Aritz
Recalde, octubre 2017
Primera etapa de
formación, desenvolvimiento y de unificación sindical
Los
NODOCENTES obtuvieron sus derechos sociales y políticos a partir de la tarea de
las asociaciones gremiales de base y de la Federación de Trabajadores de las Universidades
Nacionales (FATUN). En la mayoría de las universidades, la herramienta sindical
es el principal o incluso el único, aglutinador político de sus miembros.
En
el año 1958 se organizó una Comisión Provisoria de la FATUN, compuesta con las
asociaciones de Buenos Aires, Tucumán, La Plata, Cuyo y Litoral. Durante las
décadas del sesenta y del setenta del siglo XX, la Federación estuvo dividida
entre la “FATUN Autentica” y la FATUN.
El 26 de noviembre del año 1973 se produjo en Tucumán la unificación de
la herramienta gremial, con la participación con voz y con voto de 16 de las 19
asociaciones del país. Recordando y reafirmando la importancia de esta
histórica jornada, el decreto 366/06 en el artículo 114 la declaró asueto del “Día del trabajador NODOCENTE”.
La
unidad de las asociaciones de base, le otorgó a la FATUN poder de negociación
frente al Estado. Además, le confirió un capital político fundamental para
discutir la sanción de la ley 20.654/74 que le otorgó a los NODOCENTES voz y
voto. La unidad gremial es un elemento central para explicar la aprobación del
decreto 366/06, que homologó el Convenio Colectivo de Trabajo NODOCENTE[1].
Segunda etapa de
reconocimiento institucional y de logros sociales
a- Reconocimiento institucional
Durante
décadas, los trabajadores NODOCENTES inscribían su labor en el marco del reglamento
del Personal de la Administración Publica Nacional. Luego de extensas reivindicaciones
y de luchas, en los años setenta consiguieron aprobar un Escalafón Propio (decreto
3494/70 y su modificatorio 2427/73).
El
Convenio Colectivo aprobado en el año 2006, es el resultado de décadas de lucha
NODOCENTE y expresa la acumulación de poder y la perseverancia y la capacidad de
realización de los delegados de base, del Consejo Directivo y del actual Secretario
Ejecutivo de la FATUN, Nelso Oscar Farina.
El
contexto de sanción del decreto 366/06 fue el de la Presidencia de Néstor Kirchner,
quien inició un programa de reparación histórica de los derechos de los
universitarios. Gracias a este histórico instrumento legal, los trabajadores NODOCENTES
alcanzaron reconocimiento institucional y participan de muchas de las
decisiones que se toman en las universidades. Entre otros ámbitos, el decreto
auspició las Comisiones de categorías, de planta y salariales (artículo 16) y aquellas
abocadas a la capacitación (artículo 129).
Los
dirigentes sindicales obtuvieron el derecho a la licencia paga (artículo 105),
para dedicarse a la función gremial que le encomiendan los afiliados con su
voto.
b- Logros sociales
La
historia de la universidad argentina es la de nuestra oligarquía y la
institución es elitista en su composición y tipo de gestión. La Reforma de 1918
postuló que los docentes eran primero científicos y luego trabajadores y ello
mermó sus derechos laborales. La figura contractual del concurso priorizó
aspectos académicos y dejó a los profesores sin estabilidad en el empleo. La
flexibilidad de la labor educativa fue la norma por décadas y recién cuando el
peronismo impulsó la Carrera Docente, empezaron a reconocerle derechos. En el
año 2015 el Decreto 1246 homologó el primer Convenio Colectivo de Trabajo
Docente Universitario.
Hasta
la declaración de la gratuidad de la universidad del día 22 de noviembre del
año 1949, el estudiantado universitario era proveniente de la clase alta. Los
obreros no ingresaban a la educación superior por los altos costos y por los
cursos de ingreso eliminatorios. En este marco y por mucho tiempo, los
trabajadores NODOCENTES no pudieron enviar a sus hijos a la universidad. Tampoco
tuvieron derechos laborales y no participaban de las decisiones políticas e
institucionales.
Como
resultado de su organización, los NODOCENTES consiguieron el Escalafón propio
en los años setenta y con el decreto 366/06 se homologó uno de los Convenios
Colectivos de Trabajo más progresista de la Argentina. El artículo 11 del
decreto institucionalizó los derechos de los NODOCENTES a la estabilidad; a la retribución
y a la igualdad de oportunidades; a la capacitación permanente y FATUN impulsa
tecnicaturas en gestión universitaria; a la libre agremiación y negociación
colectiva; a las licencias, justificaciones y franquicias; a la renuncia, jubilación
o retiro; a las condiciones de higiene y seguridad en el trabajo; a la información;
a la asistencia social[2]; a las compensaciones e
indemnizaciones; a la interposición de recursos; y a la participación en
organizaciones gremiales.
En
la etapa se elevó la conciencia social y sindical del trabajador NODOCENTE. Los
logros conseguidos le otorgaron legitimidad a los dirigentes sindicales, que
adquirieron un creciente capital político y representatividad frente a sus
bases.
Solamente
entre los años 2003 y 2011, los NODOCENTES consolidaron aumentos de sueldos
superiores al 1000 %, quedando en muchos casos, por sobre las paritarias de los
profesores. En paralelo, se ampliaron los cargos en todas las universidades y
se actualizaron las categorías de miles de trabajadores. Fue el ciclo de
reparación social del trabajador NODOCENTE más importantes de su historia y pese
aún sigue vigente el reclamo de mejora para las jubilaciones.
Con
el esfuerzo de los afiliados, la FATUN construyó hoteles en Ciudad de Buenos
Aires, Mar de Ajo, Villa Giardino y en Santa Rosa de Calamuchita conformando
una política de esparcimiento y de recreación para la familia trabajadora.
Tercera etapa de
concientización y de avance político
“Los no
docentes, como parte integrante de la clase trabajadora argentina, bregaremos
por la incorporación de los trabajadores al gobierno y dirección de la
Universidad, y sostenemos esto, porque la realidad diaria nos ha mostrado que
sus trabajadores han sido, son y serán, los más celosos custodios de la universidad
estatal, de la cultura nacional y popular”. FATUN
Autentica, mayo de 1973
“La
universidad tiene que formar hombres y mujeres para resolver los problemas de
la patria”. Ana Jaramillo
Durante
el siglo XIX la universidad fue gobernada por una elite oligárquica. Desde el
año 1918, las decisiones fueron tomadas de manera cogobernada por los docentes
de clase media alta y luego con la participación de estudiantes y de graduados
(año 1956). Los reformistas retomaron e institucionalizaron la división entre
las labores intelectuales y manuales y reclamaron el derecho monopólico al
gobierno de los profesores. Para adquirir ese privilegio, reivindicaron el principio
de la supuesta superioridad intelectual de los docentes, por sobre el conjunto
de los actores universitarios. Dentro del universo de los profesores, en varias
universidades se introdujeron diferencias en la distribución del poder político
entre los docentes titulares y los ayudantes, y entre los concursados y los
interinos.
En
el año 1974 y con participación activa de los trabajadores de las
universidades, se sancionó la ley universitaria 20.654 que introdujo el derecho
de los NODOCENTES a participar con el 10% de representación en el Consejo
Superior y en el de las Facultades.
A
diferencia del claustro de profesores, los NODOCENTES se organizaron de manera
única y no introdujeron diferencias de representación política entre tipos de
contratación (concursados o no) o a partir de sus cuatro agrupamientos (administrativo,
mantenimiento, técnico profesional y asistencial). Todos los trabajadores, sin
diferenciación, tienen el mismo derecho político a votar y a ser los representantes
de sus compañeros.
La
ley 20.654/74 estableció que para ser Rector no era requisito obligatorio ser
docente, sino que además, la máxima autoridad podría acceder al cargo disponiendo
de un diploma académico. Esta innovación ya había sido incluida en las leyes
13.031/47 (Art. 11) y en la 14.297/54 (Art. 10). El contexto de aparición de ambas
normas, se caracterizó por el protagonismo de los trabajadores en la política y
en el año 1946 dirigentes sindicales de la CGT ocuparon la conducción de la
Cancillería, el Ministerio del Interior y el de Trabajo y Previsión. El
oficialismo les otorgó a los sindicalistas un tercio de los cargos de diputados
y de senadores. No fue casualidad por ello, que al momento de apertura de la
Universidad Obrera Nacional (UON)[3] en el año 1953, se designó
un Rector de origen obrero y gremialista egresado de la Escuela Sindical
dependiente de la CGT (Cecilio Conditi).
En
el año 1973 los NODOCENTES jugaron en rol protagónico en la normalización de
las universidades, luego de 18 años de proscripciones y dictaduras. Su labor
incluyó una tarea activa en la construcción de una universidad con óptica
social, ligada al pueblo y comprometida con la Nación. A continuación vamos a
mencionar brevemente tres experiencias.
Achem, Miguel y Ramírez en la UNLP
Luego
del triunfo electoral de Héctor Campora y con la finalidad de garantizar la
asunción de las nuevas autoridades, una Comisión de cuatro miembros se hizo
cargo de la UNLP. Uno de los titulares de la comisión, era el Secretario de
ATULP Ernesto “semilla” Ramírez (La Prensa, 29/05/73). Éste último fue el
fundador de la obra social de los trabajadores en el año 1967, participó de la
CGT de los Argentinos y acompañó entusiastamente la unidad de la FATUN de 1973.
Por su militancia al servicio de la causa popular y nacional, Ramírez fue
asesinado por la dictadura militar en el mes de abril del año 1977.
En
ATULP se destacaron los dirigentes Carlos Miguel, quién alcanzó el cargo de
Director del Departamento Central de Planificación (1973) y Rodolfo Achem,
quien se desempeñó como Secretario de Supervisión Administrativa de la
universidad (1973). Ambos, participaron en la formulación de las “Bases Para una Nueva Universidad” (1972)
impulsada por la Federación Universitaria de la Revolución Nacional (FURN) y
otras agrupaciones. En las Bases se convocó a los NODOCENTES a “una incitación a la participación como
miembros de la clase trabajadora, vertebradura esencial de la Patria, en la
discusión y la decisión de las cuestiones universitarias, que transforme a la
universidad de mero patrón insensible, en instrumento técnico, científico y
artístico de profunda inspiración nacional y social”. Como resultante de la
experiencia de los NODOCENTES en la gestión de la UNLP, se publicó el texto “La participación de los trabajadores en la
conducción de la universidad”. El documento postuló que los “trabajadores deben tener conciencia política
de su centralidad en la liberación nacional” y se abogó por desmitificar el
“academicismo” y la separación entre
el trabajo manual e intelectual. Achem y Miguel fueron cruelmente asesinados
por la agrupación paramilitar Triple A, en el mes de octubre del año 1974.
Pellejero y la UNLu
En
diciembre del año 1972 se creó la Universidad de Lujan, que abriría sus puertas
pocos meses después. El Secretario Adjunto de Actas de la Comisión Organizadora
Provisoria de ATUNLu, Oscar Eduardo Pellejero, jugó un rol fundamental en el
nacimiento de la Casa de Altos Estudios. Fue congresal en FATUN en el encuentro
de septiembre de 1973 en Córdoba, donde se discutieron las pautas para la
unificación de la Federación producida ese mismo año.
Pellejero
fue nombrado por el Rector Emilio Fermín Mignone, como “Organizador” y “Director
de Personal y Servicios” (1974), como “Secretario de Asuntos Administrativos” (1974)
y como responsable de la “Administración Académica del Centro Regional
Chivilcoy”. Durante sus gestiones, impulsó el Reglamento de Concurso del
Personal NODOCENTE (Res. 30/73) y la “Escuela de Capacitación Permanente” para
el Personal NODOCENTE, que tenía entre sus finalidades “elevar el nivel de conciencia política y social del trabajadores”,
desarrollando la “apreciación critica de
los fines y propósitos de la institución”. En el periodo, se aprobó un “Sistema de formación profesional permanente
del personal NODOCENTE” (Res. 58/74). La formación profesional incluyó
aspectos políticos sindicales, de administración universitaria y de
capacitación técnica.
Los
NODOCENTES integraban junto a alumnos y los docentes, el consejo de gobierno de
la UNLu y las comisiones curriculares, de planeamiento, de investigación, de
coordinación popular y de bienestar (El Civismo, octubre de 1973). Dado el
protagonismo de Pellejero y de ATUNLu, Emilio Mignone tenía una alta valoración
de los NODOCENTES y el Rector manifestó que “estoy a favor de la participación de los estudiantes y de los
trabajadores no docentes en el gobierno de la universidad. Una de sus formas,
es la que establece la ley universitaria vigente, 20.654, sancionada hace poco
tiempo por el Gobierno Nacional. La razón es también adelantada: los seres
humanos, cualquiera sea su condición, tienen derecho a participar de la
elaboración de las decisiones que hacen a su destino. Esto es válido para la
comunidad universitaria, de la misma manera que los es para la sociedad
política, las empresas, los sindicatos, las iglesias, la familia, etc. Es un
elemento derivado de su dignidad de persona humana” (Mayoría, 13/8/74).
La
dictadura cerró la UNLu[4] y asesinó en el mes de
junio del año 1976 al trabajador NODOCENTE de ATUNLu, Oscar Peralta.
APUBA y la intervención de 1973
En
mayo de 1973 los NODOCENTES tomaron las dependencias de la Universidad de
Buenos Aires. En ese contexto, miembros de la Comisión Directiva de APUBA
sostuvieron que la medida fue “dispuesta
para evitar la última maniobra del continuismo que pretende vaciar las arcas de
la universidad de Buenos Aires en una entrega ilegal a espaldas del pueblo”
(Clarín, 29/5/1973). No fue casualidad que el decano de la Facultad de
Filosofía y Letras de la UBA, Justino O´Farrell, manifestó que “Los no docentes no podrán olvidar que el
decanato es ocupado por un compañero que no es ni patrón ni un distante
académico, sino simplemente el compañero decano, junto al cual se trabaja en un
objetivo común, y que ellos son en es este ámbito la expresión de lo más digno
que tiene cualquier sociedad: la clase trabajadora, que construyó con su
esfuerzo un mundo que disfrutan pocos y que creará con su labor las bases de la
nueva Argentina que anhelamos” (El Cronista Comercial, 21/3/74).
Los
NODOCENTES adquirieron conciencia política de su necesario protagonismo en la
conducción universitaria. Trabajan para que la institución contribuya a la construcción
de un país más justo y solidario. Paulatinamente, abandonan el mito
cientificista que propone que los trabajadores manuales, no pueden planificar
las políticas académicas y de investigación.
Perspectivas actuales
Los
trabajadores NODOCENTES y la FATUN tienen una importante historia de lucha, de
realizaciones y de mártires. Esta experiencia acumulada es un capital político
fundamental, que dejó como saldo una organización sindical y política sólida.
Las
principales fortalezas de los NODOCENTES podrían resumirse en lo siguiente:
- Son el único actor universitario que
tiene estabilidad laboral. Ello les otorga conocimiento del funcionamiento
universitario y fortalece los grupos humanos. La estabilidad es la base para la
organización sindical.
- Disponen de una estructura de personal
en todos los circuitos de decisiones y son el único claustro que integra el
conjunto de tareas de la institución. La distribución en cuatro agrupamientos
administrativos incluye prácticamente el conjunto de los procesos de la
universidad (administrativo, mantenimiento, técnico profesional y asistencial).
- Protagonizan una renovada tendencia a la
capacitación permanente y profesionalización y desarrollan labores técnicas, de
investigación, manuales o educativas.
Los
NODOCENTES se organizaron en una sola herramienta sindical, que es la FATUN y
no existen las diferencias de ciudadanía universitaria propias de otros
claustros. La FATUN garantiza la unidad política e ideológica en la diversidad,
sin suprimir la pluralidad de las asociaciones de base y sin cercenar la
condición asamblearia de los trabajadores de cada universidad. La Federación tiene
una posición no partidista y respeta las ideas de sus miembros priorizando la
defensa gremial del NODOCENTE por sobre otras posibles divergencias.
Los
NODOCENTES a lo largo de su historia alcanzaron un importante piso de derechos
sociales y políticos. La próxima década estará signada por la defensa y
profundización de sus derechos, como son la mejora de sus jubilaciones o la
participación política obligatoria en todas las universidades del país. En esta
línea, el Secretario General de FATUN, Nelso Farina, destacó con firmeza que “Hoy más que nunca, los trabajadores debemos
ser protagonistas de este tiempo político y a través de nuestra organización,
volver a ser la columna vertebral del movimiento Nacional y Popular”.
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[1] Remplazó al Decreto N°2213/87, “Escalafón para el personal no docente de las Universidades
Nacionales”.
[2] En el año 1995 OSFATUN fue incluida en el Registro
Nacional de Obras Sociales, dotando a los afiliados de un servicio de salud de
alta calidad.
[3] La contrarrevolución del año 1955 cerró la UON. Luego del
golpe militar, fue reinaugurada como Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
[4] La UNLu fue reabierta a la vuelta de la Democracia a
partir de 1983. En el año 2007 se aprobó la ley 26.319 de "Asignación Especial de Reparación Histórica
para la Universidad Nacional de Luján Dr. Emilio Fermín Mignone", con “destino a la Universidad Nacional de Luján
(UNLu), en concepto de reparación por los daños y posterior cierre sufridos por
la Universidad y su comunidad durante su cierre en el período comprendido entre
los años 1976 a 1983”.
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