miércoles, 27 de diciembre de 2023

Políticas de seguridad de la gobernación bonaerense de Manuel Fresco 1936-1940

 Aritz Recalde, octubre de 2023

 

El gobernador Manuel Fresco encaró la reorganización del sistema de seguridad de la provincia. A esta tarea se la encomendó al Ministro de Gobierno y ex dirigente del Partido Socialista Independiente, Roberto J. Noble.

Fresco designó como Jefe de Policía a Pedro Ganduglia, quien encaró un importante paquete de políticas tendientes a fortalecer al gobierno central. En el mensaje enviado a la Legislatura con la propuesta de Reorganización Policial el gobernador había remarcado el hecho de la existencia de un negativo “sistema anárquico que diluye la autoridad y divide las funciones en grupos inarmónicos, con perjuicio del contralor riguroso que las actividades de la repartición, de la jerarquía y de la disciplina que en ella deben reinar” (Reorganización y Saneamiento de la Policía de la Provincia de Buenos Aires 1937: 29).

Su programa incluyó diversas reformas institucionales del funcionamiento policial y carcelario y una modernización del equipamiento y de la infraestructura.

Una de las cuestiones fundamentales que encaró la gobernación tuvo que ver con su intento de cambiar el concepto de la fuerza que tenía la población. Es en este sentido que el 18 de febrero de 1936 Roberto Noble destacó que “la policía debe inspirar respeto, no temor. El pueblo debe tener en ella un apoyo, no un azote” (Reorganización y Saneamiento de la Policía de la Provincia de Buenos Aires 1937: 11).

Para realizar la reforma el gobernador le requirió apoyo al Ministro del Interior de La Nación, Leopoldo Melo. En carta del 25 de marzo de 1936, Fresco solicitó el apoyo del Jefe de la Sección Robos y Hurtos de la División de Investigaciones de la policía Federal, Víctor Fernández Bazán (Reorganización y Saneamiento de la Policía de la Provincia de Buenos Aires 1937: 18-19). Con el Decreto 74 del 14 de abril de 1936 Fresco designó a éste último como Jefe de la División de Investigaciones de la Provincia

 

1- Aumento de la inversión en los servicios de policía y carcelarios

Uno de los puntos sobresalientes de la gestión de Manuel Fresco fue el mejoramiento del presupuesto destinado a la seguridad. La gobernación justificó la medida en el hecho de que Buenos Aires era hasta el año 1935, la provincia que menor porcentaje del presupuesto le dedicaba a la inversión policial (14,15%). Estaba cerca de Jujuy (15,02%) y lejos de las provincias de Córdoba (19,43%) y de San Luis, Catamarca, Salta y Corrientes (entre el 26,61% y el 37,55%). Los Territorios Nacionales oscilaban entre el 64 % y el 73 %.

Las deficiencias de inversión llevadas al plano concreto de la dotación de personal, hacían que al año 1936 para vigilar los 350 mil kilómetros cuadrados de la provincia había solamente 6597 hombre de tropa. Dividas las guardias en tercios, el resultado dejaba como saldo la existencia de un agente cada 159 kilómetros cuadrados  (Cuatro Años de Gobierno 1940, VI: 9).  

Para revertir el problema detectado, entre los años 1935 y 1939 el presupuesto aumentó del 17.506.920 a 26.850.180 alcanzando el 16,21% del presupuesto total (Cuatro Años de Gobierno 1940, VI: 8).  

Tal cual vamos a comentar a continuación, los recursos permitieron ampliar la cantidad de efectivos y mejorar sus sueldos y modernizar las instalaciones y el equipamiento.

 

Nuevo equipamiento policial

La gobernación encaró una importante política de modernización del equipamiento de la policía. Lo hizo con el apoyo y con el asesoramiento del Ministerio de Guerra y de la Dirección de Arsenales de La Nación.

Entre los argumentos esgrimidos para la mejora del equipamiento, estuvo el homicidio frecuente de los policías a “consecuencia de la falta de armamentos adecuados”. La gobernación elaboró una lista que incluyó a más de 60 comisarios, oficiales, cabos, sargentos y auxiliares asesinados en el cumplimiento de sus funciones. La delincuencia era cada día más profesional y mortífera y la política se seguridad tenía que modernizarse para poder enfrentarla.

Se adquirieron maquinarias y equipos para modernizar la División Administrativa (comunicaciones y talleres gráficos), la División de Investigaciones, la División de Seguridad (armas, cuerpo de bomberos, guarda cárceles, Sección Aviación, Cuerpo de Camineros y Cuerpo de Patrulleros) y las Comisarías de las Islas (Cuatro Años de Gobierno 1940, VI: 12, 17-70).  

Se compraron pistolas, ametralladoras, revólveres, carabinas y pertrechos. La provincia adquirió 48 automóviles, 2 aviones y 50 motocicletas, entre otros elementos.

Con ésta última adquisición se organizaron las fuerzas motorizadas de la policía, siendo una innovación en el país. Fueron sumamente útiles en una provincia como la bonaerense que tiene una extensa superficie y una amplia red de caminos (Conversando con el Pueblo 1940, T 1: 84). 


Inversión en infraestructura

Se construyeron comisarías en Marcos Paz, Carmen de Areco, General Viamonte, General Villegas, Castelli, General Belgrano, Rauch y Roque Pérez. Se edificó el primer destacamento permanente del cuerpo de camineros sobre la ruta a Mar del plata, en Chascomus y las subcomisarias de Acevedo en Pergamino, Tres Algarrobos en Carlos Tejedor, Arroyo Corto en Saavedra, Médanos en Villarino, Los Talas en La Plata y Germania en General Pinto.

Se ampliaron y reconstruyeron los cuarteles de Guardia Auxiliar, el Cuerpo de Patrulleros en La Plata, el Cuerpo de Camineros en Florencia Varela y otro número importante de edificios de comisarías y de destacamentos (Conversando con el Pueblo 1940, T 2: 138). 


El Plan Racionalización de Cárceles

El gobernador impulsó un importante programa de mejoramiento de la infraestructura carcelaria y con ese fin sancionó la Ley 4555/37 de “Plan Racionalización de Cárceles”. La norma habilitaba la inversión de hasta 200.000 pesos que estarían destinados, según lo fijado en el decreto de promulgación de la norma, a dar “Definitivo término a las serias deficiencias de capacidad, higiene y régimen de vida que adolecen los establecimientos penales de la provincia, buscando soluciones rápidas y eficaces”.

La normativa creó una Oficina Técnica de Edificios Penales que tenía a cargo la construcción, la reorganización de la infraestructura y la proyección de refacciones. Los edificios a promover tendrían en cuenta las funciones de:

a) Alojamiento, de acuerdo a las leyes penales;

b) Custodia de los penados, de acuerdo a su peligrosidad;

c) Seguridad y economía del personal encargado de la vigilancia;

d) Integridad del edificio y cuidado de los herrajes y artefactos;

e) Régimen del establecimiento en los aspectos administrativos, disciplinarios y morales.

Con los fondos de la ley 4555/37 y entre otras importantes obras proyectadas en la etapa, se creó la Cárcel de Encausados de Olmos de máxima seguridad para 1200 reclusos y según Manuel Fresco sería “la más moderna y amplia del país (…) Se han incorporado a sus construcciones las últimas y más modernas previsiones de la ciencia penológica para la reforma moral del recluido”. 

Se invirtieron recursos para modernizar el penal de Sierra Chica en Olavarría. Allí se reconstruyeron ocho nuevos pabellones, áreas de enfermería, patios de recreo, desagües y una oficina central. Se compraron materiales y maquinarias de herrería, de carpintería y una fábrica de mosaicos (Conversando con el Pueblo 1940, T 2: 149). 

En el marco del Plan se reedificaron los establecimientos carcelarios de La Plata, San Nicolás y de Mercedes.

 

2- Reorganización institucional  

Cambios en la organización de la policía bonaerense

Tal cual comentamos en la introducción al artículo, Fresco y Noble se propusieron cambiar la cultura institucional de la fuerza y superar la negativa percepción que tenía la población sobre la policía y sus vínculos con los políticos locales.

Además, intentaron darle autoridad al gobierno central en la administración de la fuerza, subordinando con ello la autonomía localista de comisarios y de agentes. Con este objetivo, se propuso estabilizar y fortalecer la repartición provincial que entre septiembre de 1930 y febrero de 1936 había cambiado 15 jefes policiales, a razón de uno cada cuatro meses en promedio.

Entre las acciones más destacadas, se puso en comisión a todo el personal. Con este objetivo el gobernador sancionó el Decreto 22 del mes de marzo de 1936. El artículo 1 declaró en comisión a todo el personal de la provincia y el 3 puntualizó que la Jefatura de Policía elevaría la nómina de los antecedentes respectivos de todo el personal se su dependencia.  Se prohibió la concurrencia policial a los despachos oficiales y se intervinieron los Talleres de policía (Barreneche 2010).

El gobernador creó siete Sub-comisarías y más de 50 nuevos Destacamentos.

Se le otorgó una importancia especial a la dotación de personal de los cuerpos especiales de la policía, que estaban distribuidos entre Guardia Cárceles, Guardia Auxiliares, Guardias de Seguridad y el Cuerpo de Camineros.  Estos últimos, en el año 1936 vigilaban 320 kilómetros de caminos, pasando en 1940 a controlar 2245 kilómetros de caminos (Cuatro Años de Gobierno 1940, VI: 15).  

En el año 1937 se fundó el servicio de aviación de la provincia y se adquirieron dos aviones “Waco” y un tercero marca “Stinson” (Conversando con el Pueblo 1940, T 2: 151) (Dirección General de Servicios y Operaciones Aéreas 2023). 

Durante la etapa, Ganduglia se propuso fortalecer la División de Investigaciones a cargo de Víctor M. Fernández. Entre otras tareas, le otorgó la función de investigación en cuestiones que involucraban a policías y al juego clandestino   (Barreneche 2010: 78-79).


Carrera administrativa para el personal policial

“Se aumentaron los sueldos y se ha dado al personal la estabilidad y el escalafón por ley. El personal ha aumentado de 10.720 individuos en 1936, a 12.966 en 1939”. Manuel Fresco, año 1939 

 

El artículo 90, inciso 12, de la Constitución Provincial del año 1934, definió que correspondía al Poder Legislativo organizar la carrera administrativa a partir del “acceso por idoneidad, escalafón, estabilidad, uniformidad de sueldos en cada categoría e incompatibilidades”.

A partir de lo fijado en la Carta Marga, Fresco sancionó el Decreto 45 del 24 de marzo de 1936, modificando el escalafón para el personal administrativo y técnico profesional. 

Posteriormente, la legislatura debatió y aprobó la ley 4646 de Carrera administrativa para el personal de servicio de la Policía de la Provincia. La norma cumplía con el planteo de Fresco citado en el epígrafe de consagrar la “estabilidad y el escalafón”  de los agentes de la fuerza.

Las funciones y ascensos del personal se organizarían a partir de las divisiones de Seguridad, Investigaciones, Judicial, Administrativo, y de Servicios Especiales y Técnicos.

La ley definía el perfil necesario para ingresar a la fuerza y establecía la estabilidad  de los trabajadores policiales y “Los empleados y personal obrero, de maestranza, de tropa y de servicio, que, desde el día de su ingreso hubieren prestado o prestasen seis meses de servicio, por lo menos, no podrán ser separados de sus puestos, sin que se justifique su inconducta o inhabilidad, mediante la instrucción de sumarios administrativos, en los que deberán ser oídos, antes de dictar la resolución definitiva pertinente”. Dejaría  de pertenecer a la Repartición Policial el personal que renuncie, que tenga incapacidad física o mental, por causa de inutilización para el servicio activo y por jubilación.

El Poder Ejecutivo tenía la potestad para fijar las condiciones de ingreso y la modalidad del funcionamiento de institutos. En ese marco, el titular de la cartera Ganduglia intentó adquirir mayor injerencia provincial en las incorporaciones (Barreneche 2010: 79).

La gobernación tenía a cargo la organización de los sistemas y métodos de clasificación y concepto para los ascensos, los procedimientos de sumarios, las correcciones y penas disciplinarias, las causas de destitución y los cuadros de escalafón en las distintas Divisiones policiales.

El diagnostico que tenía la provincia era que había una deficiente formación del personal en temas de investigación y sumarios. La fuerza no tenía suficientes asesores especializados en pericias balísticas y médicos forenses.  Se hacían mal los procedimientos y se demoraban los sumarios favoreciendo la impunidad y la prescripción de los delitos de juegos de azar, entre otros. En este marco, una de las cuestiones que había anunciado el oficialismo frente a la legislatura en el mes mayo de 1936, fue la creación de una Escuela de Policía, cuestión que finalmente no se realizó. En julio de 1936 Fresco remarcó la importancia que tendría dicha institución “en la que se impartan los conocimientos especiales propios de la función policial: instrucción de sumarios y trabajos de gabinetes y laboratorio complementarios de la investigación de los delitos, etc.”  (Reorganización y Saneamiento de la Policía de la Provincia de Buenos Aires 1937: 30-32).  

 

La reforma carcelaria: la Dirección General de Establecimientos Penales

“Las prisiones son hechas para seguridad y no para mortificación de los detenidos. Las penitenciarías serán reglamentadas de manera que constituyan centros de trabajo y moralización. Todo rigor innecesario hace responsables a las autoridades que lo ejerzan”. Artículo 26 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires de 1934

 

En el año 1937 se creó la Dirección General de Establecimientos Penales, sobre la antigua Inspección General de Prisiones. La flamante cartera del Estado estaba integrada por una Dirección General, una Inspección General, una Junta Asesora y tres Oficinas técnicas de Clasificación, de Trabajo Carcelario y de Edificios Penales.

A partir de la creación de la flamante Dirección, los establecimientos cambiaron su dependencia pasando del Poder Judicial, al ámbito del Poder Ejecutivo por intermedio del Ministerio de Gobierno (Servicio Penitenciario Bonaerense 2023) (Decreto de promulgación de la ley 4555/37).

Dependían directamente de la Dirección, el Penal de Sierra Chica, la Cárcel de Encausados y Penitenciaría de La Plata, la Cárcel de Mujeres de Olmos, las Cárceles departamentales de Bahía Blanca, de Dolores, de Azul, de Mercedes y de San Nicolás.

El “Plan racionalización de cárceles” tenía en cuenta particularmente la formación de los presos y para eso se creó la mencionada Oficina Técnica de Trabajo Carcelario.  La repartición estudiaría la capacidad de producción y de consumo de las instituciones y la distribución y ejecución de los trabajos de cada establecimiento, entre otras tareas. En el decreto de promulgación de la ley 4555/37 se puntualizó que con esta política tenía que evitarse la “anarquía actual, la desmoralización y el dispendio de los peculios en la realización de tareas inconexas (…) los presos deben trabajar, pero consultando fines morales y económicos”.

 

 3- Políticas focalizadas y resultados

La lucha contra el juego y el crimen organizado

Unas de las acciones encaradas por la gobernación fue el combate a los grupos delictivos organizados llamado “bandas de pistoleros”. Estas organizaciones eran urbanas y también las había rurales ligadas al delito del cuatrerismo. Las crónicas de la época dan cuenta de la detención y del desarme de una decena de importantes grupos criminales conducidos por Emilio Apeziale, Eduardo Barral, Carlos Oscar Gimenez, José Briozzo, Alejandro Novoa, Antonio Caprili, Florial Alberto Martinez, Martin Romero y Simón Irogaray, entre otros. 

Los informes oficiales de la provincia, detallaron la importante acción punitiva implementada contra los juegos prohibidos. Durante la etapa se procesaron a 4484 personas y fueron detenidos 320 capitalistas del juego.

 

Los resultados de la política pública

“Basta señalar que el pistolerismo y el cuatrerismo han desaparecido prácticamente, mientras el porcentaje de todos los demás delitos ha disminuido considerablemente. La persecución del juego ha sido sistemática e implacable. El aumento del presupuesto de la repartición en 1936, 1937 y 1938 sirvió para elevar el número de personal, que siempre resulta escaso para atender las crecientes necesidades policiales de la Provincia, y para aumentar y modernizar todo su armamento y medios de movilidad y transporte”. Manuel Fresco, año 1939

 

Los documentos oficiales de la gobernación remarcaron un cambio en la cultura institucional de la policía, subrayando que “Lo evidente e innegable es que tanto las dotaciones de las comisarías, subcomisarias y destacamentos aislados, como los cuerpos especiales referidos, están formados en la actualidad por hombres de una moral y de un sentido de la función y de la responsabilidad muy distintos a los que imperaban en otros tiempos. Ese nuevo espíritu, cabe reconocerlo, ha sido una de las consecuencias más saludables de la reorganización cumplida por el actual gobierno, reorganización que comprendió, desde luego, el aumento de la paga a sumas que permitieran a oficiales y agentes llevar un existencia decorosa, según lo impone el uniforme” (Cuatro Años de Gobierno 1940, VI: 16).  

Un reflejo del cambio positivo de la cultura policial, era que la población acompañaba las trasformaciones de la fuerza y donó en cuatro años 67 motocicletas, 11 autos y 25 bicicletas y según fuentes oficiales “no hay precedentes al respecto, y es que bien se puede decir, sin jactancia, que nunca como ahora el mantenimiento del orden, la seguridad de las personas y la salvaguarda de la propiedad en la Provincia han gozado de mayor protección oficial” (Cuatro Años de Gobierno 1940, VI: 16).  

Según datos de la gobernación y como resultado de la política pública, los delitos contra la propiedad y el abigeato habían disminuido considerablemente:

 

 

1934

1936

1938

Hechos

1669

1453

1140

Detenidos

530

388

411

Prófugos

1396

1196

923

 

Bibliografía

Barreneche Osvaldo (2010) “Manuel Fresco y la reorganización de la policía de la provincia de Buenos Aires”, en Emir Reitano (Compilador), El Gobierno de Manuel Fresco en la Provincia de Buenos Aires (1936-1940), Instituto Cultural, Provincia de Buenos Aires.

Cuatro Años de Gobierno (1940) Policía, trafico, comisión de  aviación, telégrafo, redifusión, registro general y censo permanente, protección a la infancia, Provincia de Buenos Aires, volumen VI.

Dirección General de Servicios y Operaciones Aéreas (2023) Reseña histórica, en línea https://www.mseg.gba.gov.ar/areas/dir_gral_aerea/index.html

Fresco Manuel (1940) Conversando con el Pueblo, compilado por Luis Balesta, Buenos Aires. T 1 y 2. 

Servicio Penitenciario Bonaerense (2023) Reseña Histórica, en línea http://www.spb.gba.gov.ar/site/index.php/unidades/84-institucion

 

 

jueves, 7 de diciembre de 2023

La cuestión del hombre de nuestro tiempo

 Aritz Recalde, noviembre de 2023 


“Es preciso, pues, conquistar una filosofía, para llegar a una nacionalidad. Pero tener una filosofía, es tener una razón fuerte y libre; ensanchar la razón nacional, es crear la filosofía nacional y, por lo tanto, la emancipación nacional”. Juan B. Alberdi

 

El 26 de octubre fui invitado a dar las palabras de apertura del  IV Encuentro Internacional de Filosofía y Humanidades del Departamento de Humanidades y Artes de la UNLa. La actividad se tituló “¿Cómo afronta la filosofía la cuestión del hombre en nuestro tiempo?: los desafíos de la diversidad cultural, la pluralidad de discursos, las propuestas científico-tecnológicas”.

De los ejes del encuentro me referí, centralmente, al debate sobre la cuestión cultural y a algunos desafíos que enfrentamos en la actualidad que están vinculados a los cambios tecnológicos.

 

1. La universalización de la cultura occidental

La técnica es tan antigua como la vida”. Oswald Spengler

 

El título del encuentro se refirió a dos interrogantes que me gustaría comentar. El primero tiene que ver con el debate sobre la tecnología, la cultura y las diversas identidades humanas.

El desarrollo acelerado de la tecnología y de las comunicaciones le dan nueva fuerza y vitalidad al proyecto de la universalidad occidental que fue implementado a partir del comercio, de la guerra y de la exportación de su cultura.

Inicialmente, la expansión del modo de ser y de vivir occidental fue posible por la aplicación de la ciencia y de la técnica que auspiciaron las distintas revoluciones tecnológicas.

El desarrollo industrial occidental se apoyó en la innovación científica y en la nueva forma de navegación que fueron motores del crecimiento de la economía europea. La superioridad militar occidental fue posible gracias a su desarrollo teórico y tecnológico. En este marco y a partir de distintas campañas bélicas impulsadas por naciones/Estados (Grecia, Roma, España y luego Inglaterra, Francia, entre otros) esa civilización avanzó territorialmente al Asia, al África y llegó a América. La ciencia y la innovación fueron centrales para la economía y la guerra y también para la expansión de la cultura. Solamente tenemos que citar el poder dinamizador de las ideas que tuvo la imprenta, para dimensionar con claridad la cuestión.

 

Las grandes culturas y la cultura occidental

La expansión económica, militar y cultural occidental y a diferencia de lo que plantearon –y siguen defendiendo- muchos de sus mentores, no supuso la desaparición de todas las culturas y formas de vida no europeas anteriores, si bien influyó en ellas.

Tal cual sostiene Oswald Spengler en su clásica obra la “Decadencia de occidente”, antes y en paralelo a la existencia de Europa existieron “grandes culturas” poseedoras de cosmovisiones, religiones, instituciones, valores y de tipos económicos propios y diferenciados.

Por ejemplo y en sintonía con el planteo de Spengler, Alexander Duguin reconoce la existencia de siete grandes unidades culturales y políticas en la actualidad. Estas son el Imperio Occidental, el Imperio Euroasiático, el Imperio Chino, el Imperio Indio, el Imperio Islámico, el Imperio Latinoamericano y el Imperio Africano. Dentro de cada una de estas grandes unidades civilizatorias existe una diversidad de entidades culturales e históricas.

Tal cual sostiene Samuel Huntington, hay culturas que asimilaron varios rasgos de la modernización tecnológica occidental, no así el conjunto de su sistema de valores y de vida. La modernización tecnológica no siempre derivó en la asimilación del ser occidental materialista y economicista con sus idolatrías dinero, bolsa de valores y con su noción de progreso lineal liberal. Huntington lo aclara cuando sostiene que “Los no occidentales ven como occidental lo que Occidente ve como universal”.

Durante mucho tiempo las ideologías liberalismo y marxismo postularon que era inevitable la asunción del modelo cultural del occidente europeo y de su forma de vivir y de estar en el mundo. Ambas corrientes, llegaron a esa falaz caracterización ya que interpretan al hombre a partir de su ser económico. Para el marxismo, la estructura de producción capitalista iba a consolidar una sociedad clasista que transitaría en todas las latitudes las mismas etapas evolutivas y que construiría un único modo universal humano socialista. Desde otra perspectiva, el liberalismo llegó a conclusiones similares al plantear que el proyecto del progreso capitalista occidental sería inevitable y universal.

El egoísmo individualista y el materialismo de clase impondrían un modo único de ser a todas las sociedades y culturas. En esta visión lineal de la historia, la forma de producción capitalista terminaría con las otras culturas y produciría un hombre nuevo, liberal consumista para unos y socialista y clasista para otros.

Con estos puntos de partida, las sociedades fueron caracterizadas como modernas o atrasadas, civilizadas o bárbaras, progresistas o feudales.

En realidad y a nuestro modo de interpretar la cuestión, la vitalidad de las grandes civilizaciones históricas o ecúmenes como las denomina Alberto Buela, se basa en que existen como entidades culturales identitarias y como sistemas de vida. La cultura es transmitida de generación a generación, es conservada como tradición, es repetida y vivenciada a partir de costumbres y de valores que son perpetuados en instituciones y en prácticas.

Una de las grandes manifestaciones de la cultura es la religión. Tanto liberales como marxistas auguraron su extinción y su remplazo por la cultura laica, racional y científica. Pese a los pronósticos, el sentido religioso no desapareció con el capitalismo y con el cientificismo. Tampoco el comunismo y otras ideologías y formas de producción pudieron borrar la cultura religiosa. La religión trascendió las diversas formas de producción, de regímenes políticos y de ideologías lo que favoreció el mantenimiento y la conservación de grandes culturas y sus correspondientes modos de vivir y de entender el destino humano.

En definitiva y lo que quiero destacar, es que no existe una sola cultura universal, una sola identidad y una única forma de ser y de estar en el mundo. La noción de progreso occidental lineal y único capitalista, es parte de una ideología que justifica la imposición de un sistema de poder particular y no una tendencia natural, ni irreversible de toda la humanidad.

 

2.- Los peligros actuales del hombre

Ahora quiero referirme a un conjunto de cuestiones neurálgicas y fundamentales sobre el sentido actual del hombre de nuestro tiempo. Voy a destacar, brevemente, algunos desafíos que enfrentamos y que considero  son centrales para el presente y para el futuro cercano.

  

La comunicación y la imposición de la cultura anglosajona

El título del encuentro se refirió a los cambios originados por las propuestas científico-tecnológicas. Sobre esta cuestión, quiero destacar las derivaciones en la cultura que trajo aparejado internet y la inteligencia artificial.

A partir de la creación de internet se están modificando las nociones tradicionales de soberanía cultural. Por intermedio de ese medio circula la información superando las antiguas fronteras e instituciones del Estado Nacional. Los ordenadores jerárquicos y distribuidores de la información dentro de una nación como son los padres, el maestro, el profesor, el periodista, el polìtico y el religioso son remplazados por consumos descentralizados de bienes culturales, a los que se accede desde celulares y computadoras.

Me interesa  destacar tres temas de esta nueva dinámica de consumo cultural. La primera, es que el acceso al conocimiento sin las viejas mediaciones y organizadores del saber, es muchas veces negativa para la formación cultural e identitaria de las nuevas generaciones. Se genera un consumo anárquico de información que está siendo mediado por las corporaciones multinacionales y se producen dificultades para diferenciar lo necesario y lo accesorio, lo importante y lo superfluo. Es habitual el tratamiento superficial de los textos y de las imágenes en redes lo que debilita el pensamiento crítico y la cultura nacional.

El segundo aspecto que quiero destacar es que  el funcionamiento de internet y de sus aplicaciones que disponemos en nuestro continente, dependen directamente de corporaciones, centralmente, norteamericanas. La forma en la cual se organiza la circulación de los contenidos y los temas que aparecen en los buscadores son manipulados con fines económicos, políticos y geopolíticos.

La tercera cuestión, es que este sistema de circulación de la cultura tiene la particularidad de que registra, almacena, analiza y utiliza la información a partir de la inteligencia artificial. Resultado de esto, es que están cambiando radicalmente las nociones  acerca de libertad individual y de los alcances de la esfera privada y de la pública. La libertad individual como la conocimos está terminada y actualmente las maquinas recogen y sistematizan lo que hablamos, a dónde vamos, qué leemos, qué miramos en la pantalla, qué consumimos, qué pensamos. Con esta información, las corporaciones, los factores de poder y los gobiernos tienen un registro individualizado de quiénes somos, que religión, pensamiento e ideología tenemos.

Ningún régimen político en la historia humana tuvo semejante poder. La esfera privada ya no existe tal cual la conocimos y con la telefonía celular y con las aplicaciones se registra, se ordena y se utilizan nuestras conductas y pensamientos. 

Estamos iniciando una nueva etapa en el control político y emocional de masas nunca visto y con perspectivas poco promisorias. Las corporaciones hacen negocios. Los Estados hacen política y disputan con las otras naciones el control del planeta. Los factores de poder forman opinión pública y conducen a las masas utilizando recursos irracionales y emocionales.

 

La destrucción total del planeta

La evolución tecnológica en la industria bélica nos pone frente a potenciales nuevas y más catastróficas Hiroshima y Nagasaki. Los desarrollos de la producción robotizada e informatizada le dan una capacidad destructiva al hombre que nunca tuvo.

Los drones y los vehículos no tripulados, el perfeccionamiento misilistico y de armas de largo alcance, hacen cada día más mortífera la capacidad militar. La posibilidad de destruir un objetivo ya no tiene el límite de las distancias y todas las naciones son hoy un blanco militar alcanzable por un grupo de grandes Estados.

Con la tecnología robotizada la acción destructiva de la industria bélica es cada vez más impersonal, más distante e inhumana. 

Con la nueva dinámica de circulación de la información las noticias de los sucesos se difunden rápidamente. Si bien la imagen es manipulada por los gobiernos y por los distintos sectores en pugna, se amplió la posibilidad de conocer aspectos de las tenebrosas dimensiones devastadoras de la guerra. Esta terrible fuerza destructora se está utilizando en los conflictos bélicos actuales. El saldo siniestro son ciudades hechas polvo en minutos, poblaciones desplazadas e incluso masacradas.

La comunidad internacional parece anestesiada moralmente frente a lo que ocurre. Las instituciones del siglo XX no están demostrando capacidad para resolver las tensiones y disputas y menos aún para proteger, al menos, a la población civil. 

Dado el armamento y la tecnología para la muerte que disponen varias naciones en pugna, el aumento del espiral de los conflictos podría derivar en la destrucción total de la humanidad.

 

La destrucción de la casa en común

El otro tema crucial de nuestro tiempo, es que estamos recibiendo las consecuencias de siglos de destrucción del medioambiente.

El calentamiento global, la contaminación atmosférica y del agua, la depredación de especies y la desertificación, nos enfrentan a crisis y a desastres naturales con consecuencias sumamente negativas para la sociedad.

Las alertas que especialistas y hombres de ciencia venían haciendo hace tiempo, hoy adquieren realidad.

 

3- La aceptación definitiva de la sociedad de los descartados del capitalismo

Nuestro continente no consolidó un modelo productivo de desarrollo de largo plazo. Por el contrario, protagonizó ciclos cortos de crecimiento, que son seguidos de otros de estancamiento y de severas y dramáticas crisis.

A este inconveniente, se le suma la inmensa desigualdad en el reparto de la riqueza.

Como producto de ambas cuestiones, existe un gran número de personas y de familias descartadas laboral y socialmente. En buena parte de las naciones del continente el desempleo y la informalidad en el trabajo castigan a la mayoría de la población. Millones de familias padecen la pobreza, la indigencia y sus diversas carencias vinculadas.

A las desigualdades laborales y sociales se le suma la creciente desigualdad cultural. La educación pública primaria y secundaria hoy no iguala, sino que en muchos casos diferencia a los nenes y jóvenes. En nuestro país existen distintos sistemas educativos en función de la capacidad adquisitiva de las familias y la brecha se amplía año a año hace ya varias décadas.

Está en crisis la noción de educación pública liberal del siglo pasado, que se proponía construir una misma ciudadanía nacional en una población socialmente y étnicamente diferente de origen migratorio.  El servicio militar que en el siglo XX impulsó Ricchieri  también tenía vocación uniformadora y  patriótica en lo cultural. En ese marco, el Estado implementaba acciones sanitarias en los cuarteles y forjaba una conciencia federal del territorio entre los jóvenes.

En la sociedad del descarte actual, el mercado de trabajo no integra, sino que acentúa las desigualdades. La educación pública tampoco iguala y se construyen muros culturales entre clases, grupos y personas. En este punto, nuestro país se parece cada día más a otros de Hispanoamérica que tienen a sus jóvenes separados en sistemas educativos públicos y privados fuertemente diferenciadores.

El descarte social y la fractura cultural impiden la necesaria unidad de destino. El país deja de ser una nación y deriva en un mercado subdesarrollado y desigual.

A la crisis de la educación pública, se le suma la creciente fragmentación de las comunidades de base familiar y barrial. El resultado es el debilitamiento de principio de la solidaridad social que es necesario para mantener unidos a los habitantes.

El descarte social y cultural lleva décadas y de la pobreza cíclica involucionamos a la marginalidad estructural. La marginalidad instala la cultura del desprecio por la vida, acentúa la violencia interpersonal y el creciente y preocupante ingreso juvenil al crimen organizado. Los robos brutales en las grandes ciudades, los asesinatos motivados para sustraer un celular o un auto, nos muestran lo poco que valen la vida propia y la ajena para miles de jóvenes que no creen tener más posibilidad que la cárcel o que la muerte.

Al no existir una unidad de destino colectiva y un principio de solidaridad social, el estado de desigualdad es aceptado como una situación normal e inmodificable.

La crisis prolongada que padecemos originó un asfixiante y deprimente estado de ánimo, un creciente desencanto y nihilismo sobre el futuro. De manera similar al año 2001, las juventudes de clase media están migrando vía aeropuerto de Ezeiza. También se están alejando del país emocionalmente y es frecuente que tengan como perspectiva de vida salir de la Argentina. Ya no se trata solamente de ir a Europa a consagrase culturalmente y adquirir estatus para luego regresar a la Argentina como en el siglo XIX. Miles de jóvenes están totalmente descreídos del país y se imaginan construyendo un proyecto fuera de la patria.  

Frente al preocupante panorama, un sector importante de la dirigencia política se convirtió en administradora del subdesarrollo. La falta de un mito movilización y la mansedumbre de los dirigentes frente a la situación conllevan y acentúan el descreimiento sobre los partidos, sobre el gobierno y sobre el Estado.

 

4- El desafío de las  universidades

“Los muros se derrumban, las certezas se diluyen y los ideales chocan con la realidad. Quizás por eso, la esperanza no basta. A la esperanza en un mundo mejor hay que agregarle permanentemente voluntad de construirlo. Por eso, el compromiso que asumimos y con el cual nos comprometemos es construir una universidad al servicio de la Nación”. Ana Jaramillo

 

El complicado panorama no debe detener la necesaria e impostergable tarea de transformación de la sociedad.  Como bien dice Ana Jaramillo en el epígrafe, frente a las adversidades los intelectuales y académicos tenemos que comprometernos movilizando voluntad, esperanza y compromiso con la nación.

Debemos bregar por impedir la imposición de un universalismo cultural autoritario. En la Universidad de Lanús trabajamos por la defensa y la promoción de la cultura nacional y sudamericana que surge de nuestra historia como parte de una fusión y actualización permanente de las tradiciones occidentales, hispanoamericanas, precolombinas  y de las culturas migrantes que enriquecieron nuestro acervo identitario.

Debemos promover un orden mundial pluri-versal. Con este fin, es importante respetar el derecho al ser de las naciones y sus entidades étnicas y religiosas. En el sistema que proponemos pueden convivir las distintas formas de existencia. En el mundo pluriversal coexistirán la modernidad tecnológica, los sistemas valores tradicionales y distintas formas políticas e institucionales.  

Tal cual estableció la filósofa Amelia Podetti, el encuentro de occidente con América inició una nueva etapa en el desenvolvimiento de la universalización europea. Este cruce de culturas cimentó la posibilidad de construir la nueva civilización hispanoamericana de la que somos parte, con sus luces y con sus sombras. Vivimos en un continente de raíces cristianas mestizadas con las culturas precolombinas y con las diversas corrientes migratorias. Sobre esta matriz, conviven diversos regímenes políticos de izquierda y de centro, más o menos populares. Algunos son liberales y otros proteccionistas en lo económico. Todos estos sistemas tienen una amalgama cultural y pese a que difieren en tipos de regímenes políticos, comparten condiciones históricas e identitarias que pueden ser el basamento para la construcción de un continentalismo federalista, respetuoso del principio de autodeterminación nacional.

En Asia y en África hay sociedades y gobiernos organizados a partir de islam. Algunos están alineados en temas internacionales al polo occidental anglosajón como Arabia Saudita y otros enfrentados a él, como es el caso de Irán. Esas comunidades tienen derecho a fundarse en base a sus valores e instituciones, a ejercer sus formas de vida y su política internacional. En el mundo multipolar que proponemos, esas entidades culturales tienen que ser respetadas. Los gobiernos tienen la soberanía para forjar acuerdos con los Estados y ninguno de los otros sistemas puede imponerles por la fuerza un mandato cultural y geopolítico de vocación universal.  

Los universitarios debemos afirmar el conocimiento nacional y suramericano. Esta perspectiva supone nacionalizar y regionalizar las diversas culturas del mundo, para ponerlas al servicio de la solución de nuestros problemas.

El contexto de crisis internacional que estamos atravesando, además de un peligro, es una oportunidad. Los dos grandes momentos universitarios de refundación cultural de siglo XX, fueron la Reforma del año 1918 y el Congreso de Filosofía de 1949. El primero, se propuso construir una nueva cultura que superara la decadencia política y moral europea de la posguerra de 1914-18. Uno de sus adversarios fue el liberalismo anglosajón norteamericano cuyo mito movilizador positivista y materialista los reformistas consideraban agotado. En el año 1949 los académicos se plantearon forjar las bases de una nueva forma de ser y de vivir en el contexto de un primer mundo destruido material y moralmente por la guerra. La Comunidad Organizada sería el nuevo sistema de vida alternativo al liberalismo, al comunismo y a los otros autoritarismos europeos como el fascismo y el nazismo.

Finalmente y frente a la sociedad de los descartados actual, tenemos que postular la construcción de nuevas ciudadanías sociales que garanticen la dignidad humana. Se trata como postuló Antonio Cafiero, de forjar un “Estado de la Justicia, que no niega el Estado de Derecho, pero el Estado de Derecho es letra que a veces muere, en cambio el Estado de Justicia es como el espíritu que vivifica. Es un Estado de persuasión colectiva que supera lo formal para depositarse en la conciencia colectiva y el pensamiento de cada hombre. Es un Estado donde las banderas igualitarias tienen más vigencia que nunca”.

 

Bibliografía citada

Alberdi Juan Bautista (1920) Fragmento preliminar al estudio del derecho, La Facultad, Buenos Aires.

Buela Alberto (2020) Virtudes contra deberes,  TB ediciones, Buenos Aires.

Duguin Alexander (2023) Imperios como civilizaciones, en línea

https://www.geopolitika.ru/article/imperii-kak-civilizacii

Huntington Samuel P. (1997) El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial, Paidos, Buenos Aires.

Jaramillo Ana (2006) Intelectuales, académicos, un compromiso con la Nación, EDUNLA, Buenos Aires.

Spengler Oswald (2007) La decadencia de occidente, bosquejo de una morfología de la historia universal, Austral, Madrid.

Solíz Rada Andrés (2013) La luz en el túnel, las lídes ideológicas de la Izquierda Nacional boliviana, Publicaciones del Sur, CABA.

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