“Se monta y arma un grande y completo
aparato de hacer opinar a la gente en este sentido y no esto otro … ¡y a eso se
llama libertad de opinión!. Este aparato
responde a un pilotaje invisible y está fuera de todo control nacional político
o no político”. Leonardo Castellani, año 1943
Leonardo
Catellani (1899-1981) fue un escritor de cuentos, de poesía y novela[1].
Además, fue un pensador profundo y un prolifero crítico de temas literarios,
filosóficos, educativos y políticos. Nacido en la provincia de Santa Fe, entró
al noviciado cordobés de la Compañía de Jesús y en los años treinta fue
designado en Roma como sacerdote. Como parte de sus estudios, se graduó en
filosofía en París y en su regreso a la Argentina ejerció la docencia y el
periodismo. Portador de una gran erudición, sus más de cuarenta tomos y
artículos recorren, principalmente, los temas literarios, educativos,
filosóficos y religiosos.
El periodismo, la verdad y el poder
Leonardo
Castellani destacó que el lector de periódicos considera que la noticia tiene
que tener veracidad y autenticidad. Es en este sentido que manifestó que “por naturaleza, el periodismo debería estar
al servicio de la verdad” (Castellani 1955: 298).
El autor sostuvo
que más allá del “deber ser” del periodismo, dicha actividad dista de ser un
medio objetivo e imparcial de transmisión de verdades. En realidad, Castellani
menciona detrás de las páginas del periodista se desenvuelven “imperialismos extranjeros, empresas
crudamente comerciales, logreros sin escrúpulos ni conciencia, ideologías
funestas, pasiones oscuras y potentes… el oficialismo, la oposición, la
ambición, el interés, la codicia, la avaricia, la maldad, el error, el
plebeyismo, la irresponsabilidad, la tiranía oculta del anonimato y el
embauque… y también a veces el amor a la verdad y la cura del bien público” (Castellani
1955: 299). Tal cual sostiene Castellani, el terreno de la práctica
periodística está sujeto a fuertes presiones de las potencias extranjeras y a
la despiadada puja política de poder dentro del país. Lejos de ser un ámbito
laboral caracterizado por la libertad de acción y de pensamiento, el periodismo
argentino fue un terreno de disputa y de confrontación permanente.
Una de las
manifestaciones de la dependencia cultural y política de la prensa argentina,
se expresaba en que cumplía una función de desprestigio de la cultura nacional.
En sus palabras “un autor extranjero,
aunque sea bellaco, tiene en esta nación la propaganda a favor, extranjera y
nacional; un autor nacional, aunque sea bueno, tiene en esta nación la
propaganda en contra; luego esta nación no es nación, sino una cosa así como La Nación. Si fuera nación
conocería y acogería lo suyo” (Castellani 1958: 487).
Como resultado
del proceso mencionado, el autor entiende que en la medida que los periodistas
han renunciado a la verdad, “han
prostituido esa misión (…) son una cosa prostituida, abierta al soborno, y a la
traición y a toda infamia” (Castellani 1943: 302).
El periodismo es una actividad comercial
Castellani
destacó que buena parte de la prensa argentina funciona con las pautas de una
empresa comercial. En su punto de vista, abrir “un diario para hacer plata significa infaliblemente renegar de la verdad. El mundo es así
o actualmente está así” (Castellani 1955: 299). La prensa de su época tenía
objetivos meramente financieros, cuestión que impedía que las instituciones
alcancen un planteo objetivo de la realidad. Ahora bien, si un editor se proponía
cambiar el funcionamiento económico del periodismo tenía que saber que “hacer un diario para defender la verdad significa infaliblemente perder
plata” (Castellani 1955: 299).
¿Existe la libertad de prensa?
Tomando
distancia del postulado liberal, Leonardo Castellani mencionó en los años
cuarenta que el verdadero problema de la “libertad
de prensa consiste en quien nos libertará de la prensa”, ya que la
información que se produce y distribuye en el país está “dirigida, amañada y si es preciso fraguada. Se eligen las agencias, se
hinchan y decoran (o mutilan) los telegramas, se les adoba el tono, se dispone
el lugar de ellos, se los resume en tendenciosos titulares, se los condensa en
editoriales y por último se invita a teorizadores a escribir estudios
filosóficos o literarios que respondan al sentido del diario y hagan de marco
teórico a su información” (Castellani 1943: 302).
Tal cual postula
el autor, el periodista al momento de construir la noticia estaba atado a los
intereses del grupo editorial. Castellani destacó que los diarios regulan de
manera tendenciosa las fuentes periodísticas, aplican técnicas de presentación
de la información y cuestión importante, se justifica teóricamente la línea
editorial del periódico. Con dicha finalidad, se identifican los técnicos
adecuados a esa tarea, que no necesariamente son aquellos que pueden explicar
objetivamente el tema abordado.
¿El periodismo para qué?
“Vienen tiempos de masas, de inmensos
movimientos colectivos, de colaboración no solamente entre hombres y entre clases,
sino entre naciones y entre continentes. Si no somos capaces de unirnos los
argentinos, somos menos que nada, y más valía que siguiéramos siendo una
colonia de España”. Leonardo
Castellani, año 1968
Pese al severo
diagnostico, Leonardo Castellani ejerció el periodismo publicando textos en
diarios y revistas como Criterio, Cabildo, Azul y Blanco, Dinámica Social o La
Prensa.
Desarrolló su
actividad con pasión y haciendo de su escritura un elemento de debate y de
polémica, convencido de que su verdad iba a contribuir a la unidad de los
argentinos consustanciados con la emancipación social y con la defensa de los
intereses nacionales. En su punto de vista, “seguimos hablando para que siga respirando la patria. Mientras
habla una nación, no está muerta” (Castellani 1968: 305).
Material citado
Castellani Leonardo (1943) Doll y la libertad de Imprenta, en
Castellani 1999.
(1955) Castellani
y el periodismo, en Castellani 1999.
(1958)
De cultura argentina, en Castellani
1974.
(1968) ¿Para qué
seguimos? en Castellani (1999).
(1974) Crítica Literaria y Notas a Caballo de un
país en crisis, Biblioteca del Pensamiento Nacionalista Argentino, Buenos
Aires.
(1976) Lugones.
Esencia del liberalismo. Nueva Crítica literaria, Biblioteca del
Pensamiento Nacionalista Argentino, Buenos Aires.
(1999) Castellani
por Castellani, Ediciones Jauja, Buenos Aires.
Montejano Bernardino (1974) Estudio Preliminar, en Castellani
(1974).
[1] Un listado de sus principales obras puede consultarse
acá: http://www.hjg.com.ar/txt/lc/bibliog.html
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