Publicado en Aluvion Popular
Ningún país es, ni será soberano
políticamente, si su economía es subdesarrollada y dependiente del extranjero.
La independencia económica de nuestro suelo patrio no se alcanzará sin antes
industrializar la Argentina. En este marco, el petróleo y el conjunto de los
recursos naturales, son patrimonios estratégicos sin los cuales el país no conseguirá
la independencia económica y menos aún, la soberanía política. A partir de lo
dicho, consideramos que la lucha por el autoabastecimiento energético encarada
por Cristina Fernández con la propuesta de nacionalización del 51% de las
acciones de YPF, es uno de los pilares sobre los cuales se organizará la
segunda y definitiva independencia política, que es nuestro desarrollo integral.
YPF, interés público y soberanía
Con la finalidad de que el Estado recupere la
soberanía política que estaba enajenada en manos del extranjero, el proyecto de
ley en su artículo 1 establece: “Declárese de interés público nacional y como
objetivo prioritario de la República Argentina el logro del autoabastecimiento
de hidrocarburos, así como la explotación, industrialización, transporte, y
comercialización de hidrocarburos”. A partir de la declaración de interés
público, las decisiones de política energética que anteriormente estaban en
manos foráneas, regresan a las
organizaciones libres del pueblo y a sus representantes del Estado nacional. Las
acciones de exploración, extracción, industrialización y distribución de
combustibles, se pondrán al servicio del país.
YPF y la economía nacional
“La
presión económica, aunque incruenta, ciñe más que la bélica”. Manuel Savio
Con la nacionalización, el Estado argentino
busca garantizar en el corto, mediano y largo plazo, la energía del proceso de industrialización
en marcha. La recuperación de la empresa que posee la participación mayoritaria
en el mercado, le permitirá al Estado regular precios y garantizar el abastecimiento
del sector productivo nacional.
El objetivo del autoabastecimiento, reconoce
entre sus metas centrales la de frenar el creciente proceso importador en que
está inmerso el país y que pagamos todos los argentinos. Cristina Fernández se
refirió a ello en el discurso del anuncio de expropiación y sostuvo que “Después de 17 años de la política que se
implementó desde que se desnacionalizó YPF en el año 1998, por primera vez en
el año 2011, como ustedes pueden ver esa importante barra roja, nos convirtió
en importadores netos de gas y petróleo con un déficit de 3.029 millones de
dólares”.Las ganancias de YPF en manos de REPSOL no se reinvertían en el país y por el contrario, derivaban en renta financiera y tal cual lo denunció Cristina Fernández, ello se vinculó a que “está el negocio petrolero y está el negocio también comercial y financiero. Precisamente cuando uno mira estos números, que hubo poco de negocio petrolero y mucho de negocio económico y financiero, sabe que por eso es muy necesario tener muy controlados y muy vigilados los dos frentes, como pasa en todas partes”. A partir de la nacionalización, las regalías de YPF van a capitalizar a la empresa petrolera Argentina, a la economía real de país y a la sociedad en su conjunto.
YPF y la cultura nacional
“Una nación que acepta la teoría
librecambista de otra no es una nación, pues está favoreciendo, al desguarnecer
su propio mercado, a la industria extranjera, y en consecuencia, frenando su
propio desarrollo industrial, base de toda independencia nacional”. Juan José Hernández Arregui
La nacionalización de la empresa cuestiona de
raíz los postulados ideológicos neoliberales que permitieron el saqueo del país.
Con la recuperación de YPF, el gobierno generó un hecho político que interpela
la cultura liberal y neocolonial y promueve un profundo sentimiento
nacionalista y popular. Desde ahora y tal cual lo expresó la constitución
nacional del año 1949, la propiedad privada debe cumplir una función social.
Asimismo, cabe destacar que YPF y como lo fue
en sus orígenes, demandará la formación de nuevos planteles de investigación, de
científicos y de aplicaciones tecnológicas nacionales.
YPF y el federalismo
El proyecto de nacionalización surgió con un
claro sentido federal y es por ello, que incluye a las provincias en el Consejo
Federal de Hidrocarburos (artículo 4) y en la administración del 49% de las
acciones de la empresa (artículo 8). La posibilidad de consolidar un verdadero
federalismo, va a depender de la articulación política entre las provincias y el
proyecto nacional. Dicha unidad entre distintos niveles de gobierno, le da
viabilidad real al federalismo y le otorga capacidad de decisión a las
provincias frente a la prepotencia de
las empresas extranjeras.
YPF y la justicia social
La nacionalización tiene entre sus objetivos,
los de regular un recurso del cual depende el valor de la energía eléctrica, el gasoil del transporte o
el gas de las familias. Es por eso, que la utilización con fines de interés público
del petróleo, tiene que permitir abaratar el costo de vida de los sectores
populares, desacoplando el precio interno de las oscilaciones internacionales.
En es ésta línea, que el artículo 1 del
proyecto se propone “garantizar el
desarrollo económico con equidad social, la creación de empleo, el incremento
de la competitividad de los diversos sectores económicos, y el crecimiento
equitativo y sustentable de las distintas provincias y regiones”.
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