La universidad y los
problemas nacionales
La universidad no es un fin en sí mismo, sino
que es un medio para alcanzar la independencia económica, la soberanía política
y la justicia social a lo largo y a lo ancho del país.
La universidad pública es una institución del
Estado y tiene como propósito fundamental contribuir a conformar la soberanía
cultural y tecnológica argentina. Sobre ésta última condición, se apoya la
independencia económica nacional, basamento de la soberanía política.
La labor del militante universitario peronista
tiene que contribuir a la emancipación social del pueblo y al fortalecimiento
político y de identidad de sus
organizaciones.
Sin desconocer su importancia, es bueno
remarcar que la universidad no es una vanguardia política o cultural, sino que
tiene que acompañar el accionar de las organizaciones del trabajo, de la
producción y del conjunto de los representantes del Estado.
Hay una
sola clase de hombres: los que trabajan
La universidad reprodujo una infructífera
división entre los trabajadores “académicos” y los “manuales”. Dicha separación
hoy se expresa conformando:
-
una
realidad institucional que divide funcionalmente a los “claustros” docentes y
nodocentes;
- una
estructura política que otorga la mayoría de las decisiones a los docentes y
alumnos, en desmedro de los nodocentes y los graduados;
-
una
dualidad sindical donde cada claustro tiene su propia herramienta gremial.
-
una
frontera cultural, que prejuiciosamente eleva en la escala de valores al
personal académico en relación a las labores manuales.
Para el militante peronista esta división debe
desaparecer, tendiendo a la unidad de acción y de concepción entre los docentes
y nodocentes y el conjunto de la comunidad universitaria. Sobre ambos
principios, se debería tender a construir una sola herramienta sindical que
reúna a los hombres y las mujeres que trabajan en la universidad, sin
distinciones.
El militante universitario peronista rechaza la
división del trabajo manual e intelectual, como supuesto limitante a la hora de
la toma de decisiones políticas en la institución. Los trabajadores nodocentes
están capacitados técnica y políticamente, para intervenir activamente en las
políticas académicas y de gestión universitaria.
Las 4 funciones de la
universidad
El militante universitario peronista es
consciente de que las funciones de docencia, investigación, transferencia y
cooperación tienen que contribuir a la grandeza nacional y a la emancipación
social del pueblo.
Las carreras que ofrece la universidad deben
orientarse a la resolución de problemas y no ser meramente copia de agendas
académicas extranjeras o el producto de intereses corporativos de la propia
institución. Las investigaciones tienen que derivar en diagnósticos y
soluciones de las demandas productivas, culturales y sociales de la región
donde está radicada la universidad.
El militante universitario peronista trabaja
por la articulación entre la universidad y la producción nacional, sabiendo que
la independencia económica es un aspecto fundamental de la soberanía política y
de la justicia social.
El militante peronista realiza tareas de
cooperación con el pueblo, de manera articulada y solidaria, sin olvidar nunca
que la institución la paga la totalidad de la sociedad y la utilizamos unos
pocos. Millones de argentinos de origen popular contribuyen con su trabajo diario
a financiar la universidad, sin ingresar a sus aulas.
Además y fundamentalmente, el peronista eleva
con orgullo la bandera del compromiso popular, la solidaridad humana y la
justicia social.
Argentina y la Nación
sudamericana
El militante universitario peronista recupera
en su práctica las producciones de los científicos, artistas y trabajadores
argentinos, afianzando la conciencia nacional, social e histórica. Reconoce con
orgullo, que Argentina tiene intelectuales y trabajadores de la cultura que
realizaron importantes aportes en todos los campos de la ciencia, el deporte,
del arte o de la tecnología.
El militante peronista descarta todo
sentimiento de inferioridad frente a la cultura foránea, sin por eso caer en el
error de negar los aportes extranjeros. Se trata de recuperar la ciencia
universal para nacionalizarla y nacionalizar la cultura universal para
humanizarla y ponerla al servicio de todos los pueblos del mundo.
El militante universitario peronista reivindica
con orgullo el hecho de formar parte de la nación sudamericana. Tenemos una
historia en común, afinidad cultural y tema fundamental, compartimos los mismos
enemigos políticos. Es por ello que el militante peronista promueve lazos
fraternales y de unidad política y gremial con los trabajadores del continente.
Lejos de cualquier tipo de discriminación o de rechazo étnico o de clase,
trabaja por la unidad universitaria y cultural de toda la región. El militante
universitario peronista es consciente de que solamente la unidad de los pueblos
y los gobiernos de Sudamérica, nos hará libre frente a los intereses
internacionales.
Los alumnos, graduados, docentes y nodocentes
deben difundir los autores argentinos y latinoamericanos, reforzando redes de
intercambio cultural y de afianzamiento de experiencias conjuntas.
Los estudiantes tienen que profundizar las
experiencias de las federaciones de jóvenes sudamericanas, tendiendo al
conocimiento pleno de las realidades de cada país y actuando de manera conjunta
en la búsqueda de soluciones a las demandas populares. Las Federaciones de los
Trabajadores Docentes y Nodocentes, tienen que conformar organizaciones
sindicales regionales recuperando el ideario de Juan Perón, que impulsó la Asociación de Trabajadores Latinoamericanos Sindicalistas (ATLAS)
y las agregadurías obreras en todas las embajadas.
La función social y
federal de la universidad
La historia de la universidad en su origen, es
la de los grupos dominantes argentinos. La institución era elitista y solamente
unos pocos podían estudiar. La Revolución Justicialista impulsó los horarios
nocturnos para los obreros y abolió los aranceles y los cursos de ingreso el 22
de noviembre del año 1949. A partir de esa fecha y hasta la actualidad, los
argentinos y los habitantes de del resto del mundo tienen el derecho a ingresar
a la institución sin pagar aranceles. El Justicialismo fusionó el conocimiento
científico con desarrollo productivo de la nación en su totalidad,
contribuyendo al bienestar de todos los argentinos y no solo de una elite.
La creación de las universidades en diversas
localidades a lo ancho de la Argentina, permitió el ingreso de miles de
estudiantes cuyas familias nunca habían iniciado la educación superior.
Gracias al peronismo, la institución es un
instrumento de igualación social entre los humildes y las clases adineradas.
Como resultado de la sanción de la gratuidad, se masificó el número de
estudiantes elevando el acervo cultural del pueblo y masificando su formación
técnica.
La universidad dejó de ser un recurso político
de la oligarquía y del seno mismo del pueblo se educan los abogados, médicos,
artistas, historiadores o ingenieros, contribuyendo a conformar una nueva clase
dirigente de origen trabajador.
El militante universitario peronista lucha por
mantener y profundizar estos derechos, garantizando la posibilidad de ingresar
y de permanecer en la universidad sin distinciones de clase, religiosas o
ideológicas.
El militante peronista tiene que trabajar para
que los sectores más postergados de la sociedad, accedan a la educación
superior.
Los derechos sociales
de los universitarios
El peronismo sostiene que los hombres de
ciencia son además de académicos, trabajadores con de derechos sindicales. Es
por eso, que Juan Perón y la Revolución Justicialista les otorgó en los años
cincuenta, derechos a los profesores a acceder a las dedicaciones exclusivas y
a la carrera docente.
Durante el primer peronismo surgieron las becas
para estudiantes. El gobierno peronista iniciado en el año 2003, aumentó las
becas universitarias de 5000 a 50.000 en una década. Durante los gobiernos de
Néstor y Cristina Kirchner, se sancionaron los Convenios Colectivos para los
trabajadores nodocentes y docentes por primera oportunidad en toda la historia
del país.
El militante universitario peronista defiende
los derechos de los alumnos y de los trabajadores y para eso se organiza
política y sindicalmente. El militante no debe olvidar que peronismo instituyó
un piso de derechos e instauró una conciencia social para poder defenderlos.
Para no perderlos y profundizarlos, el militante debe fortalecer la organización
y tiene que mantener alta la conciencia social y nacional de sus activistas.
La universidad, el
Estado y las organizaciones libres del pueblo
Durante mucho tiempo, las minorías liberales
manejaron la universidad para ponerla al servicio de pequeños grupos de poder
económico y político. El pueblo se organizó sindical y políticamente para
cambiar esta injusta realidad.
Hipólito Yrigoyen y la UCR promovieron cambios
políticos en el país y democratizaron las elecciones nacionales con el voto
secreto y universal (aunque sin participación de las mujeres). Con la finalidad
de democratizar la universidad, impulsaron el cogobierno y la elección interna de
las autoridades. Este sistema tuvo aciertos y además protagonizó limitaciones,
al distanciar la política universitaria de la realidad del conjunto de los
argentinos. Las instituciones se cerraron en sí mismas tornándose como “islas
democráticas” y es por ello que varios de sus miembros apoyaron golpes de
Estado en 1930 y 1955. La institución le dio la espalada al mismo Hipólito
Yrigoyen y algunos grupos de estudiantes provenientes del radicalismo o del
socialismo enfrentaron a la Revolución Justicialista. Incluso, luego del golpe
de 1955 se intervino violentamente la universidad y las nuevas autoridades se
propusieron funcionar “normalmente” cuando el resto de los trabajadores estaba
proscripto y sus familias perdían los derechos sociales y políticos.
Para que no se produzca esta infecunda
separación entre la universidad y la gran masa del pueblo, el peronismo impulsó
una renovada forma de organizar la institución. Desde 1946 el Justicialismo
promovió un dialogo estrecho entre el conjunto de los representantes del
Estado, del trabajo, la producción y las universidades. El gobierno peronista
creó el Ministerio de Educación de La
Nación y con ello le otorgó a la democracia de masas un instrumento
fundamental para planificar la política educativa. En ésta misma línea,
Cristina Kirchner inauguró el Ministerio
de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva en el año 2007.
El peronista no milita para obtener autonomía
universitaria y no considera que las acciones conjuntas con el resto del
Estado, con las organizaciones del trabajo y la producción nacional, sean una
intromisión o algo negativo para la ciencia y la cultura. Por el contrario, el
militante peronista contribuye a que la universidad trabaje con los
representantes populares de los municipios, las provincias, con las
organizaciones de los trabajadores y del conjunto del Estado.
El peronismo entiende que fuera de las puertas
de la universidad se producen los principales desarrollos culturales,
económicos o políticos y es por eso que los académicos aprenden permanentemente
del accionar del conjunto del pueblo. Los trabajadores, el gobierno y la
universidad se unen para construir esa Argentina grande con que San Martín
soñó.
El militante peronista trabaja para que la
autonomía y autarquía universitarias hoy existentes, generen las condiciones
para producir una ciencia que esté al servicio del pueblo que nos financia y
nos otorga la razón de existir a los académicos.
La organización vence
al tiempo, derrota a la oligarquía y es la única garantía de los derechos
sociales
El liberalismo rechaza la organización popular
y solamente convoca al ciudadano a votar al momento de las elecciones. De esa
manera y al ensalzar el individualismo, la oligarquía impide la organización
popular y mantiene sus privilegios sectoriales.
El militante universitario peronista construye
organización y es en torno de ella que canaliza sus demandas. El estudiante o
el trabajador universitario nunca se realizarán plenamente si están divididos y
sin una organización colectiva que los represente.
El militante peronista se propone fortalecer
las herramientas gremiales de todos los claustros, a nivel de su universidad y
de sus federaciones. El peronismo trabaja por la unidad de concepción y de
acción de todos los claustros de la universidad, sin distinciones o falsas
divisiones.
El militante universitario peronista desarrolla
sus actividades de manera mancomunada con las organizaciones libres del pueblo
externas a su institución, como son las formaciones políticas, sociales,
culturales y sindicales.
El militante se
capacita para la liberación
El militante universitario peronista se
preocupa por adquirir una formación integral, que contenga un saber técnico y
una educación doctrinaria. Ambas dimensiones se complementan con la acción
práctica y colectiva.
El militante peronista se destaca entre sus
compañeros por su solidaridad, su conciencia nacional y social y por su
compromiso con el estudio.
El militante peronista se forma con el legado
del pensamiento nacional y sudamericano y conoce la historia argentina y del
movimiento obrero.
El militante universitario tiene que estudiar
el pensamiento y la obra de Juan Perón y de todos aquellos hombres y organizaciones
que protagonizaron las luchas nacionales de liberación nacional y social.
El militante peronista acompaña la formación de
una épica científica nacional, de grandes miras y revolucionarios objetivos de
independencia económica y política y de liberación social.
El militante
universitario peronista no es sectario
El peronismo universitario no es sectario, ya
que sabe de manera certera que en su origen el Movimiento se conformó con
intelectuales reformistas de origen socialista como Manuel Ugarte, quien fue
orador principal en la Reforma de 1918. Se sumaron pensadores y docentes
universitarios de izquierda como el filósofo Juan José Hernández Arregui. El
proyecto universitario peronista se conformó con católicos que ejercieron la
docencia y la investigación como Hernán Benítez, Arturo Enrique Sampay o Justino
O´Farrell y con miles de jóvenes que levantaron la doctrina social de la
iglesia que hoy tiene al Papa Francisco como su mejor expresión. Miles y miles
de estudiantes y docentes se integraron al peronismo desde corrientes
radicales, nacionalistas e independientes, contribuyendo humilde y
desinteresadamente a construir una nueva fuerza política de refundación
nacional.
El militante peronista busca los puntos de
coincidencia con todos los compañeros, en la larga lucha por la liberación. El
peronista no es sectario y sin embargo tiene su doctrina y está convencido del
alcance emancipador que ella contiene. El militante universitario peronista
nunca olvida como manifestó su líder, que conducir es persuadir y que para ello
hay que dialogar, convocar y atraer a todos aquellos que quieran trabajar por
la justicia social, por la soberanía política, la unidad continental y por la
independencia económica.
Las 10 verdades del militante universitario peronista
1-
La
universidad es democrática si sirve al pueblo y no meramente si elige
libremente a sus representantes.
2-
La
universidad es un medio para la realización nacional, nunca un fin en sí mismo
y sus miembros tienen que trabajar para alcanzar la independencia económica, la
soberanía política y la justicia social de Argentina y de Sudamérica.
3-
Una
universidad sin una épica tecnológica y sin un nacionalismo cultural, es una
fábrica de técnicos sin alma y sin destino.
4-
La
Educación Superior es un bien social y es un derecho humano que el Estado debe
garantizar. En la Argentina peronista la ciencia, el arte y la cultura tienen
que ser un derecho de todos.
5-
Para
el peronismo la universidad es popular y es por eso que trabaja por el ingreso
de los humildes y por la supresión de las divisiones entre los académicos y el
conjunto de los trabajadores.
6-
No
existe para el peronismo universitario más que una sola clase de hombres: los
que trabajan.
7-
Ningún
universitario peronista puede sentirse superior a otro por disponer de títulos
o credenciales académicas. En caso de sentirse así, más que un peronista, es un
oligarca.
8-
El
peronismo universitario subordina los intereses individuales de sus miembros, a
los de la organización y éstos últimos, los pone al servicio del engrandecimiento
de la patria.
9-
El
peronismo universitario no es sectario y se enriquece con las diversas fuentes
históricas y doctrinarias, con la finalidad de organizar un Movimiento amplio
de liberación científica, cultural y nacional.
10- El peronismo
universitario tiene una doctrina simple y accesible al pueblo, que le otorga a
la propiedad una función social, que realiza la justicia social, constituyendo
un gobierno centralizado, un Estado organizado y un pueblo libre.
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