Aritz Recalde
Publicado en Revista Investigación en Movimiento
“La sede de mi gobierno, más que la capital de la Provincia, será su territorio, que he de recorrer continuamente en todos sus rumbos, para conocer personalmente sus necesidades y sus deficiencias”. Manuel Fresco, 15 de junio de 1935
“Nosotros no queremos mentirle al pueblo, no queremos
engañarlo. Lo que exponemos desde las tribunas, lo hacemos con la expresión
concreta de ideales y propósitos que dejamos escritos en los diarios del país,
en folletos que se difunden en toda la Provincia, hacemos transmisiones
radiotelefónicas para que se oigan en todo el país y lo hacemos en forma
directa, entre orador y pueblo que escucha. Así entendemos el ejercicio de la
democracia y así tratamos de educar al pueblo para que éste pueda emitir su
voto y elegir su gobierno”. Manuel Fresco, 25 de octubre de 1935
En el año 1935 la Asamblea del Partido Demócrata reunida
en la ciudad de La Plata, proclamó por unanimidad su fórmula para las
elecciones de la gobernación bonaerense. Manuel Fresco y Aurelio Amodeo serían los
responsables de representar a la fuerza en la disputada contienda. A partir de
acá, se inició una novedosa campaña que duró varios meses y en la cual el
binomio recorrió los distritos de la provincia organizando multitudinarios
actos y asambleas.
A continuación, vamos a describir los principales
proyectos presentados por Manuel Fresco a lo largo de la campaña. Con esta
finalidad, tomaremos como fuentes, centralmente, los discursos que fueron
transcriptos y reunidos en la obra “Ocho
meses de campaña electoral” (Fresco 1936).
Los tres ejes fundamentales de la estrategia electoral
fueron:
Primero. La inscripción de la campaña como parte del
proceso político abierto en la revolución de septiembre del año 1930. De acá
surgen dos cuestiones. Por un lado, la justificación del golpe militar
realizado contra el presidente Hipólito Yrigoyen de la UCR. Además, Fresco reivindicó
los programas de gobierno nacional iniciados a partir del año 1930 y
centralmente los ejecutados en la gestión de Agustín P. Justo.
Segundo. La reorganización del Partido Demócrata y la implementación
de estrategias modernas para la difusión
del mensaje entre la masa del pueblo.
Tercero. La formulación de un programa integral de
políticas de Estado para la provincia, que fue presentado en actos y en asambleas
y que fue difundido por los órganos de comunicación de masas creados en la
etapa de campaña.
La
inscripción de la campaña como parte del proceso político abierto en la
revolución de septiembre del año 1930.
El significado de la democracia y de la Ley Sáenz Peña
“Trabajamos por el porvenir de la Nación. Hacemos obra de
gobierno. Afirmamos las instituciones democráticas. Creamos la disciplina y el
orden. Imponemos el trabajo, la seriedad, la mesura en la administración de los
intereses públicos. Construimos sin demoler. Vamos hacia adelante, sin volver
la vista atrás”. Manuel Fresco 25 de agosto de 1935
Manuel Fresco fue un activo protagonista y un defensor
del golpe de Estado del año 1930. Sus argumentos para justificarlo fueron
diversos y tuvieron que ver con temas económicos, sociales, culturales y
políticos. El día 22 de junio de 1935 estando en la localidad de Baradero,
remarcó que “queremos que los ideales de
la Revolución de Septiembre de 1930, que han sido el norte inflexible del
Gobierno del General Justo, continúen imperando en la provincia de Buenos
Aires, animando nuestra acción cívica y estimulando nuestro patriotismo”
(Fresco 1936: 17).
El contexto internacional estaba atravesado por disputas geopolíticas
derivadas de la crisis del capitalismo liberal, del ascenso del comunismo ruso
y de las nuevas fuerzas políticas del fascismo italiano, del corporativismo
portugués y del nazismo alemán. Durante la campaña bonaerense del año 1935 Fresco
se manifestó contrario a la izquierda y también cuestionó las negativas derivaciones
sociales que traían aparejado el libre mercado y la no intervención del Estado
propias del capitalismo liberal. Es bueno destacar, que durante la campaña -y
también en el gobierno bonaerense-, Fresco y sus funcionarios se inscribieron
en la tradición política e institucional liberal y republicana[1]. Durante
esta etapa no plantearon cambiar los principios fundamentales del sistema
político cómo y por ejemplo, habían considerado el presidente José F. Uriburu y
algunos de los pensadores corporativistas y nacionalistas que lo apoyaron en el
año 1930.
En este contexto, desde el Partido Demócrata bonaerense se
propusieron disputarle a los radicales el sentido y los alcances de las nociones
de democracia y de reforma electoral. En
un acto en la localidad de Saladillo del mes de septiembre, Fresco efectuó una pública
defensa de la reforma electoral de la Ley Sáenz Peña. Puntualizó que la
propuesta tenía un conjunto de principios a sostener: “El secreto del voto; lo respetamos; La obligatoriedad del voto; la
respetamos; La Descentralización del comicio; la respetamos. No sólo respetamos
la ley, sino que la perfeccionamos” (Fresco 1936: 99).
El día 22 de octubre en Chivilcoy sostuvo que “no quiero dejar de decir una vez más a los
ciudadanos de Buenos Aires, que queremos el comicio libre, honesto, leal”
(Fresco 1936: 146). Tres días después en Torquinst estableció que “creemos en el pueblo y en la democracia, que
es el poder del pueblo” (Fresco 1936: 156).
El candidato del Partido Demócrata argumentó que la UCR
había aplicado métodos violentos para acceder al poder. Él y un grupo de
activistas conservadores, habían sido baleados en la localidad de Lincoln. A lo
largo de la campaña denunció lo que consideraba era una violación permanente de
las “libertades ciudadanas”.
Cuestionó la agresión con armas de fuego que habían
recibido sus compañeros de partido. Nombró, entre otros casos, los atentados
que recibieron el legislador y ex ministro Luis María Medús y Sánchez Elía
quién fuera candidato a vicegobernador de Rodolfo Moreno. Sostuvo que “¿Se han olvidado ya que en Pehuajó nos
asesinaron al doctor Artigas y al doctor Julio Naón, al terminar un acto
electoral (…) en la plaza de Lincoln, donde fuimos bárbaramente acribillados a
balazos (…) ¿se olvidaron que en la plaza del Once, donde se levantaba una
tribuna antipersonalista, fue muerto de un tiro por el Klan radical,
institución democrática por excelencia desde el punto de vista irigoyenista,
Pío Iturria y herido el doctor Reynelli? ¿Se han olvidado que en las calles
Paraná y Corrientes, en momentos en que se oía una tribuna la voz valiente del
doctor Cantoni, fue agredido a balazos?. Incidentes en la localidad de las
Flores dejaron el saldo de dos muertos, en Campana balearon camiones de
propaganda partidaria y recibieron disparos de armas de fuego militantes en San
Andrés de Giles. El 22 de octubre en la ciudad de Chivilcoy Fresco directamente
sostuvo que “he recibido en la
presidencia del Partido varias denuncias de atropellos, que revelan la
ejecución de un plan terrorista para intimidarnos (…) Reaparece, ciudadanos,
como un fuego fatuo aquella institución tenebrosa que se llamaba el Klan. A
medida que la seguridad de la derrota penetra en el espíritu de los caídos, se
afirma el sentimiento de la violencia en ellos y las armas substituyen a las
palabras con sus trágicas consecuencias” (Fresco 1936: 101-104, 145-146).
Fresco denunció la aplicación de procedimientos
electorales fraudulentos, revirtiendo la carga de las acusaciones que su fuerza
política recibió históricamente por parte de la UCR. Sostuvo que “de ciento diez comunas, nos despojaron con
la trampa, el fraude y la violencia de sesenta y dos municipios. No hubo
sistema y procedimiento, por más refinado que fuera, que no se pusiera en práctica,
recurriendo unas veces a los concejos deliberantes, otras veces a las presiones
de la policía, otras a las resoluciones del ministro de gobierno y otras veces
a los fallos de los tribunales, y llegaron en su afán de no perturbar todo lo
que formaba parte de la gran colectividad irigoyenista, a corromper a la
Suprema Corte de la Provincia” (Fresco
1936: 108).
En un acto en Tres Arroyos el 26 de octubre denunció que
“Apenas puesta en juego la Ley Sáenz
Peña, en 1911, necesitaron la intervención nacional para triunfar en Santa Fe,
la necesitaron en Buenos Aires en 1917, en Salta, en Corrientes, y como a pesar
del apoyo oficial no pudieron conquistar la supremacía en San Luis, la tuvieron
permanentemente intervenida” (Fresco 1936: 191).
Reivindicación de las Políticas del Gobierno Nacional
“Después de quince años de gobierno radical, señores, la
provincia de Buenos Aires quedó en una postración que no puede compararse sino
con la de un Estado que saliera de una guerra penosa, y que saliera
derrotado... Es que hay que decirlo, señores: el radicalismo derrotó a Buenos
Aires. La revolución del 6 de septiembre encontró a Buenos Aires pobre,
endeudada, llena de trampas y de empeños; sin esperanza”. Manuel
Fresco, 15 de agosto de 1935
Manuel Fresco consideraba que durante el período que
trascurrió entre 1930 y 1935 el país se “restablece;
se ha organizado la administración; hemos gobernado con honestidad; hemos
mejorado las condiciones de vida del pueblo, estabilizando la moneda y creando
un régimen económico severo que permite aspirar a una época mejor para el
pueblo trabajador de la República”. En otro acto remarcó que “desde 1932 hasta el presente, más de
cuarenta leyes han sido incorporadas al cuerpo jurídico de la Nación”
(Fresco 1936: 31 y 136).
Un tema que destacó positivamente en varias oportunidades, fue la creación de las Juntas Reguladoras de carnes
y de granos que le dieron estabilidad al campo argentino en el marco de una
profunda crisis mundial.
Fresco reivindicó la política de vialidad que impulsó el
presidente Justo. En el año 1932 el mandatario nacional sancionó la ley 11.658
creando la Dirección Nacional de Vialidad sobre una entonces Dirección General.
La norma aprobó la apertura de un Fondo Nacional de Vialidad compuesto con
contribuciones a las naftas y aceites, aportes de rentas generales, recursos de
la ley 5315/07 de concesiones ferroviarias y emisión de bonos, entre otros
recursos. El ente gubernamental desarrolló una importante labor y del año 1932
al 1944 aumentó la red caminera de 3200 a más de 30.000 kilómetros (Piñeiro
Iñiguez 2021: 181). En el punto de vista
de Fresco, con dicha política pública se “ha
transformado la economía interna del país, abriendo vías de comunicación
amplias y cómodas (…) la obra caminera realizada desde 1930 ha sido tan
importante que puede afirmarse, sin incurrir en error, que en los últimos
cuatro años se han construido en el país caminos que alteran toralmente la fisionomía
vial de la República” (Fresco 1936: 113-114).
En un acto en Tres Arroyos Fresco remarcó que “en materia de engrandecimiento material, se
ha realizado un esfuerzo excepcional con la construcción de una obra pública
que abarca todo el país y que ha distribuido a manos llenas escuelas,
hospitales, asilos, puentes, caminos, diques, canales, no improvisadamente ni
jugando con la inversión inmoderada de la renta, sino obedeciendo a planes
elaborados con prudencia y contemplando las necesidades de cada provincia y de
cada territorio” (Fresco 1936: 197). Todas estas políticas habían creado puestos
de trabajo en “momentos en que la
desocupación es un cáncer terrible de la vida
económica argentina” (Fresco 1936: 171).
El candidato demócrata destacó la inversión realizada del
gobierno nacional en educación. En un acto del mes de octubre del año 1935
Fresco mencionó que entre septiembre de 1930 y el presente, habían aumentado la
cantidad de escuelas en la provincia de 2080 a 2154 y el número de maestros de
7876 a 10.992. Luego de casi dos décadas de incumplimientos, se pagó
puntualmente el sueldo de los maestros bonaerenses (Fresco 1936: 116, 117 y 168).
La reorganización del Partido Demócrata y la implementación de medios de comunicación modernos para la difusión del mensaje entre la masa.
“Tengo fe en el pueblo de la provincia; conozco sus
ideales con los cuales me he identificado en todas las horas, e interpretado
sus anhelos y sus esperanzas, espero confiado el momento decisivo del comicio”.
Manuel Fresco 21 de julio de 1935
Manuel Fresco diagramó una novedosa y moderna estrategia
para interpelar y movilizar al pueblo. Un tema fundamental, es que se propuso
darle al partido una base social amplia, disputándole a la UCR el electorado de
los sectores medios y de los trabajadores manuales urbanos y rurales.
Con esta finalidad, impulsó una estrategia de campaña que
incluyó la movilización de activistas y la implementación de técnicas modernas
de formación de la opinión pública. Fresco se propuso refundar su fuerza
política ya que y en sus palabras del día 15 de junio de 1935 “El Partido Demócrata Nacional ha vivido una
época de caos y crisis permanente (….) Este periodo de transición, de
inadaptabilidad, lo alejó de la vida permanente de agitación que caracteriza a
los partidos modernos y que le dio en la oposición tan definida personalidad.
Las tribunas se acallaron, sus organismos directivos se tornaron pesados y
displicentes, su malestar interno lo hizo abúlico y despreocupado y la falta de
estímulo en la lucha, lo creó en “el estado de lasitud”. Hoy señores, todo ha
cambiado, sus objetivos realizados, sus mecanismos de dirección en plena
actividad, su juventud agitada, brotan por todas partes centros como retoños de
primavera. Ha retomado vigorosamente el contacto con el pueblo que lo acoge con
brío, entusiasmo y emoción (…) más de tres mil quinientos encargados de mesa y
otros tantos fiscales de comicio, recorren campos y ciudades, toman contacto
con electores a quienes visitan, consultan, solicitan, interesan y vinculan a
la acción partidaria en un plan militarmente organizado” (Fresco 1936: 7 y
9).
La era de la movilización de masas
“El vasto territorio de la Provincia ha sido recorrido
por nosotros en marcha triunfal. Caminamos hacia el éxito. Nada ni nadie puede
detenernos. Las sombras del pasado luctuoso que sufrió el país no volverán. No
volverán porque ha de impedirlo la opinión consciente del pueblo de la
provincia de Buenos Aires”. Manuel Fresco, 22 de septiembre de 1935
Una de las características centrales de la campaña
electoral de Fresco, fue la amplia movilización popular realizada en asambleas
municipales y en diversos actos públicos en los cuales divulgó sus ideas y sus
propuestas. El 22 de octubre desde Chivilcoy remarcó que “mis propósitos de gobierno expresados en esta intensa y larga campaña
electoral de más de medio año – la más intensa y más extensa que ha realizado jamás
ningún otro partido político argentino- están en conocimiento del pueblo
elector. He hablado para todos desde cada una de las ciudades de la Provincia
que he recorrido” (Fresco 1936: 146).
Disponiendo del apoyo organizativo de Daniel Videla
Dorna, su partido efectuó un histórico desfile en las calles de la Capital
Federal el día 13 de octubre de 1935 (Pagni 2023: 205-210) (Walter 1985: 190). En
un acto realizado en la localidad de San Isidro el día 18 de octubre, Fresco se
refirió a la masiva manifestación y sostuvo que “Perdura aún en mi espíritu la intensa emoción que me produjera el
desfile entusiasta y clamoroso de la inmensa muchedumbre humana que se volcara
en horas, conducida por todos los medios de transporte, en las calles de la
Capital Federal, para rectificar con su presencia el decidido apoyo de la
opinión popular al Partido Demócrata Nacional”. El candidato demócrata
enfatizó “el éxito indiscutido de aquel
acto democrático sin precedentes en la historia política del país” (Fresco
1936: 121).
Según sus estimaciones, fueron 100 mil los manifestantes
que dieron nacimiento a una nueva era política y “Nunca el Partido Demócrata Nacional ha realizado una campaña electoral
tan amplia y tan intensa como ahora, ni tampoco encontró jamás mayor apoyo en
la opinión, ni mayor entusiasmo en el pueblo por el triunfo de sus principios y
sus ideales” (Fresco 1936: 125).
El 20 de octubre desde un estrado en la localidad de
Neocochea sostuvo “se ha destruido la
vieja leyenda de la mayoría radical en la provincia de Buenos Aires. No han
podido ellos realizar el más mínimo acto de carácter cívico popular que
compense, no digo ya el acto de la Capital Federal, sino ni siquiera cualquiera
de nuestras asambleas locales” (Fresco 1936: 133).
La tecnología moderna aplicada a la campaña electoral
“La difusión de estas asambleas populares por la
radiotelefonía, me ha permitido dirigirme desde cada ciudad a los ciudadanos de
toda la Provincia”. Manuel Fresco 29 de septiembre de 1935
La actividad proselitista demócrata bonaerense incluyó una
potente política de comunicación a partir de crear cadenas de diarios,
semanarios y periódicos que, según Fresco, en el mes de junio del año 1935
registraban “ciento cuarenta y nueve
unidades, con un tiraje mensual de un millón de ejemplares, para la difusión de
noticias, artículos, programas y de acción democrática. Se ha creado la semi
prensa de la agrupación. Manos febriles percuten en nuestra secretaría los
teclados de numerosas máquinas de escribir y miles de circulares, cartas y
telegramas dirigidos a los distritos ordenan, disponen, aconsejan, asesoran,
responden”.
Los demócratas distribuyeron centenares de miles de
folletos con su obra parlamentaria. Se sumaron a la campaña músicos y pintores
para “dotar al Partido de instrumentos
modernos, aconsejados por la técnica de la propaganda electoral” (Fresco
1936: 8).
Un tema de avanzada para la época, fue el manejo de la
comunicación política que se hizo desde las radios que llevaron un mensaje superando
las distancias geográficas y los límites del analfabetismo de los electores. Fresco
puntualizó que “Diez grandes broadcasting
mantienen despiertos a nuestros afiliados y simpatizantes, haciendo llegar a
los oídos alfabetos y analfabetos el programa de gobierno (…) Quienes no me
oyeron de viva voz, me oyeron por radiotelefonía” (Fresco 1936: 8 y 146).
El candidato demócrata disputó activamente la
comunicación de la esfera pública y “camiones
en circulación permanente fijan medio millón de carteles mensuales en los
ciento diez distritos y distribuyen otros tantos volantes, proclamas y
manifiestos” (Fresco 1936: 8).
“Tenemos una orientación política (…) Nos acogemos a la
verdad de un programa que reconoce fundamentos históricos y que tiene arraigo y
prestigio tradicionales, que se orienta resueltamente en el sentido de todas
las reformas políticas, sociales y económicas exigidas por los nuevos métodos y
las sucesivas necesidades de la vida. Nunca fuimos conservadores para defender
rutinas vetustas, preocupaciones atrasadas, privilegios aristocráticos o
favoritismos odiosos. Lo fuimos y lo somos para defender lo que es la esencia
misma de nuestra nacionalidad”. Manuel Fresco, 29 de junio de
1935
Durante la campaña electoral Manuel Fresco puntualizó en
más de una oportunidad que cumpliría el programa del Partido Conservador de
Buenos Aires. A esta definición, en el mes de junio del año 1935 le agregó que
debía tenerse en cuenta la “evolución
constante de la vida de las sociedades para su mejor gobierno, sin sentirnos
atados a preceptos rígidos que pudieron tener su oportunidad en siglos pasados,
pero que hoy constituyen una rémora para nuestros tiempos” (Fresco 1936:
19).
Atendiendo esta necesaria evolución, el candidato fomentó
propuestas rupturistas con la tradición social, política, cultural y económica
de los partidos de su tiempo y de los grupos económicos e intelectuales
liberales.
Economía e intervencionismo estatal
“Consciente de mi responsabilidad, anticipo desde ya que
participo en la convicción de quienes entienden que es necesario para la
prosperidad común, la intervención del Estado en las industrias privadas que
afectan los intereses sociales”. Manuel Fresco, 22 de septiembre
de 1935
Manuel Fresco propugnó la intervención del Estado en la
regulación de la economía. Cuestionó que “Buenos
Aires carece de una legislación destinada a proteger las industrias que
constituyen la base de su patrimonio económico”. En este marco, se proponía
“asumir desde el gobierno la
responsabilidad de encauzar y dirigir las corrientes económicas, orientando y
defendiendo las industrias privadas”. Para justificar esta nueva política
argumentó que “si giramos la vista a
nuestro alrededor y percibimos lo que pasa en el resto del mundo, en las
naciones más civilizadas, encontraremos que en todas ellas ha sido necesario
que el Estado impusiera la organización y el orden, para que la balanza
económica pudiera mantenerse, tanto en el mercado interno como en el comercio
exterior” (Fresco 1936: 146-147).
El 25 de octubre en la localidad de Coronel Suarez
reivindicó la ley de granos y las juntas reguladoras creadas por el Poder
Ejecutivo Nacional, que habían permitido mantener un precio mínimo de los
cereales en un contexto de crisis internacional
(Fresco 1936: 174).
Políticas agrarias y de colonización
Fresco instaló en la campaña el tema de la colonización
agraria. El 22 de junio del año 1935 sostuvo que “convencido de los beneficios que ha de reportar a la colectividad en
general el parcelamiento de la tierra, estudiaremos para realizarla enseguida,
la entrega de las tierras que pertenecen al fisco, en lotes moderados, a los
actuales arrendatarios con preferencia, y a todos aquellos que deseen
adquirirla con propósito de trabajo personal” (Fresco 1936: 25). El día 25
de octubre en Coronel Suarez retomó la cuestión y propuso crear un catastro
parcelario para tener conocimiento de toda la tierra pública y en particular la
que fue apropiada de manera indebida mediante títulos fraguados, para luego
poder “entregársela al pobre labrador” (Fresco 1936: 176).
En diversos actos destacó su voluntad de sancionar leyes
protectoras para fijar precios mínimos de los productos, revirtiendo el
inconveniente resultante de la caída de los valores en el mercado mundial.
Incluyó en su programa la creación de chacras
experimentales, el fomento a la industria pesquera en los mares, lagunas y
ríos, el apoyo al crédito ganadero y agrícola, el impulso a la lechería, a la
industria de la frutilla y el tomate y a la explotación de canteras. Fresco
argumentó que su programa no era totalmente novedoso en la Argentina y que la
protección de las industria locales ya había dado buenos resultados en el norte
del país con la protección del azúcar y en cuyo donde se estimulaba la
producción vitivinícola (Fresco 1936: 38, 119, 128 y 148).
El 8 de septiembre en la ciudad de Junín resumió su
propuesta de la siguiente manera: “en el
orden económico la sanción de una legislación rural de fomento a la pequeña
propiedad, con el parcelamiento de las tierras fiscales, entregándoselas al
agricultor que trabaja directa y personalmente esas tierras, estimular la
sanción de leyes protectoras que establezcan el precio mínimo de esos
productos, desenvolvimiento del crédito ganadero y agrícola, instalación de
mercados regionales en el territorio de la Provincia, creación y fundación de
chacras experimentales” (Fresco 1936: 82).
La seguridad y la reforma de la policía
En un acto en la localidad de Nueve de julio del día 22
de septiembre, Fresco mencionó que reprimiría los delitos producidos en la
campaña rural. Centralmente, hizo referencia al cuatrerismo. Propuso con este
fin crear una Comisión Especial integrada con juristas, miembros policiales y
productores rurales.
Retomó el tema de la seguridad en un acto en Pigüé del 25
de octubre. Allí se refirió a la reforma
policial sosteniendo que “no me gusta la
policía prepotente y brava. En cambio, tengo simpatía por la policía bondadosa
y amiga de todos”. Propugnó la necesidad de tener una fuerza disciplinada e
impulsó la creación de una policía judiciaria, “formada por abogados, para que los sumarios reflejen el pensamiento
jurídico de hombres capacitados”
(Fresco 1936: 162).
La reforma educativa
Durante los actos de campaña Fresco prometió impulsar
varios cambios para la educación, incluyendo la mejora en los salarios y en la
inversión en infraestructura.
Se proponía dar solución a lo que consideró era una
negativa desconexión educativa con el mundo de la producción y del trabajo.
Puntualizó que existía un “exceso de
maestros, bachilleres y universitarios” y promovió en su lugar una
educación para el trabajo que requería “obreros
especializados que nuestro pueblo no está hoy en condiciones de suministrar” (Fresco 1936: 23). Con este fin, fomentó la
apertura de institutos de enseñanza práctica, escuelas orientadas a las ramas
de la industria, de los oficios y del arte manual para “dotar a las nuevas generaciones con la aptitud que requiere la
industria moderna (…) hay que hacer escuelas prácticas de artes y oficios, de
enseñanzas manuales y agrícolas (Fresco 1936: 117 y 162).
En la ciudad de Baradero el día 22 de junio sostuvo que
su gobierno entablaría la lucha contra el analfabetismo y promovería la
educación física (Fresco 1936: 23 y 24).
Sin dar demasiados detalles, el 26 de octubre en la
localidad de Tres Arroyos mencionó que impulsaría la educación religiosa.
Puntualizó que “nuestra Constitución
establece la obligación de informar la enseñanza escolar en los principios de
la moral cristiana” (Fresco 1936: 192).
Políticas sociales y sanitarias
El candidato a gobernador sostuvo en campaña que
promovería un Departamento de Trabajo y otro de Higiene.
En un acto en Bragado del día 21 de julio de 1935 Fresco estableció
que “como médico que ejerce su profesión,
encontrarán mis conciudadanos los motivos de mi preferencia por los problemas
que crea la asistencia social. En contacto diario con el dolor y la enfermedad,
conozco y aprecio las tribulaciones de los pobladores del territorio de la
Provincia, cuando les aflige algún mal físico (…) la carencia de institutos
especializados en la atención de múltiples y diversos casos que plantea la
cirugía moderna en todas las variedades obliga al habitante pobre a mendigar su
asistencia en los grandes hospitales de la Capital Federal, peregrinando a
veces de uno a otro sin encontrar cama” (Fresco 1936: 49).
A partir de este diagnóstico, el candidato promovió la
construcción de un instituto de cirugía, la creación de hospitales, sanatorios
y la programación de una política integral de prevención, de asistencia y de curación
de la tuberculosis (Fresco 1936: 49 y 137).
Finanzas públicas y reformas tributarias
Uno de los ejes de la campaña fue su reivindicación del
equilibrio presupuestario y de la necesaria racionalización de la
administración pública. Sobre éste último aspecto, Fresco remarcó que había que
reordenar las entidades burocráticas “sistematizando
sus servicios y agrupando las oficinas dispersas por la analogía de sus
trabajos, en núcleos orgánicos que simplifiquen el expedienteo y el movimiento
en las gestiones y trámites de asuntos, cuyo ordenamiento facilitará el ahorro
en los gastos y una mayor eficacia en la acción permanente de la vigilancia en
los intereses comunes” (Fresco 1936: 21).
Con el fin de alcanzar el equilibrio presupuestario,
Fresco remarcó la necesidad de revisar y de consolidar la deuda pública para
reducir los servicios de amortización. En su punto de vista, el endeudamiento
de las gobernaciones radicales había sido parte de una mala política de “imprevisión” y “desorden”. El día 15 de agosto sostuvo que el “problema financiero de Buenos Aires, que fue también el de todo el
país, comienza al poco tiempo del advenimiento del radicalismo: comienza cuando
se gasta desmesuradamente, cuando se gasta lo que hay, y se gasta,
desordenadamente, más de lo que se puede (…)
en el año 1915 la deuda de la Provincia oscilaba alrededor de los
cuatrocientos millones de pesos; después de consolidada la deuda del
radicalismo que encontró la revolución, esa cifra alcanza a setecientos treinta
y cinco millones (…) en 1915 cada habitante de la provincia debía contribuir
con la suma de diez pesos con treinta centavos para la atención de la deuda
pública de la provincia (…) en 1931… cada uno de nosotros debió aportar al
fisco, por medio de los distintos impuestos, la suma de diecisiete pesos con
ochenta centavos. Casi el doble (Fresco 1936: 56 y 59).
Se proponía
aumentar la recaudación modernizando las oficinas públicas y modificando
las cargas tributarias atendiendo las diferencias de ingresos.
En varios actos Fresco remarcó la necesidad de
implementar una reforma impositiva. La misma estaría caracterizada por cobrar
impuestos “proporcionados a las fortunas
y las ganancias de los contribuyentes; de la disminución paulatina hasta su
extensión, de los gravámenes al comercio y a la industria que pesan en realidad
sobre el consumidor”. (Fresco 1936: 118). Hizo hincapié en la importancia
de avanzar en un sistema tributario que tenga justicia distributiva. En este
sentido, cuestionó que un “pequeño y
modesto propietario de una insignificante chacra”, pague lo mismo que un “poderoso rico que tiene enormes extensiones
de tierra privilegiada”. Puntualizó que “corresponde
modificar la tasa impositiva de la revaluación territorial para desgravar a las
clases pobres con tasas más bajas y gravar a los privilegiados, a los
potentados, a los muy ricos, porque una razón de justicia distributiva establece
y determina que el beneficio debe ser proporcional al sacrificio” (Fresco
1936: 174).
Sostuvo que la contribución inmobiliaria tenía que “guardar relación con el rendimiento
económico y transformarse en una verdadera cédula especial de impuesto nacional
sobre la renta” (Fresco 1936: 21).
Propugnó la modificación de la valuación de la tierra
avanzando en un esquema progresivo para la “justa
y equitativa distribución de las cargas públicas” (Fresco 1936: 47).
Resolver el déficit ferroviario
Durante la campaña Fresco cuestionó el déficit para el
presupuesto que ocasionaba el Ferrocarril Provincial a Meridiano V, siendo en
su punto de vista el origen de “la más
importante proporción de la deuda pública” (Fresco 1936: 21).
El candidato reconoció la importancia que encontró el
ferrocarril al surgir entre los años 1910 y 1913. Entre sus principales razones
originarias, estaban las de fomento de la producción agropecuaria, el contralor
de la tarifa de los transportes particulares y el apoyo a las corrientes de
exportación. Con el tiempo su función se fue desdibujando y Fresco cuestionó
que y “como ocurrió con el Ferrocarril
Oeste, la incapacidad industrial del Estado, lo hizo causa de ingentes pérdidas
al erario”.
Proponía para resolver el problema pasar el servicio a la
esfera del Estado Nacional o convertirlo en empresa mixta (Fresco 1936: 22,
46-49).
Bibliografía
citada
Fresco Manuel (1936) Ocho
meses de campaña electoral, S/E, La Plata.
Pagni Carlos (2023) El
Nudo, Planeta, CABA.
Piñeiro Iñiguez Carlos (2021) Alvearismo y justismo. La
fractura política en los años 30, PROMETEO, CABA.
Walter Richard (1985) La
provincia de Buenos Aires en la política Argentina, Emecé, Buenos Aires.
[1]
Solamente en uno de los actos de campaña del año 1935, Fresco se manifestaría
públicamente crítico al voto secreto. En una reunión en Olavarría del día 26 de
octubre de 1935 destacó que “siempre fui
un ciudadano celoso y respetuoso de las normas del sufragio universal y del
voto obligatorio”. Acto seguido, Fresco criticó el “cuarto oscuro”
al que caracterizó de “encrucijada de la
traición de los cobardes” que había permitido la asunción de Yrigoyen. Más
allá de esta caracterización, allí no postuló su derogación, sino que promovió
un cambio de valores entre el electorado y afirmó la tradición liberal del
país: “reorganicemos nuestra democracia, obliguemos
al voto, pero estimulemos los tradicionales sentimientos nobles del pueblo argentino;
reorganicemos la mentalidad civil de nuestra juventud, para que vuelvan a
surgir, de tiempo en tiempo, los San Martin, los Necochea, los Sarmiento, los
Avellaneda, los Pellegrini, que jamás se refugiaron en la mezquindad oblicua
del cuarto oscuro” (Fresco 1936: 179-184).
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