Aritz Recalde, marzo 2015
“Los Estados Unidos parecen destinados a plagar la América
de miserias en nombre de la libertad”. Simón Bolívar
El presidente de los EUA Barack Obama, declaró que la
Republica Bolivariana de Venezuela es una amenaza para la seguridad de su país.
Anteriormente a estas manifestaciones, los funcionarios norteamericanos venían
endureciendo su discurso contra Venezuela, incluyendo la sanción a siete
funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro. En paralelo empujaron la baja del
petróleo mundial, deteriorando la principal fuente de ingresos económicos de
los venezolanos.
Carece de veracidad que Venezuela sea una amenaza para el
pueblo y el gobierno de los EUA. No existen antecedentes históricos que
demuestren la decisión y menos aun la existencia de acciones de hostilidad
militar de Venezuela contra Norteamérica. La República Bolivariana es una
nación pacifica, a diferencia de EUA cuya política exterior es guerrerista e
imperialista.
Causales del conflicto con la República Bolivariana de
Venezuela
La amenaza de Obama es parte de una estrategia de política
interna. Además y tema fundamental, conociendo la historia de su país hay que
considerar sus declaraciones como el augurio de una potencial agresión armada.
¿Por qué EUA atenta política y económicamente contra la
Republica Bolivariana de Venezuela?, ¿cuál sería la causa de una escalada
militar?. Además de la política interna que comentamos, hay al menos tres
cuestiones que tensan las relaciones entre ambos Estados. La primera es el
petróleo venezolano y los países del mundo que disponen de ese recurso
energético, son un objetivo político y militar de las potencias occidentales.
Las guerras que impulsan los EUA en Irak, en Libia o en Afganistán están
originadas en buena parte, en la obtención del petróleo. La segunda causa es
que el proyecto que inició Hugo Chávez es un “mal ejemplo” político,
equiparable al peronismo de los años cincuenta y a la Revolución Cubana de los
sesenta. La revolución bolivariana encarnó una política nacionalista,
antiimperialista, iberoamericana y popular que acompaño y que aceleró los
procesos de cambio social de la última década. Derrotada la izquierda
venezolana, el conjunto de los gobiernos populares de la región y el mundo se
verían debilitados. El tercer y último elemento a tener en cuenta, es que la
Republica Bolivariana es una aliada de China y Rusia y se propone la unidad de
Iberoamérica. En Venezuela se está operando la lucha geopolítica mundial y se
profundizan los conflictos de una nueva “guerra fría”, en la antesala de una
potencial tercera conflagración mundial.
Los “muertos sudamericanos”, son una manera sutil de hacer
campaña política
Con sus declaraciones el presidente de EUA está haciendo
propaganda política interna. En ese país para influir una elección y para
controlar emocionalmente a su población, hay que inventar un enemigo externo.
En las campañas electorales profetizar y promover las guerras contra Estados,
gobiernos y pueblos considerados “peligrosos”, es un recurso habitual y
extendido.
Las guerras financian al complejo industrial militar
norteamericano y son una fuente de empleo para los ciudadanos de EUA. Los
políticos estadounidenses en acuerdo con su industria militar y con los órganos
de producción de la cultura (Hollywood, canales de TV, agencias de noticias,
etc.-), inducen y luego justifican en el tiempo los conflictos bélicos. La
sociedad le otorga legalidad a la guerra apoyando a su clase dirigente y
financia inicialmente la invasión con sus impuestos. El resto del mundo que es
objeto de las bombas y del latrocinio, pone los muertos y paga la guerra con su
esfuerzo y con sus recursos saqueados.
Las cinco dimensiones del imperialismo norteamericano
“El Pentágono se encarga de lo militar, el Departamento de
Estado de lo diplomático y la USAID de las poblaciones civiles”. Stella Calloni
La historia del hombre está estrechamente ligada a las
luchas de los pueblos contra los imperialismos. Grecia, Roma, España, Francia,
Inglaterra, Turquía (otomano), Alemania (nazi) o Rusia (soviético)
protagonizaron acciones imperialistas sobre Europa, Asia, África, Oceanía y
América. China fue el eje imperial asiático por siglos. En el continente
americano existieron importantes imperios como el azteca o los incas, que
ejercieron un predominio político y territorial sobre buena parte del
continente.
En término históricos y si se analiza de manera relativa,
los EUA son una nación imperialista de corta duración. Los norteamericanos
articulan su voluntad de dominio universal con la revolución tecnológica del
siglo XX, que es utilizada para ponerla al servicio de su expansión militar y
política.
Imperialismo Político
¿Hay cifras exactas del genocidio? Aunque resulte doloroso
sumar en estas circunstancias, podemos llegar a la conclusión de que más de 400
mil latinoamericanos fueron víctimas de una política de Estado terrorista, cuya
base estuvo diseñada en Washington. Y esto no ideologismo fatuo. Sólo basta
reconstruir la historia de los dictadores, como Anastasio Somoza, Fulgencio
Batista, Jorge Ubico, Alfredo Stroessner, y otros, y unirla con las dictaduras
del llamado Cono Sur, y comprobar dónde y por qué surgieron y qué poder los sostenía”.
Stella Calloni
A partir de fines del siglo XIX y en especial desde mediados
del XX, los EUA se perfilaron como una potencia política y militar con vocación
expansionista. Desde el año 1823 cuando James Monroe postuló “América para los
americanos”, la clase dirigente norteamericana se creyó capaz de destronar a
las potencias occidentales, para ocupar su lugar imperialista. Una de sus
primeras víctimas fue México a quién le amputaron Texas, Nuevo México y
California equivalentes al 50 % de su territorio (una superficie cercana a los
2 millones de km2). Anteriormente habían comprado Louisiana a Francia (1803) y
La Florida a España (1819).
Iberoamérica recibió un sinfín de agresiones militares,
bloqueos económicos, operaciones culturales y acciones de desestabilización por
parte de los norteamericanos. Puerto Rico, Panamá y Cuba fueron ocupados
militarmente y doblegados políticamente. El primero sigue siendo a la fecha un
apéndice de EUA bajo la figura de “Estado Libre asociado”. En 1903 los EUA ocuparon
la zona del Canal de Panamá y luego de tensas negociaciones entre Carter y
Torrijos en 1977, los devolvieron el área recién en el año 1999.
A poco más de un siglo de las palabras de Monroe, EUA
institucionalizó su dominio político y militar en el continente con el Tratado
Interamericano de Asistencia Reciproca (TIAR de 1947) y con la Organización de
Estados Americanos (OEA de 1948). El TIAR suponía que frente a una agresión extranjera sobre el
continente, los EUA y el conjunto de países miembros, intervendrían a favor del
Estado violentado. La historia demostró que el TIAR era incapaz de servir a los
intereses de Sudamérica y por tomar sólo un caso concreto, los EUA apoyaron a
Inglaterra en la guerra de Malvinas de 1982 contra la Argentina . Entre las contribuciones
de Ronald Reagan a los ingleses estuvo la provisión de armas, de satélites y de
bases militares. Los norteamericanos realizaron una política de apoyo a
Margaret Thatcher, operando en los organismos internacionales y sobre sus
dirigentes aliados de Iberoamérica, como fue el caso del dictador chileno
Augusto Pinochet.
La OEA nació en Colombia en el contexto del asesinato del
activista Jorge Gaitán. Entre sus objetivos estuvieron lo que ellos
consideraron era la lucha contra el “comunismo”, cuestión que les permitió
expulsar a Cuba de la OEA en el año 1962. El organismo mantuvo al continente
fuera de la influencia europea y ofició como una polea de los intereses
norteamericanos. Como respuesta al accionar de la OEA, durante los últimos años
los gobiernos populares de la región crearon nuevos mecanismos de integración,
como son la UNASUR o la CELAC que no tienen participación de los EUA.
En la década del cincuenta los EUA intervinieron en la
destitución del presidente de Guatemala Jacobo Arbenz (1954), del argentino
Juan Domingo Perón (1955), del brasilero Joao Goulart (1964) y desembarcaron
sus tropas en la República Dominicana (1965).
En los años sesenta impartieron la Doctrina de la Seguridad
Nacional a partir de la cual se organizaron dictaduras como la de Castelo
Branco en Brasil (1964) o la de Juan Carlos Ongania en la Argentina (1966). En
esta década enfrentaron públicamente a Cuba financiado desembarcos militares
(1961), actos terroristas y organizaron un bloqueo económico y político mundial
contra el primer país socialista de América.
En los setenta participaron del derrocamiento y asesinato de
Salvador Allende (1973), de la caída de Isabel Perón (1976) e impulsaron
públicamente el ciclo de sangrientas dictaduras en la región. Según Stella
Calloni la participación de Washington en el Plan Cóndor que diseñó, capacitó y
financió las dictaduras latinoamericanas en los años setenta, dejó como saldo
400.000 víctimas.
Intervinieron en la lucha contra el Frente Sandinista de
liberación Nacional de Nicaragua a fines de los años setenta, militarizando
Centroamérica y el Caribe. En el año 1983 invadieron Granada y durante la etapa
participaron activamente en los conflictos del Salvador, brindando recursos
para derrotar al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.
Durante los años noventa y ya sin adversarios políticos a la
vista, influyeron en los planes de
desarrollo de Latinoamérica y fueron los protagonistas principales de la
aplicación del neoliberalismo.
Frente al surgimiento de gobiernos críticos de su accionar,
los grupos conservadores de los EUA operaron con hostilidad y reconocieron el
golpe de Estado de Venezuela de 2002, apoyaron la caída de Jean Bentrand
Aristide de Haití en 2004 y hay indicios de su cooperación en el derrocamiento
de Zelaya en Honduras (2009) y de Fernando Lugo en Paraguay (2012). En Honduras
existe una base militar de los EUA denominada “José Enrique Soto Cano”, que fue
utilizada para detener el avance de la izquierda nicaragüense. Luego de un
accidente aéreo en 2008, Zelaya había promovido que la base Soto sea utilizada
para vuelos comerciales, cuestión que aceleró su derrocamiento el 28 de junio
del 2009.
Imperialismo económico
Una de las herramientas de dominio más importante de los
norteamericanos, fue su predominio económico. El país dispone una Plaza
Financiera de alcance mundial (Wall Street) y emite y administra el dólar que
es la principal divisa con la cual opera la economía iberoamericana. EUA emite
dólares y exporta su deuda externa y los precios del dinero (tasas de interés)
son regulados por la Reserva Federal, que opera como un factor de control
fundamental del sistema económico mundial.
Los EUA tienen un manejo de las principales decisiones del
Fondo Monetario Internación y del Banco Mundial. No es casualidad que ambas
instituciones durante las décadas del ochenta y del noventa, ejecutaron un
programa financiero tendiente a fortalecer los intereses de EUA y que como
resultante de ello, los países iberoamericanos quebraron y entraron en crisis económicas
y sociales profundas. Ambos organismos son administrados, casi sin excepciones,
por representantes directos de las corporaciones y del Estado norteamericano y
durante el neoliberalismo han sido los promotores de la destrucción del Estado
de bienestar y de la industria sudamericana.
Según el investigador uruguayo Vivian Trias el “primer trust
importante ha sido la Estándar Oil CO”. De su apertura a la fecha, la obtención
del petróleo por parte de los EUA originó buena parte de los golpes de Estado en
la región y en el resto del planeta, como es el caso del Golfo Pérsico.
Para oponerse a la acción negativa de los EUA, en la última
década los programas populares y nacionalistas de Sudamérica, rechazaron el
ALCA y los Tratados Bilaterales de comercio.
En las últimas décadas los norteamericanos están sufriendo
un retroceso económico en la región en relación a China y a Brasil, aunque en
el plano científico y tecnológico los EUA siguen teniendo importancia en áreas
como la industria automotriz, química, energética, informática y de servicios.
Imperialismo Cultural
Luego de la Segunda Guerra Mundial los norteamericanos
ocuparon un lugar central en la formación y distribución de la cultura de
Iberoamérica. Su modelo de vida, de consumo y su ideología individualista y
liberal alcanzó hegemonía a partir de su importante industria cultural.
Iberoamérica consumió las revistas, los libros, la prensa y el cine
norteamericano desplazando la influencia Europea y obstruyendo la formación de una cultura nacional.
Actualmente manejan buena parte de la producción de las
noticias internacionales con sus agencias de noticias (Associated Press, CNN o
United Press International) y con sus órganos periodísticos que tienen
considerable alcance en nuestro continente (The Wall Street Journal, The New
York Times, New York Post o The Washington Post).
Disciplinas universitarias como la sociología, la ciencia
política y la economía poseen una fuerte impronta norteamericana. En el plano
económico los principios del Consenso de Washington y del neoliberalismo,
fueron aplicados por diversos gobiernos en todo el mundo.
La Agencia Central de Inteligencia de los EUA (CIA) o la
institución antidrogas Drug Enforcement
Agency (DEA) tienen una influencia central en nuestro continente. Ambas
operan sobre las agencias de inteligencia, el periodismo, los partidos
políticos y las fuerzas de seguridad latinoamericanas. Luiz Alberto Moniz
Bandeira demostró que la CIA intervino activamente para derrocar a Salvador
Allende en Chile y financió a entidades empresariales del sector transporte
para hacer una huelga, apoyó al periodismo opositor y solventó a fundaciones de
derecha golpista.
El Departamento de Estado actúa políticamente en la región
de manera directa o a partir de organismos como la Agencia Internacional Para
el Desarrollo (USAID), que fue creada en el año 1962 por John Kennedy. Esta
última formalmente se propone prestar acompañamiento económico y social a los
pueblos, pero en realidad Stella Calloni la consideró la “cara social de la
CIA”. Estas instituciones actúan con Fundaciones en los diversos países y
tienen influencia en la justicia, los medios de comunicación y en la sociedad
civil.
En el terreno de capacitación militar los EUA ejercieron un
predominio fundamental. Entre sus ámbitos educativos estuvo la Escuela de las
Américas creada en 1946 y ubicada hasta el año 1999 en Panamá. Telma Luzzani
calcula que la Escuela capacitó 60.000 militares latinoamericanos. Como
resultado de su intervención, los ejércitos se transformaron en policías
internas y la hipótesis de conflicto dejó de ser el ataque de potencias
extranjeras, para derivar en los activistas de cada país. Luiz Alberto Moniz
Bandeira describió con detalle como la CIA y la Embajada de los EUA,
orquestaron el golpe de Estado militar en Brasil del año 1964 que derrocó a
Goulart.
Como parte de la descolonización militar del continente, en
el año 2009 la Ministra de Defensa argentina Nilda Garre cerró la oficina que
tenía el Pentágono en el Edificio Libertad perteneciente a la cartera de
Defensa.
Imperialismo judicial
Los EUA ejercen un poder judicial de alcance mundial. Su
manejo del Banco Mundial les otorga poder de decisión en el Centro
Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI). El
CIADI se propone como un mediador imparcial en diferendos de inversiones, pero
en los hechos favorece que las corporaciones de ese país extorsionen a otros
Estados.
La justicia norteamericana alcanzó competencias para dirimir
conflictos en transacciones de deuda externa. La Argentina renegoció su deuda y
los titulares de los fondos financieros especulativos (también varios de ellos
de EUA…), litigaron en tribunales de Nueva York por intermedio del juez Thomas
Griesa. El accionar del juez favorece la especulación financiera internacional,
destruye las renegociaciones de deuda soberana y obstruye el cobro por parte
de los bonistas de todo el mundo.
La justicia norteamericana hoy es un actor que pone en
riesgo a la economía mundial e intenta recuperar el dominio perdido de los
especuladores financieros.
Imperialismo Militar
“Frente a la experiencia vivida, sería ingenuo pensar que
los Estados Unidos vayan a poner en peligro su economía y su moneda para ayudar
al “Mundo Libre” y dispersar un millón y medio de hombres de sus tropas para
asegurar la “democracia y la libertad”. Si eso es así, debemos pensar que lo
disimulan muy bien. En efecto, bastaría un ligero análisis de sus acciones para
persuadirnos que su plan de expansión, penetración y ocupación, tiene un
objetivo puramente imperialista”. Juan Perón
De los cinco aspectos que explican el imperialismo
norteamericano, el militar es el único que parece ejercer en Sudamérica sin
rivales a la vista. La expansión de la influencia de los EUA en el mundo, se
organizó en torno de su complejo militar. Telma Luzzani sostiene que tras la
derrota de Alemania en la Segunda Guerra, EUA llegó a poseer 30 mil bases
militares en más de cien países. Entre los años 1945 y 1992 Norteamérica
ejerció una influencia internacional fundamental y lejos de ser un factor
estabilizador de conflictos, el mundo protagonizó 149 guerras que dejaron 23
millones de muertos.
Los EUA tienen bases militares en varios países de
Sudamérica, entre los que se pueden mencionar Paraguay, 8 en Colombia, en
Chile, en Honduras o en Cuba (Guantánamo). Colombia es el centro de operaciones
militar más importante de Sudamérica y allí implementó el Plan Colombia.
Los EUA están militarizando el Atlántico y el Pacifico sur
desde el año 2008, cuando activaron la IV Flota del Comando Sur. Comparten la
base militar de la OTAN en Malvinas con los británicos.
Para ejercer su supremacía militar mundial controlan la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y tienen poder de veto en el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas, conjuntamente a Francia, Inglaterra, Rusia y
China. Con la OTAN atacaron Bosnia y Herzegovina (1995), Kosovo (1999) y la ex
Yugoslavia. Más recientemente la OTAN intervino en la ocupación y destrucción
de Libia (2011).
Para contrarrestar su injerencia bélica, Rafael Correa
expulsó la base militar norteamericana de Manta y Evo Morales declaró
inconstitucional la radicación de bases en Bolivia. Como respuesta a la
hegemonía norteamericana, en el continente Brasil está modernizando sus Fuerzas
Armadas con la Nueva Estrategia Nacional de Defensa (END) y la UNASUR impulsa
un Consejo de Seguridad.
Frente a la agresión de los EUA, el camino es la unidad de
Iberoamérica
“La integración del continente austral es, hoy por hoy, una
necesidad histórica”. Vivian Trias
En el plano político la unidad de Iberoamérica y los BRISC,
debilitaron el poder relativo de los EUA. En el terreno económico China y
Brasil están creciendo en importancia en Sudamérica. China es un mercado
importador de nuestros recursos naturales y exporta tecnología y manufacturas
desplazando paulatinamente la antigua dependencia con Inglaterra y con los EUA.
Las empresas del Brasil como PRETROBRAS o EMBRAER están ocupando lugares
estratégicos en las economías del continente. En el plano cultural, Sudamérica
interpeló la influencia norteamericana y hoy buena parte del continente ejerce
un embrionario antiimperialismo, que favoreció la creación de expresiones
culturales como TELESUR.
Varios países sudamericanos rechazan la jurisdicción
judicial controlada por norteamericanos. Por decisión expresa de Lula Brasil no
ingresó al Banco Mundial y al CIADI. Bolivia y Venezuela se retiraron del
CIADI. En el camino de recuperación de soberanía, en el año 2006 Evo Morales
expulsó a la DEA y a la USAID de Bolivia y denunció públicamente la injerencia
de EUA en su país.
En los aspectos políticos, ideológicos y militares los EUA
siguen siendo un peligro para Sudamérica y las agresiones directas o las
guerras de baja intensidad, forman parte del accionar norteamericano. Frente a
esa realidad, la unidad defensiva iberoamericana es una demanda impostergable y
como sostuvo Juan Perón “la desunión provocada por el propio imperialismo,
resulta el peor enemigo”.
Libros citados
Calloni Stella (1999) Los años del lobo. Operación Cóndor,
Peña Lillo, Buenos Aires.
(2009) Evo en la mira. CIA y DEA en Bolivia, Punto de
Encuentro, Buenos Aires.
Calloni S. y Ducrot V. (2004) Recolonización o
independencia, Norma, Buenos Aires.
Luzzani Telma (2012) Territorios vigilados, Debate, Buenos
Aires.
Moniz Bandeira Luiz Alberto (2012) Brasil – Estados Unidos,
la rivalidad emergente 1950-1988, Corregidor, Buenos Aires.
(2011)
Fórmula para el caos. La caída de Salvador Allende 1970-1973, Corregidor,
Buenos Aires.
Perón Juan Domingo (1968) La hora de los pueblos, Norte,
Buenos Aires.
Trias Vivian (1973) Imperialismo y geopolítica en América
Latina, Cimarrón, Buenos Aires.
[1] En el año 1832 los EUA habían agredido al gobierno
argentino de Malvinas, por intermedio de la corveta de Guerra Lexington
al mando de Silas Duncan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario