Aritz
Recalde, noviembre 2018
“Me
siento orgulloso de ser nodocente porque la actividad nodocente en una hermosa
actividad, es un trabajo muy lindo donde uno sabe que no solamente está
trabajando para un patrón particular (…) estamos trabajando para el pueblo (…)
para nuestros hijos, para nuestros vecinos, para nuestros compañeros, para los
demás trabajadores de la Argentina”. Nelso
Farina
Nelso Farina (1950-2018) fue el
dirigente sindical más importante de la historia del sistema universitario
argentino. Le dedicó gran parte de su vida a la militancia gremial que inició desde
muy joven en la Universidad Nacional de Río Cuarto. En el año 1985 fue consagrado
por sus pares como Secretario General de la FATUN. Siendo compañero de
militancia de Hugo Moyano, bregó por la unidad de la CGT y por la defensa de
los derechos de los trabajadores avasallados por el neoliberalismo de los años
noventa. Fue miembro del Consejo Directivo de la CGT y estuvo a cargo de la Secretaría
de Políticas Educativas.
Nelso Farina incrementó el poder gremial
de la FATUN y construyó además un nuevo sujeto político. Forjó una renovada
identidad del trabajador nodocente, caracterizada por una conciencia social y
política de sus derechos y por la vocación de participación en la gestión
educativa y científica universitaria.
La unidad de la FATUN
“Los
compañeros deben saber que en la unidad va a estar la fuerza, que en la unidad
va a estar la defensa segura de nuestras conquistas, de nuestros derechos”. Nelso Farina
“El
modelo sindical argentino es un modelo único, es el más avanzado del mundo y la
unidad por rama le dio poder (…) darle derecho a los trabajadores es quitarle
derecho al poder económico”. Nelso Farina
Durante su mandato, Farina trabajó consiente
y tesoneramente por la unidad de la FATUN, que actualmente aglutina en una sola
herramienta sindical a todas las organizaciones de base de las universidades
nacionales.
Durante los años cuarenta los
trabajadores de las universidades estaban encuadrados en organizaciones nacionales
como UPCN o ATE. Luego surgió la FATUN que, a partir de la década del sesenta, estuvo
dividida entre los representantes de Buenos Aires y los del interior. En el mes
de abril del 1973 se organizó un congreso “preparador”, que generó las
condiciones para la unidad forjada el día 26 de noviembre, en la provincia de Tucumán.
En ésta histórica jornada Farina fue congresal y siempre consideró a la unidad como
un recurso fundamental para garantizar los derechos de los trabajadores. En
este sentido sostuvo que “la unidad no se
declama, es un trabajo de todos los días, es un trabajo de todos (…) es un bien que hay que cuidar”.
Los derechos sociales de los
trabajadores nodocentes
“El
principio fundamental de la organización pasa por la solidaridad (…) ser
solidario es pensar en el que está al lado como un igual y sentir sus dolores”.
Nelso Farina
Farina consideraba que “la dignidad de los trabajadores es
innegociable, esa dignidad comenzó a tejerse con los gobiernos del general
Perón”. Destacó que durante el gobierno justicialista “por
primera vez la dignidad de las personas del pueblo comienza a tomar forma”
y “la organización sindical dejaba de ser
combatida permanentemente por el Estado (…) Perón incentiva a las organizaciones
sindicales y la CGT quintuplica su cantidad de afiliados”.
Inicialmente, la tarea nodocente se
inscribió en el marco del Personal de la Administración Pública Nacional hasta
que se sancionó un Escalafón propio. Con estos antecedentes y gracias a la
acción de Farina y de las organizaciones de base de la FATUN, se sancionó el Decreto
366/06 que, en sus palabras, “representa
la dignidad del nodocente en todos sus aspectos y hay que cuidarlo mucho (…) es
un convenio muy moderno, muy actualizado (...) léanlo todos los días, todo el
tiempo que puedan”.
Durante su gestión en el sindicato se edificaron
sedes administrativas, se creó la obra social (OSFATUN) y se construyeron
hoteles para los afiliados y sus familias. La FATUN apostó a la capacitación y en
diversas universidades se abrieron diplomaturas, tecnicaturas y ámbitos de
formación técnica, política y profesional para el nodocente.
La conciencia política de los
trabajadores nodocentes
“Los
sindicatos no valen por la cantidad de afiliados, sino por la calidad de
afiliados y dirigentes que tienen”. Nelso
Farina
Farina fue un activo promotor de la
conciencia política de los trabajadores nodocentes y promovió su efectivo derecho
a intervenir en el gobierno universitario. Su labor no fue simple en una
institución elitista, que desde su origen impidió que los trabajadores estudien
y que cercenó su participación en las decisiones.
En el año 1974 se sancionó una nueva ley
universitaria que incluyó la participación de los nodocentes en el cogobierno,
cuestión que fue interrumpida por la dictadura de 1976. Farina consideró que uno
de sus grandes logros en la FATUN, fue que en el año 1985 se recuperó ese
derecho haciendo concreto “aquel mandato
histórico de nuestros antecesores”.
La universidad para el pueblo y la
nación
“Queremos
una universidad libre, gratuita, cogobernada, pero fundamentalmente al servicio
del pueblo, una universidad que no investiga cualquier cosa, que trae los
problemas y los resuelve y se los devuelve al pueblo como solución. Esa
universidad es con la que soñamos”. Nelso
Farina
Nelso Farina consideró que debía construirse una institución al servicio de la
comunidad nacional y de sus habitantes y mencionó que “hemos aprendido que la comunidad universitaria no es dueña de la
universidad”. En su ideario, “la
universidad sirve si la universidad es del pueblo, si interpreta los valores
del pueblo”.
Desde su óptica, el nodocente tenía que
intervenir en la gestión de las instituciones ejerciendo su tarea con
conciencia y con vocación de servicio social y colectivo, manteniendo un
dialogo permanente con la comunidad. Destacó que “el cogobierno se cuida con responsabilidad, con propuestas que valgan
para la universidad del pueblo (…) vamos a trabajar mucho con las autoridades universitarias,
con los docentes, con los alumnos, pero también con la comunidad en general”.
En el año 2012 Farina participó del
encuentro de la CGT en la Falda, Córdoba y coordinó la mesa de “Salud, Cultura y Educación”. Como
resultado del encuentro se publicó un Documento
de 21 Puntos que expresan cabalmente su ideario. Impulsó una educación con “pensamiento crítico y transformador (…) haciendo
crecer la interculturalidad, la igualdad, la equidad de género, el nexo entre
ciudadanía y democracia, el cuidado y relación armónica con la naturaleza, la
eliminación de toda forma de discriminación y la promoción de la justicia
social. Solo así la educación será una herramienta social que haga posible el
camino hacia una Argentina con justicia y dignidad integrada a la Patria Grande
Latinoamericana”. Era necesaria entonces “la articulación progresiva entre la universidad y el resto del sistema
educativo con el proyecto productivo y de un genuino desarrollo nacional. Protegiendo
el valor humano insustituible de todos aquellos que construyen día a día los
espacios educativos: docentes, alumnos, personal no docente y comunidad”.
La organización vence al tiempo
“Nosotros
debemos defender lo nuestro cueste lo que cueste (…) costó mucho no solo
esfuerzo, sino la sangre de muchos compañeros, cosa que nosotros no vamos a
negar ni vamos a desconocer”. Nelso
Farina
Juan Domingo Perón interpretó que los
trabajadores conservarían sus derechos
trascendiendo a los hombres si edificaban una organización y adquirían
una conciencia social y política para defenderlos. Con ambos pilares, los
derechos debían luego institucionalizarse.
Farina legó a las nuevas generaciones
una FATUN unificada y una estructura de dirigentes con una identidad nodocente de
la que siempre se sintió orgulloso. Con conciencia de clase, destacó que “el laburante es laburante y vamos a terminar
nuestra vida como laburantes”. Remarcó que “las instituciones son las que perduran, son las que trascienden” y
hoy los trabajadores tienen su Convenio y sus actividades y sus derechos están
reconocidos en las universidades nacionales.
Es momento de continuar su legado y no
olvidar nunca su mandato político de que la “familia nodocente se mantenga unida, solidaria y organizada”.
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