEROSAS DIFERENCIAS ENTRE EL DESARROLLO Y DESENVOLVIMIENTO DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS Y LA DINÁMICA Y LAS POTENCIALIDADES DE LOS SINDICATOS. ¿PODRÍA DARNOS ALGUNOS EJEMPLOS?

-El sindicalismo es, prácticamente, la única organización que sigue apostando a lo colectivo y que designa autoridades democráticamente, de abajo hacia arriba en elecciones. Tiene autarquía económica (lo pagan afiliados) y está en condiciones de tener programa y libertad de opinión y de acción. Además, el sindicalismo más o menos combativo, sigue defendiendo la civilización del trabajo, los convenios y las paritarias. Tiene una función gremial, aunque no política en muchos casos.

Los partidos no suelen tener internas, ni debate, ni elecciones. Generalmente, los grupos económicos y los dueños de medios de comunicación organizan sus plataformas y financian sus campañas. Macri aprobó casi todas las leyes, menos la reforma laboral: cogestionó con los partidos. Muchos dirigentes partidarios no se saben qué función cumplen, más allá de cobrar su salario y no proponen nada para el país. Políticamente hablando y desde la muerte de Kirchner, estamos avanzando a un escenario similar al 2001 en lo concerniente a la crisis de representación. Ese vacío y descredito de la política, tiene que ser corregido por el sindicalismo que puede ofrecer al pueblo humilde y al empresariado nacional  un proyecto que dignifique la tarea y que genere esperanza y capacidad de trasformación.

 

Tiro al Blanco: Recalde cuenta con esa mirada sagaz que visualiza las verdaderas causas que nos llevaron a esta realidad dolorosa. Dejando de lado ese mal de época que es el discurso políticamente correcto, Recalde continúa con la línea de pensamiento que hombres como Leonardo Castellani, Fermín Chávez o Hernández Arregui supieron escribir para darnos un diagnóstico claro sobre los males que nos aquejan como Nación. Al igual que los nombres anteriormente mencionado, Recalde no se queda únicamente en el señalamiento, también actúa para que la palabra se vuelva acción.

Tiro al Blanco: ALGUNAS CRÍTICAS A LOS PARTIDOS POLÍTICOS SURGEN DE SECTORES QUE SUELEN SER BENEFICIADOS POR LA LÓGICA DE LA ANTI POLÍTICA, LO SON TODO MISMO, POR ENDE, NADIE ES CULPABLE. ¿CÓMO MANEJA USTED ESA LÍNEA DIFUSA ENTRE LA CRÍTICA A LOS PARTIDOS POLÍTICOS Y LA ALABANZA A LA ANTI POLÍTICA?

-La anti política se construye con malos ejemplos y prácticas y no se puede negar que un sector de la dirigencia (partidos, empresas o sindicatos) actúa negativamente y el repudió a la política puede tener, en muchos casos, asidero real.

Además, la destrucción de la política colectiva, de las OLP (organizaciones libres del pueblo) y de los Estados sudamericanos es una tarea de los medios mundiales y nacionales.  La Argentina es tributaria de un orden mundial con centro en los EUA y que es controlado por  representantes de la finanza, las corporaciones y del aparato cultural norteamericano. Ese sistema cuida a “sus” políticos y hostiga a sus “adversarios”. Si un presidente toma una decisión a favor de su nación, la gran prensa internacional y las redes sociales van a decir que es populista o comunista buscando destruir su imagen y su capacidad de acción. Se puede leer esta tensión en la prensa de las Potencias mundiales en pugna. Un mismo caso es tratado de manera diferente por la CNN y las redes norteamericanas (Facebook, yahoo, etc.-), que por las rusas (RT o sputnik). En el plano local, el oficialismo financia a un sector del periodismo y la oposición al otro. Unos van decir que lo que hace el Presidente es bueno y los otros lo contrario y viceversa. Dicho canibalismo mediático abona la anti política y favorece que desparezca la Política nacional, los debates nacionales, los proyectos nacionales. A la larga también, se genera en el pueblo escepticismo, nihilismo y un descredito total por la actividad partidaria.

Tiro al Blanco: ¿CUÁLES SON LOS TEMAS MÁS ACUCIANTES QUE DEBE ATENDER LA ADMINISTRACIÓN DE ALBERTO FERNÁNDEZ?

-Tratamiento al COVID y normalización del sistema de salud para tratar todos los otros problemas. Debería se estratégico, el cuidado de los bebes y de las embarazadas.

Recesión, extranjerización, concentración y desindustrialización económica. Cerraron 90 mil comercios y 40 mil pymes. El país tiene a la mitad del pueblo en la pobreza. Se destruyó el trabajo en blanco y  la cultura del trabajo está desapareciendo para remplazarse por la cultura del subsidio. La clase media está empobrecida.  La violencia y el delito en las grandes ciudades están destruyendo la comunidad. La gente está angustiada, asustada y perdió la esperanza. No tiene fe. El miedo y la desesperanza impiden la construcción una nación.

El mundo multipolar está reordenándose y la Argentina necesita una política exterior. Hace falta un modelo de desarrollo y una reforma financiera y del comercio exterior para poder financiarlo.

El gobierno no debería dar ningún debate que no favorezca poner un plato de comida en la mesa de los argentinos y que no genere educación y salud.

Tiro al Blanco: USTED SEÑALÓ QUE ESTE GOBIERNO DEBE ESFORZASE EN LOGRAR LA ADHESIÓN DE LA CLASE MEDIA, DADA LA VOLATILIDAD DE LA MISMA ¿QUÉ PAPEL  LE ASIGNA A LA CLASE MEDIA EN UN PROCESO  QUE BUSQUE LA EMANCIPACIÓN ECONÓMICA Y JUSTICIA SOCIAL?

-La clase media forma la opinión pública y aporta cuadros de gestión al Estado y la empresa. Hoy está empobrecida y un maestro cobra 150 dólares por mes…El impuesto al trabajo es negativo (llamarlo a las “ganancias” es un error y tampoco se puede denominar a los “altos ingresos” ya que lo pagan familias trabajadores de estratos medios bajos). La clase media no puede acceder a los derechos a la vivienda y destina buena parte de sus ingresos a los alquileres y servicios. La clase media abandonó la escuela pública y hoy el aumento de las privadas se volvió un drama para su concepto de estatus. Hoy además, se paga la salud (obra social y prepaga) y la seguridad y todo aumenta, cuando su salario baja.

En un país con inflación superior al 40% la clase media necesita resguardar su excedente. Comprar ladrillo es imposible por los valores del mercado inmobiliario y tampoco puede comprar dólares por las regulaciones cambiarias.

Todos estos derechos de la clase media hoy están en riesgo por la caída de los ingresos. La política actual de subsidios de masas ofende la idiosincrasia de la clase media, que construye su identidad sobre la noción del esfuerzo y la capacidad individual.  Si al desagrado económico, se le suma las operaciones de medios, dejan como saldo un sector de la clase media que radicaliza su posición antiperonista.

Tiro al Blanco: ALGUNOS PENSADORES NACIONALES UTILIZAN EL CONCEPTO DE SEMICOLONIA PARA DESCRIBIR LA SITUACIÓN EN LA QUE SE ENCUENTRA NUESTRO CONTINENTE, ¿COINCIDE?

-Hoy somos una semicolonia y nuestra política interna depende de las decisiones de la finanza extranjera y de los bufetes de abogados de las corporaciones. El FMI tiene más capacidad de decisión que las Cámaras Empresarias nacionales. El excedente agropecuario, se lo apropian corporaciones extranjeras de comercio exterior. El ahorro nacional se fuga al extranjero en especulación. Formalmente, somos un país libre. En los hechos, la pobreza generalizada, el desempleo y el hambre ponen en duda nuestra libertad. Jauretche, Arregui o Fermín Chávez siguen siendo sumamente actuales.


Tiro al Blanco: ¿QUÉ PAPEL LE ASIGNA A LAS ORGANIZACIONES LIBRES DEL PUEBLO PARA SOBRELLEVAR ESTA CATÁSTROFE SOCIAL Y ECONÓMICA QUE ESTAMOS VIVIENDO?

-Las Organizaciones libres del pueblo evitaron la potencial guerra social que trajo la pandemia y contuvieron el desastre del hambre y la desesperación por intermedio de la militancia desinteresada y solidaria (nacieron miles de comedores en iglesias, sindicatos, agrupaciones universitarias, etc.). Además, las OLP religiosas dieron contención social y emocional en un contexto angustiante (sanitario y socialmente hablando) y de terrorismo mediático.  Sin esa fe y esperanza que sostienen los lugares de culto, podría ser todo aún mucho peor. Hay que tener conciencia, de que el día que mueran las OLP en las barriadas populares, la violencia se adueñará definitivamente del medio y los narcotraficantes serán los nuevos ordenadores sociales.


Tiro al Blanco: RECIENTEMENTE SE HAN CUMPLIDO 8 AÑOS DE LA ELECCIÓN DE JORGE BERGOGLIO COMO SUMO PONTÍFICE, ¿QUÉ REFLEXIÓN LE MERECE?

-Es un líder religioso mundial y conduce a unos de los cultos más importantes de la historia humana. Como argentino y como creyente, siento un orgullo inmenso.

Es un jefe de Estado que denuncia el desorden mundial actual y sus terribles manifestaciones en la tiranía del dinero y en la ideología del descarte social. Es un estadista que permite echar luz en estos tiempos de oscuridad y muerte.

En lo personal, destaco que es de los escasos dirigentes que vive como piensa y no que termina pensando cómo vive... El pueblo pobre del mundo tiene en quién creer y depositar su esperanza. En estos tiempos de corrupción y pragmático, esa condición personal de Francisco es fundamental, ya que como dijo Perón, conducir es persuadir y se conduce con el ejemplo.

Aritz Recalde: “El peronismo tiene que darle un nuevo mito movilizador a la militancia"

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