lunes, 2 de mayo de 2016

Juan Enrique Guglialmelli y las relaciones argentino brasileñas

Aritz Recalde, abril de 2016
Proyecto de Investigación “Modelos de desarrollo Argentino Brasileño”,
UNAJ – Secretaría de Política Universitaria.


En el mes de enero del año 1970 Juan Enrique Guglialmelli[1] publicó en la revista Estrategia el texto “relaciones argentino – brasileñas”. Allí manifestó que las vinculaciones con Brasil “constituyen uno de los elementos claves de la política exterior de la Argentina. Lo fueron en el pasado y lo serán sin duda en el futuro” (Guglialmelli 1970: 59).
Guglialmelli analizó las vinculaciones entre ambos Estados desde una perspectiva del desarrollo nacional argentino. En su punto de vista, la nación es “la matriz dentro de la cual resulta posible desenvolver las potencialidades espirituales, culturales y materiales de un pueblo. La necesidad de extender a todos los sectores del aparato productivo (integración sectorial) y a todas las regiones del país (integración geoeconómica) la acción dinámica del desarrollo, supone, justamente, la toma de conciencia de la solidaridad nacional y el desenvolvimiento consecuente de lealtades hacia todos los miembros de la sociedad” (Guglialmelli 1970: 64).
El autor describió las políticas de Brasil y estudió su vinculación con la economía, el territorio y las relaciones exteriores de nuestro país. Consideró que era estratégico para el desarrollo de Argentina, conocer y predecir los objetivos nacionales y políticos del país vecino. Guglialmelli destacó que nuestra clase dirigente subestimó las cuestiones geopolíticas y menospreció el problema del espacio y olvidó aspectos fundamentales como el de las regiones “fronterizas marítimas”. El autor resaltó que los gobiernos argentinos desconocieron el significado geopolítico de factores como la energía, la minería o la industria (Guglialmelli 1976 b: 239-240).
Estas variables tenían que ser analizadas conjuntamente con los factores geopolíticos mundiales que operaban en el contexto y que influían sobre el desenvolvimiento de la Cuenca del Plata.

El gigante brasileño
Guglialmelli destacó la importancia geopolítica para la Cuenca del Plata, el hecho de que Brasil sea el país más extenso y poblado de Sudamérica. En el año 1970 Brasil tenía un crecimiento vegetativo del 3,3 % de su población, perfilándose en el mediano plazo entre los cinco países más poblados del mundo. En 1976 resaltó como un acierto el movimiento migratorio de la población brasileña, que se desplazó de Río de Janeiro hacia el sur, oeste y sudoeste del país. El caso argentino era diferente y las migraciones se trasladaron hacia las grandes ciudades de Rosario y de Buenos Aires. El autor manifestó que la población “brasileña avanza desde el litoral hacia el interior de su territorio, la nuestra abandona el interior, concentrándose sobre el área puerto” (Guglialmelli 1976 b: 227).
Brasil expandió su territorio en las etapas históricas de la colonia, del Imperio y de la Republica. Como resultado de un importante crecimiento espacial, el país compartía con la Argentina 1000 Km de longitud de fronteras.
Con la finalidad de describir la política espacial brasileña, en un artículo del año 1973 Guglialmelli retomó nociones del coronel brasileño Mario Travassos, a quien le atribuyó divulgar una política tendiente a fortalecer el control territorial de Bolivia y Paraguay, neutralizando la acción argentina. Aplicando la lógica argumental del coronel, Brasil organizó un sistema de ampliación y de modernización de caminos y de puertos que conectaban al país con el comercio de la Cuenca del Plata.
Es en este sentido, que el país vecino impulsaba el Operativo Misiones con el propósito de “incorporar la zona argentina al norte y noreste de Santo Tomé (Corrientes) al área de influencia de Porto Alegre – Río Grande” (Guglialmelli 1973: 123). En el mismo artículo, el autor destacó que la “llave” del nuevo sistema portuario para integrar físicamente la Cuenca del Plata, sería Río Grande que se habilitaría como “superpuerto” antes del año 1980. En un texto del año 1974 insistió en que “Brasil pretende que Río Grande compita con Buenos Aires y Montevideo, para lo cual no sólo amplía su capacidad portuaria, sino que extiende su área de influencia mediante su red vial y ferroviaria, hacia Misiones, Corrientes, Entre Ríos y la República Oriental del Uruguay” (Guglialmelli 1974 b: 182).
Según Guglialmelli, Brasil había conformado políticas de Estado tendientes a fijar prioridades para el desenvolvimiento de sus industrias y servicios básicos. El autor destacó en 1979 que:
 “Brasil no acepta la “apertura de su economía”, esto es desproteger la industria propia en beneficio de la ajena, o subordinar su estrategia en la materia a las conveniencias de afuera, no concordantes con su interés nacional (…) Desde una perspectiva histórica, la protección industrial fue el método al cual recurrieron las grandes potencias del mundo moderno para emerger como tales. Así procedieron Alemania, Japón, Francia o la Unión Soviética. Y es el caso de los Estados Unidos de Norteamérica, donde el proteccionismo fue predicado y practicado por Alexander Hamilton desde el día siguiente de la independencia y que triunfó definitivamente en la Guerra de Secesión (Guglialmelli 1979: 464).

En el siglo XX Brasil impulsó la siderurgia, el rubro textil, el sector automotriz, papelero o químico y para eso dispuso de inversiones de los Estados Unidos. La Inversión Bruta Fija Argentina del año 1978 no duplicó el monto de 1960, cuando en Brasil del mismo periodo se multiplicó por siete (Guglialmelli 1980: 561). El resultado de esta política, fue el mantenimiento de importantes tasas de crecimiento económico superiores a las de Argentina. Guglialmelli mencionó que a comienzos de la década del sesenta el PBI brasileño expresado en dólares era un 50% superior al argentino y que en el año 1978 la diferencia superó el 200%. 
El país avanzó en el control de sus reservas minerales y energéticas con la finalidad de apuntalar su industria pesada y desarrollar el “interior” del extenso territorio. Poco a poco, fue variando el perfil exportador de ambos Estados y nuestro país se perfiló como proveedor de productos primarios y Brasil como abastecedor industrial. Guglialmelli mencionó que las:

exportaciones de Brasil hacia Argentina mostraban una mayor participación de productos industriales (…) el cambio operado en la estructura comercial bilateral entre la Argentina y Brasil se generó en el contexto de una agresiva política comercial brasileña, con fuertes rembolsos y amplia financiación al exportador, y en el marco de un sostenido y creciente aumento en la actividad económica. Este panorama alentador para las colocaciones externas brasileñas se enfrentó, desde la Argentina, con una política de apertura externa con reducciones arancelarias y sobrevaluación del tipo de cambio, tendiente a aumentar la corriente importadora y desalentar el avance de las exportaciones industriales” (Guglialmelli 1980: 563).

Según el analista argentino no todas eran buenas noticias en Brasil, ya que en el país coexistían el crecimiento económico y la acumulación concentrada de riquezas, con severas dificultades sociales. El acelerado desenvolvimiento económico de Brasil no le permitía terminar con la pobreza, el analfabetismo o con la existencia de áreas económicas pre capitalistas. Además, Brasil arrastraba importantes desigualdades económicas y sociales regionales entre el norte y el sur.





[1] Enrique Guglialmelli (1917-1983) fue un militar e intelectual argentino especializado en cuestiones de geopolítica. Según se manifiesta en una entrevista que le realizó el Diario Panorama el 7/12/1970, integró la oposición a Juan Perón en el levantamiento castrense del año 1951. Durante el gobierno de Arturo Frondizi fue Secretario de Enlace y Coordinación. Acompañó al gobierno militar del año 1966 y por solo cuatro meses fue el Secretario del Consejo Nacional de Desarrollo (CONADE), de donde renunció por tener públicas diferencias con las políticas liberales del plan económico (Guglialmelli 1971: 97- 106) (Jaramillo 2007:13-22). Se desempeñó como Director de la Escuela Superior de Guerra y del Instituto de Estudios Estratégicos y de las Relaciones Internacionales donde publicó y dirigió la revista Estrategia.  

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