Aritz
Recalde, abril de 2017
“Los partidos políticos mueren
así, porque ya he dicho muchas veces que los pescados y las instituciones se
descomponen primero por la cabeza. El día en que nos descompusiéramos nosotros,
no tardaría mucho en descomponerse todo el Movimiento, disolverse y dispersarse”.
Juan Perón
Hay diversas maneras de abordar el
concepto de Conducción Política de Juan Domingo Perón. Una implicaría analizar la
biografía del líder y el origen y la dinámica del Movimiento Nacional Justicialista.
Dicha cuestión supone investigar el comportamiento y los roles de los diversos
grupos de poder y de los actores políticos que integraron un espacio caracterizado
por ser policlasista, plural en procedencias partidarias y en tensiones.
Otra manera de abordar el tema, y
la que nos interesa rescatar en el Cuaderno, es la de analizar a Perón desde
los artículos, entrevistas y libros que dejó centrados en temas de organización
y de conducción de hombres y de grupos.
1-
La
conducción política en la obra Juan Perón
El mandatario le dedicó varios
documentos al tema y dictó clases en la Escuela Superior Peronista con la
finalidad de elaborar y de transmitir un marco conceptual para la acción
política.
La teoría de la conducción incluyó aspectos
concernientes al Partido, al Movimiento, la masa popular, la Nación y el Estado.
El sistema
internacional imperialista y la conducción política nacional
Perón realizó varios estudios sobre
aspectos geopolíticos y de política internacional. Entre sus obras se destacan “La
Defensa Nacional, Significado de la Defensa Nacional desde el punto de vista
militar” (1944), “América latina,
ahora o nunca” (1965) y la “La Hora
de Los Pueblos” (1968) que reitera muchas de las cuestiones del trabajo
anterior.
El texto del año 1944 es una
conferencia de apertura a una cátedra en la Universidad Nacional de La Plata. Perón
describió la dinámica de la política internacional como parte de luchas permanentes
entre naciones imperialistas. Mencionó que el desenlace de la Segunda Guerra Mundial
no traería la paz, sino que iba a iniciar una nueva etapa de las disputas
geopolíticas originadas en la búsqueda de recursos. Las guerras eran fenómenos
sociales, planteaba, y ni bien termine la conflagración, los miembros de los
Aliados o del Eje iban a lanzar sobre Iberoamérica una campaña de dominio y de sujeción
imperial.
En la “La Hora de Los Pueblos” Perón describió la historia del hombre como
parte de una constante voluntad de dominio de los imperialismos y de las
oligarquías. Grecia, Roma, España, Francia, Inglaterra, EUA o la Unión
Soviética eran unidades de poder político, económico y bélico y organizaban y movilizaban
a individuos, grupos, naciones y continentes detrás de sus objetivos.
Perón mencionó que la Revolución
Francesa de 1789 inauguró un enfrentamiento político y militar de dimensiones
nacionales. La revolución industrial, científica y tecnológica del siglo XIX, generó
las condiciones materiales para la expansión universal del imperialismo.
En el año 1968 describió la
reconfiguración del sistema mundial imperialista, que se caracterizó por conformarse
en torno de bloques “continentales” en lucha. El sistema internacional tendía a
organizarse en torno de:
a- dos
grandes modelos civilizatorios que eran el capitalismo y el comunismo. El
primero impulsado por el imperialismo norteamericano y el segundo por el
imperialismo soviético.
b- unidades
continentales de poder: Comunidad Económica Europea, EUA y Unión Soviética.
La conducción política tenía como
tarea impostergable consolidar la unidad y la movilización nacional. En su
defecto, el país iba a ser satelizado por los imperialismos y las oligarquías
extranjeras.
Una vez organizado el proyecto nacional,
el Justicialismo tenía que integrase al Continente Iberoamericano y luego al
Bloque de Países No Alineados. En el libro “América
latina, ahora o nunca” se publicó un discurso de Perón del año 1953, donde fijó
claramente la necesidad de crear un mercado económico sudamericano tendiendo a
organizar una “vida” y una “defensa” en común.
En la IV Conferencia Cumbre de
Países No Alineados del mes de septiembre del año 1973 en Argelia, el mandatario
argentino sostuvo que la “Tercera Posición” ya había sido proclamada hace
treinta años y afirmó que “hoy tiene
vigencia en esta misma asamblea”.
Los vacíos de
conducción política nacional son ocupados por los representantes de las
potencias extranjeras
Perón escribió varios trabajos
sobre la coyuntura económica, social y política que derivó en su caída como
fueron los libros “La fuerza es el derecho de las bestias”
(1956), “Del poder al exilio” (1956)
o los “Vendepatria” (1957). En estos
libros describe con detalle lo que consideró era una imposición de un programa
de gobierno oligárquico e imperialista.
La contrarrevolución del año 1955
se propuso destruir la organización política peronista, interviniendo y
proscribiendo al partido de gobierno o ilegalizando la actividad sindical. Más
adelante, los siguientes gobiernos destruyeron paulatinamente el Estado interventor
fundado por el Justicialismo.
El objetivo fundamental de la
contrarrevolución fue quitarle capacidad de decisión nacional al país. Las
organizaciones libres del pueblo iban a perder poder político y la democracia Argentina
sería conducida por delegados puestos desde del extranjero. El golpe de Estado
del año 1955 transfirió la soberanía de las decisiones:
- del Estado argentino a las potencias foráneas,
a los organismos internacionales y a las empresas extranjeras;
- del productor industrial nacional
al agropecuario y al intermediario comercial y financiero;
- del pequeño productor argentino
al extranjero oligopólico;
- del trabajador a la empresa.
Una vez caído el gobierno
democrático, cambió radicalmente el componente político y de clase de la
conducción del Estado. Las principales decisiones las tomarían desde ahora:
- el poder financiero y los grandes
grupos agropecuarios e industriales foráneos (oligarquía);
- los delegados de las potencias y
organismos extranjeros (imperialismo);
- un frente político de clases
medias y altas, militares y sectores de la iglesia.
Entre los años 1955 y 1983 las
clases dominantes y sus aliados civiles y militares impusieron casi 25 años de
proscripciones, violencias, asesinatos y distintos tipos de terrorismo
(comandos civiles, fusilamientos, torturas, prisiones y detenciones ilegales y
desde 1976 desapariciones forzosas). Para justificar la inusitada violencia política
en la opinión pública local y extranjera, utilizaron los medios de comunicación
internos e internacionales. El manejo político de la prensa y su influencia en
la conducción de la masa popular y de las naciones fue explicado por Perón en
sus notas en el periódico Democracia. Estos
documentos están reunidos en el libro “Política
y estrategia” (1953).
La conducción política
y la organización del Estado
El Modelo Justicialista se organizó
con el objetivo de lograr la soberanía política, la independencia económica y
la justicia social. La conducción política iba a cristalizar estos principios
en la organización del Estado.
El mandatario escribió varios
documentos que abordan temas institucionales y de organización de gobierno. Su
obra culmine “Modelo Argentino para el
proyecto nacional” (1974) sistematizó su concepción sobre la cuestión.
Se puede entender cabalmente el
ideario de Perón analizando “las formas de ejecución” de su doctrina, expresadas en los Planes Quinquenales (1947 y
1952), la Constitución Nacional de 1949 y en el Plan Trienal (1974). En “Conducción Política” Perón incluyó entre
las formas de ejecución exitosas:
“nacionalización
del Banco Central; la creación de todo un sistema financiero; la
nacionalización de todos los servicios; la anulación de todos los consorcios
financieros internacionales; la creación de una marina mercante (…) reglamentos
del Banco Central; los reglamentos del Consejo Económico; los reglamentos
orgánicos de los bancos y todo tema financiero del I.A.P.I”.
2-
La
conducción política del Movimiento Nacional Justicialista
“La improvisación no puede ser un
método completo para la realización de las acciones de la conducción”. Juan Perón
Perón tiene varios trabajos que analizan
aspectos doctrinarios y de organización política y partidaria como son las “20
verdades peronistas” (1950), “La
Comunidad Organizada” (1949) o “Conducción
Política” (1951). En el año 1954 formuló algunas clases en la Escuela
Superior Peronista que fueron editadas bajo el formato de libro “Filosofía Peronista”.
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