Aritz Recalde, enero 2018
El peronismo bonaerense en sus orígenes: Juan Atilio Bramuglia
El abogado de la Unión
Ferroviaria y afiliado del Partido Socialista, Juan Atilio Bramuglia, puede ser
considerado el primer gobernador bonaerense justicialista de la historia. Su
mandato duró meramente nueve meses y aplicó los lineamientos doctrinarios del peronismo
en la provincia, que pueden resumirse en tres ejes políticos: la construcción
de una democracia popular con protagonismo sindical; la universalización de la justicia
social; y el impulso activo del Estado de bienestar.
Bramuglia se sumó desde su
fundación a la Secretaria de Trabajo y Previsión Social promovida por Juan
Perón y desde allí fue artífice de la incipiente legislación social sancionada
por la Revolución de 1943. Intervino en la redacción de las normas jubilatorias
de los trabajadores ferroviarios, periodistas y de comercio y participó del proyecto
de establecimiento del Instituto Nacional de Previsión Social. Esta vocación
social lo acompañó toda su vida y en el año 1947 inauguró la Cátedra de
legislación del trabajo en la Facultad de Derecho de la UBA.
En el mes de diciembre del año 1944
fue nombrado por Edelmiro Farell como gobernador interventor de la provincia de
Buenos Aires. En la ceremonia de asunción Bramuglia manifestó que “he militado toda mi vida al lado de la clase
trabajadora argentina, en la lucha por las conquistas de mejores condiciones de
vida y estoy con la revolución porque ella cumple con las modalidades de mi
espíritu, al crear, como ha hecho, una nueva conciencia social argentina”. Juan
Perón fue el artífice de su designación y sostuvo sin titubear que “un nuevo soldado de la revolución llega como
delegado del Poder Ejecutivo a ejecutar el gobierno de la provincia de Buenos
Aires. Es uno de sus hijos humildes, trabajador y virtuoso, como he podido
comprobar en un año de trabajo a mi lado, con resultados excelentes”.
Su nombramiento fue aplaudido
por el sindicalismo y Bramuglia se tornó una figura emblemática del nuevo
proceso político. En la gobernación conformó un gabinete con miembros de la UCR
y con figuras del gremialismo que posteriormente integrarían el Partido Laborista.
Su gestión impulsó activamente
la nueva legislación obrera en la provincia. Bramuglia medió en los conflictos sindicales
buscando soluciones pacificas y concertadas a las demandas de los trabajadores.
A diferencia del contexto represivo que heredó de los años treinta, su tarea se
ejerció en base al respeto a los derechos políticos y civiles. Consciente de
ello, el gobernador interventor sostuvo que “en
la provincia de Buenos Aires a mi llegada había presos políticos y sociales.
Dejo la provincia de Buenos Aires sin presos políticos, ni sociales (…) no he
cerrado ningún diario, ni he impedido ninguna reunión. Tampoco he cerrado local
de ninguna especie”.
Bramuglia apoyó la aplicación
del Estatuto del Peón del Campo y propugnó la función social de la propiedad
rural y sostuvo que “El Estado protege y reconoce a la propiedad
privada mientras ésta cumple su natural función convergiendo al bienestar
común. Lo contrario de este principio es la propiedad como factor anarquizante
y creador de la lucha de clases. La propiedad rural no será más en la tierra
argentina el medio para la explotación del hombre del campo, así como la
propiedad industrial no será el escenario para la explotación de las clases
proletarias”.
En el año 1945 inició una
campaña para terminar con el analfabetismo en la provincia, que incluyó la
construcción de escuelas rurales y la protección de los docentes ya que
consideró que la “situación de los maestros
ha sido en nuestro país casi siempre
precaria (…) siempre es hora de honrarlo, alentarlo y darle elementos para su
completa dignificación profesional”. El gobernador destacó que la escuela
tenía una función fundamental en la igualación social y en la construcción de
la solidaridad humana.
Luego de los sucesos del 17 de
octubre Bramuglia se abocó activamente a la campaña electoral, desde la Junta
Nacional de Coordinación de los Partidos Políticos Revolucionarios. El Partido
Laborista lo impulsó –sin éxito- como su candidato a gobernador en las
elecciones del mes de febrero de 1946.
Durante la presidencia de Juan
Perón se desempeñó como Ministro de Relaciones Exteriores y Culto siendo una
figura central de la edificación de la doctrina de la Tercera Posición.
La consolidación del peronismo bonaerense: Domingo Mercante
Domingo Mercante era hijo de un obrero
maquinista afiliado a la Unión Ferroviaria. Realizó la carrera militar y desde
el año 1943 contribuyó junto a Perón en la formación de la logia Grupo de
Oficiales Unidos (GOU).
Fue interventor de la
Fraternidad y de la Unión Ferroviaria y entabló un vínculo estrecho con
Bramuglia apoyando activamente la tarea social y sindical de la Revolución.
En el año 1943 alcanzó el cargo
de Director de Trabajo y Acción Social Directa y luego de los sucesos de
octubre en 1945, ocupó el lugar de Secretario contribuyendo con la campaña
presidencial.
Su vinculo con el mundo gremial
y su confianza con Perón, le permitieron participar en la creación del Partido
Laborista que lo impulsó primero como vicepresidente y luego de descartada la
candidatura de Bramuglia, como gobernador de la provincia de Buenos Aires. Mercante
fue una figura importante en la centralización del frente político oficialista
y propugnó la creación del Partido Único de la Revolución, luego bautizado
Partido Peronista.
En el año 1947 normalizó el Partido
a nivel bonaerense aplicando el método del voto directo de los afiliados, en
las 112 municipalidades de la provincia.
De manera análoga al gabinete de
Bramuglia, organizó una estructura política frentista con participación de
dirigentes de la UCR, laboristas de origen gremial y de otras extracciones
políticas. Varios miembros de la Fuerza de Orientación Radical de la Joven
Argentina (FORJA), se sumaron a la gestión como fueron los casos de Arturo
Jauretche (Banco Provincia), Miguel Cesar Avanza (Ministerio de Educación) o Miguel
López Francés (Ministerio de Hacienda). El prestigioso pensador y constitucionalista
Arturo Enrique Sampay, ocupó el cargo de Fiscal de Estado.
Mercante desarrolló las bases
del Estado interventor y su obra social fue la más importante de la historia
bonaerense. Fundó el Instituto de Previsión Social y profundizó la política de
Bramuglia tendiente a garantizar una cobertura masiva a la tercera edad. Instituyó
el Ministerio de Salud y Asistencia
Social (antes Dirección de Higiene) e inauguró los centros de Higiene
Materno Infantil.
Le otorgó rango de Ministerio a
la Dirección de Educación y garantizó la gratuidad del nivel preescolar aprobando
la “Ley Simini 5096” y construyendo jardines de infantes. Creó en la ciudad de Bahía
Blanca el Instituto Tecnológico del Sur, que fue el antecedente de la actual
Universidad Nacional del Sur. Renovó buena parte de la legislación educativa
pre-escolar, de educación general (remplazando la norma de 1875) y aprobó el Estatuto
Docente cumpliendo el anhelo de Bramuglia.
La infraestructura estatal ocupó
un lugar central en la gestión con el Plan Trienal de Trabajos Públicos
(1947-49) o con el Plan Integral de Edificación Escolar que en seis años construyó
más de 1500 edificios en zonas urbanas y rurales. Levantó hoteles para los
trabajadores en Mar del Plata y otras ciudades, en 1950 creó el parque “Derechos
de la Ancianidad” (Pereyra Iraola) y un año más tarde inauguró la “Republica de
los Niños” de la ciudad de La Plata. Erigió
la planta de tratamiento de agua de La Plata, Ensenada y Berisso y construyó
151 barrios obreros en diversas localidades (9244 viviendas).
En el año 1949 modificó la
Constitución Provincial de 1934. El Preámbulo de la nueva Carta Magna sostenía
la finalidad de “realizar un verdadero
orden social, y de cooperar a la formación de la cultura nacional y al
afianzamiento de una Nación socialmente justa, económicamente libre y
políticamente soberana”. El texto reconoció los derechos del trabajador, de
la familia, de la ancianidad y de la educación y la cultura introducidos en el
artículo 37 de la Constitución Nacional.
Mercante renovó la
administración impulsando la Dirección de Estadísticas e Investigaciones, los
Tribunales de Trabajo, estatizando el Banco Provincia o creando el Ministerio
de la Gobernación. Aprobó la Ley Orgánica de Municipalidades 5542/49 que instauró
la elección directa de Intendentes, eliminó la asamblea de grandes contribuyentes
y facultó al Concejo Deliberante a “autorizar
la expropiación de fracciones de tierra, las que se declararan de utilidad
pública, para subdividirlas y venderlas a particulares, para fomento de la
vivienda propia”.
Su excelente gestión aumentó la
popularidad de su figura y en las
elecciones del mes de marzo de 1950 obtuvo el histórico 56% de los votos,
enfrentando a la UCR que llevó en la formula a Ricardo Balbín.
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