Aritz Recalde, junio de 2012 [1]
“Aquí
queremos señalar lo siguiente: que, por un lado, para nosotros ciencia y
política son dos manifestaciones de una misma cosa, que en el caso analizado,
históricamente determinado, como es el caso del desarrollo de la sociedad y el
estado francés e inglés, se implican mutuamente; para esas burguesías ello se
manifiesta o se resume en un determinado concepto de política. Política es la
aplicación de la Ciencia, de la Teoría. En su manifestación más avanzada esa
teoría es la Economía Política. La política define así la función del Estado
como liberación de las leyes económicas del feudalismo como de los pueblos
“atrasados” que con su política se oponen al desarrollo de la “economía”, donde
la economía es el sistema capitalista, que en ese momento, dadas las relaciones
de poder y de desarrollo económico, significa el enriquecimiento de Inglaterra
(…) en su desarrollo histórico, la burguesía inglesa desarrolla un tipo de
sociedad que corresponde a sus intereses. Esa sociedad encuentra su expresión
teórica en la ciencia de la Economía Política, que la considera como “la
sociedad”, es decir, la sociedad verdadera y universal, la sociedad racional. A
su vez, esa ciencia es un instrumento político de su desarrollo, por su propio
contenido”. Gunnar Olsson (A 3erM, N 5,
P 49)
En
el N ° 5 de Antropología del 3er Mundo (A3erM) Gunnar Olsson publicó “Notas sobre el pensamiento nacional”.
Tal cual lo establece el título del texto, el autor se propone introducir
algunas categorías explicativas de las practicas de los intelectuales ubicados
en el campo del nacionalismo.
Su
punto de partida y tal cual se lee en el epígrafe, se origina en los siguientes
supuestos:
- El
pensamiento se produce situado geográfica e históricamente. En este cuadro, la
lucha por el poder y los ámbitos de producción de la cultura, se relacionan
estrechamente y no pueden analizarse por separado;
- La
historia las ciencias humanas y sociales, debe situarse en el marco de las
estructuras de poder de su época y su espacio de surgimiento;
- La
Filosofía jurídica política originada en Francia y la Economía política inglesa,
otorgaron una “racionalidad científica” a los modos de dominación burguesa Europeos;
- Las ciencias sociales y humanas justificaron
“racionalmente”, la expansión imperialista de Europa sobre las colonias de
América, Asia y África.
Olsson
menciona que uno de los más aguzados críticos de la relación existente entre la
producción científica y la política de dominación burguesa, sería Carlos Marx.
Con el objetivo de analizar la sociedad capitalista, el autor alemán desarrolló
un importante trabajo teórico y en palabras de Olsson, “En principio, Marx se presenta como el crítico de la Ideología
Burguesa; en sus más relevantes aspectos: Filosofía, Política, Economía. A
través de esta crítica teórica, reconstruye la Historia en su verdad” (A
3erM, N 5, P 49).
Olsson
y continuando la opinión de Marx, recupera la tarea de crítica a las
producciones teóricas y científicas Europeas. En este caso, su análisis se sitúa
en nuestro tiempo y espacio y a partir de acá, que Olsson entiende que dichas
producciones científicas eran instrumentadas como un medio de dominación sobre
los trabajadores y los pueblos del tercer mundo. Frente a esa condición, el
pensamiento nacional tenía que constituirse profundizando la crítica de la
ciencia europea liberal iniciada por Marx.
Para
realizar el estudio de las producciones académicas europeas, Olsson recuperó el
concepto de la “política” formulado por el marxismo. Tal cual expresa el autor,
para “Marx la lucha del proletariado
deviene política en la medida que el proletariado toma conciencia de clase; tal
como lo plantea Marx al final de la miseria de la Filosofía, en la medida que
de “clase para el capital” deviene “clase para sí”. Es decir que el
proletariado, como sujeto histórico, es concebido por la ciencia antes de que
sea concebido por sí mismo. La concepción teórica precede a la concepción real (…)
el político es un científico” (A 3erM, N 5, P 50).
La
producción científica en tanto es un medio para la formación de la conciencia
de clase, se consolida como una actividad política. Sobre el supuesto de la
dimensión política que tiene toda producción científica, Olsson se propone:
- efectuar
un estudio crítico de los alcances políticos de las producciones teóricas de la
UBA;
- revisar
los contenidos y las prácticas de los ámbitos de producción científica a partir
de la especificidad del tercer mundo y de América Latina;
- organizar
una teoría que contribuya a la afirmación política nacional y popular. En sus
palabras “es el desarrollo de la
conciencia por la lucha contra esa dependencia, conciencia, voluntad y lucha
que en cuanto sociales tienen una existencia objetiva y por lo tanto su propia
necesidad; necesidad, por supuesto, que la “ciencia” no puede medir. Es lucha
por la liberación, que se hace necesaria a través de su propio desarrollo” (A
3erM, N 5, P 53).
- articular
la especificidad de la teoría nacional con el proyecto político peronista ya
que “Es en la lucha política en la que
encuentra su verdadero fundamento y su contenido de verdad el pensamiento
dialéctico (…) La política, en la forma determinada que asume en el Peronismo y
en general en el Tercer Mundo, lleva en sí una concepción propia y original de
la naturaleza de lo social, de la relación del ser y la conciencia, de la
función de la ciencia dentro de la conciencia social y de una serie de
problemas ligados a éstos” (A 3erM, N 5, P 53).
La
necesidad de formular una teoría nacional, lleva a Olsson a revisar los
alcances del pensamiento marxista en lo referente al cambio social y político
de América Latina. A partir de acá, es que cuestiona el supuesto de la “universalidad”
implícito en el marxismo que postula al proletariado como el sujeto de la historia
que marchaba, indefectiblemente, al socialismo. Sobre éste principio teórico, el
internacionalismo aparecía como el marco de acción y como la estrategia
revolucionaria universal. Con dicho punto de partida, los nacionalismos eran
criticados por ser ideologías burguesas o retardatarias y “dentro de ese contexto de ideas, la afirmación del ser nacional
aparece como irracionalidad, como afirmación de los particular que niega lo
universal, sinónimo de lo racional” (A 3erM, N 5, P 54).
Tomando
distancia, Olsson menciona las revoluciones de China y de Cuba y las define
como expresiones de “un marxismo que
deviene instrumento del desarrollo de políticas nacionales”. En estos
procesos de cambio, la articulación de clases o pueblos históricamente
situados, pasaban a ser el centro de los cambios de la historia, desplazando el
presupuesto universal del “proletariado
internacional como había querido Marx” (A 3erM, N 5, P 53).
A
partir de estos principios, Olsson estableció algunos lineamientos políticos y metodológicos
para la organización del pensamiento nacional. Tal cual adelantamos, la
producción científica nacional no tenía que reproducir acríticamente los postulados
y conceptos de la arquitectura teórica liberal o de izquierda marxista europeos.
Frente
a la “megalomanía de la Razón Universal”,
Olsson sostuvo que el pensamiento nacional tenía que identificar la estructura
social y las luchas de poder propias de nuestro continente. En este cuadro, el
postulado central era “la afirmación de
la realidad, de la existencia, actual, del sujeto histórico: el pueblo
argentino en nuestro caso, y de todos los pueblos que luchan por su liberación”
(A 3erM, N 5, P 56). El sujeto social fundamental era el “pueblo argentino” y
no la “clase obrera universal” o el “individuo de la democracia liberal”. La noción
de pueblo, suponía el reconocimiento de la existencia de conflictos políticos
en torno de la articulación de clases sociales propia de los Estados
subdesarrollados. Dicha práctica social, se desarrollaba en torno de patrones
culturales e identidades propias y diferenciadas del modelo de la lucha de
clases europeo propiciado como “marco universal de acción”.
La
producción científica nacional partía del supuesto de que “la política, como forma teórico práctica de vida de ese sujeto, es
decir como forma de existencia y desarrollo, tiene como objeto consciente la
organización que permita su libre desarrollo, organización que se ha
constituido históricamente, donde se distinguen un líder, los encuadramientos y
las bases, donde el líder es tal porque es el que ha sabido interpretar las
necesidades del pueblo” (…) dialogo que es posible porque se posee un lenguaje
común, que se resume en una doctrina” (A 3erM, N 5, P 56). Tal cual se lee,
Olsson daba una relevancia fundamental a la consolidación concreta e histórica,
del sujeto pueblo como fuerza política y social emancipadora. Por el contario,
buena parte de la sociología de su época habían caracterizado a dicho intento (peronismo)
como desviación burguesa, como expresión política autoritaria o como una
identidad retardataria de la conciencia de clase. Olsson suponía que el estudio
objetivo de los conflictos sociales, implicaba reconocer la práctica del pueblo
y su construcción política concreta.
Tal
cual mencionó el autor, la articulación política de las clases sociales encuadradas
dentro del sujeto pueblo, compartían un conjunto de valores en común denominado
por Olsson como “doctrina”. A partir de acá, una de las tareas fundamentales de
las ciencias sociales tenía que ver con apoyar la formación y consolidación de
la doctrina y “Dentro de este contexto,
la ciencia y la teoría en general se realizan como un momento del desarrollo de
la conciencia nacional, o sea la conciencia de ese sujeto histórico absoluto
que es el pueblo argentino (…) Es un medio para el autodesarrollo del sujeto (…)
La ciencia devendrá real, objetiva en la medida que tenga la capacidad de
integrarse a la vida del sujeto histórico, a la política del pueblo”.
Finalmente,
Olsson introdujo el supuesto de que los conflictos políticos de los años
sesenta generaban las condiciones para avanzar hacia nuevas formas de organización
de las estructuras de poder capitalista. Dicha superación del sistema capitalista,
iba a producirse en la medida de que el nuevo orden social sea un elemento de afirmación
política y de emancipación concreta del pueblo. No se trataba de importar
modelos o de imponer formulas intelectuales a los trabajadores, sino que y por
el contrario, el “socialismo nacional” iba a producirse como parte de la
maduración y evolución de la conciencia popular acumulada en la práctica real
histórica. En dicha línea, argumento que
“Es dentro de este marco donde el
concepto de socialismo toma sentido concreto, es decir, político. El socialismo
devendrá real en la medida en que sea aceptado e incorporado a las reivindicaciones
del pueblo, en la medida en que sea considerado un medio apropiado de autorrealización.
Lo concreto de este socialismo es que nunca puede entrar en contradicción con
el principio de soberanía política. En ello reside la esencia del concepto de
socialismo nacional (…) Esa necesidad
de ubicarse en el plano de lo concreto de la política, proviene además de que
la historia del siglo actual nos ha enseñado que es posible el desarrollo de un
imperialismo que tiene como bandera le socialismo” (A 3erM, N 5, P 57).
[1]
El trabajo forma parte de mi proyecto de doctorado titulado “Ciencias sociales,
universidad y política en las décadas de 1960-1970: la revista Antropología 3er. Mundo”. Facultad de
Periodismo y Comunicación Social de la UNLP.
1 comentario:
Este gunnar olsson fue bastante influyente, pero no tengo ningun dato biografico... usted tiene alguno?
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