En el año 1946 el General Juan Domingo
Perón fundó el Partido Único de la Revolución Nacional, antecedente que un
tiempo después derivó en la creación del Partido Peronista. Nuestro Movimiento
político nació articulando diversas identidades y trayectorias y se conformó
con dirigentes radicales, independientes, socialistas, conservadores populares
y de cientos de miles de argentinos y de argentinas. El Partido se conformó con
las ramas política, sindical, femenina y juvenil y consolidó un entramado de
Unidades Básicas a lo largo y a lo ancho de la patria. En el año 1949 surgió,
además, el Partido Peronista Femenino. Nuestra consigna fundacional fue la
unidad en la diversidad, elevando bien alto la vocación de enaltecer la
política, de darle derechos a los postergados y de construir una Argentina
grande, orgullosa de sí misma y ejemplo civilizatorio mundial.
Juan Perón propugnó la hermandad y la
unidad de todos los argentinos. Lamentablemente, la intolerancia y los
intereses de elites y de facciones de adentro y de afuera de la Argentina, se
opusieron a esta obra de libertad y de desarrollo. El golpe militar de 1955
prohibió al Partido Peronista y le impidió al pueblo la elección libre de sus
representantes. Pese a los fusilamientos, secuestros y atentados, el peronismo
resistió a las diversas dictaduras militares y a los cómplices civiles que
intentaron silenciar al pueblo y callar a la democracia.
Debido a la proscripción, el Partido
Peronista se denominó Partido Justicialista, designación vigente hasta la fecha.
Luego de 18 años de resistencia al régimen fraudulento, regresó la democracia
sin proscripciones a la Argentina en 1973 y de su mano el peronismo triunfó de
manera contundente. La dictadura de 1976 profundizó la intolerancia iniciada en
1955 e inició una etapa funesta de la historia en la cual se prohibió,
nuevamente, a nuestro Partido y a nuestro Movimiento.
A la vuelta de la democracia en 1983 y
ya sin Juan Domingo Perón, el Justicialismo inició una difícil reconstrucción.
Rediscutimos la doctrina, la forma de organización y de liderazgo de cara a
asumir los nuevos desafíos propios de la época. El Justicialismo tuvo aciertos
y también errores, protagonizó encuentros, desencuentros, divisiones y debates.
Sin eximir a nadie de responsabilidades, creemos que es natural que existan
visiones disimiles sobre aspectos de la realidad, en el Movimiento político más
importante y masivo del país y de Sudamérica.
Actualmente, poderes externos al
Justicialismo están incentivando internas y fracturas políticas para debilitar
a la mayor fuerza de oposición al gobierno neoliberal de CAMBIEMOS. Tienen la
pretensión de obstaculizar el actual proceso de unidad, que le va a permitir a
la sociedad argentina edificar un Proyecto Nacional de soberanía política,
independencia económica y justicia social. La intervención del PJ iniciada por
la Jueza Federal María Servini, es violatoria del mandato de los afiliados y de
los organismos de decisión del Partido. Como en otras épocas, una inmensa parte
de nuestro pueblo se queda sin su legítima representación. Es por eso que:
- repudiamos la Intervención Judicial
del PJ y afirmamos que no debe judicializarse la política.
- reconocemos la legitimidad y la
legalidad de las autoridades del Partido Justicialista elegidas en el año 2016 y
la de su Presidente, José Luis Gioja.
- convocamos a los diversos sectores
del Justicialismo a discutir la reorganización del Partido, sin prejuicios y
abiertamente, pero siempre respetando los organismos interno del PJ y la
soberanía que emana de sus afiliados.
Tal como estableció el General Perón:
“No queremos que la historia pueda algún día enrostrarnos que no fuimos lo
suficientemente generosos. No queremos que en la historia, que leerán nuestros
hijos o nuestros nietos, pueda quedar en blanco el espacio que un argentino
patriota puede ofrecer siempre, en la historia de los Pueblos, a otro argentino
patriota”.
Centro
de Estudios Hernández Arregui (CEHA)
11
de abril de 2018
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