Aritz Recalde, julio 2012
El 9 de julio del año 1816, los
miembros de las Provincias Unidas en Sud América, se reunieron en el Congreso
de Tucumán y declararon la “libertad e
independencia” del país en relación a la España. Por solicitud de Pedro Medrano,
la decisión de ruptura con Fernando VII y sus sucesores, se completó con la
mención explícita de que nuestra patria tenía que liberarse de “toda otra dominación extranjera”. Esta
última definición, tuvo la finalidad de impedir que la independencia de las
Provincias Unidas en relación a España, derive en un coloniaje con otra
potencia. Los reparos de Medrano, buscaban frenar incitativas como las de Carlos
María de Alvear que en el año 1815, envió a Rio de Janeiro al Secretario del Consejo
de Estado, Manuel José García, con el objetivo de que entregue a Lord Strangford
un pliego tendiente a formar un protectorado con Inglaterra.
La derrota militar en Rusia y la
batalla de Waterloo del año 1815, culminaron la etapa de la expansión
imperialista francesa en manos de Napoleón Bonaparte. La finalización de la
guerra implicó:
-
Debilitar
la decisión francesa de sostener y de ampliar por medios militares, sus
colonias en el continente americano.
Lo había intentado Napoleón en 1802, cuando envió más de 20.000 soldados a
Haití a declarar los “derechos
universales del hombre europeo al colonialismo sobre América”. En nuestro actual
suelo nacional, los franceses impulsaron agresiones armadas en el año 1838 y en
1845, recibiendo una derrota militar en manos de Juan Manuel de Rosas. A partir
de allí, iniciaron una acción “neocolonial” de imposición cultural, que
permitió que importantes mandatarios e intelectuales de nuestro país se
asumiesen con orgullo, como
“afrancesados”.
-
Que
los Estados monárquicos Europeos ocupados por Francia, recuperen su
soberanía. La situación generó las
condiciones para la restauración absolutista, que fue acordada en el Congreso
de Viena convocado en el año 1814. A partir de esa fecha, los Estado europeos
rediscutieron una nueva geopolítica continental y mundial, profundizando su
vocación de apropiación colonial sobre África, América y Asia.
-
El
triunfo británico, que aceleró su política de expansión imperialista sobre las
colonias Españolas y francesas en el resto
del mundo. A partir de acá, el gobierno inglés impulsó la ocupación de Malvinas
en 1833 o las agresiones militares de 1845.
-
La
restauración de Fernando VII en España, que formó parte del mencionado
Congreso de Viena. Ya una
vez en el trono y con la finalidad de recuperar el control político de “sus
colonias”, en el año 1815 inició una expedición militar hacia América compuesta
por 12.000 hombres al mando de Pablo Morillo. La hipótesis de guerra con España
contribuyó, tanto a la declaración de la independencia de 1816, como a
iniciativas de protectorado del mencionado Alvear.
El contexto interno y la declaración
de la Independencia de 1816
El vacío de poder que implicó la
ocupación francesa de España en 1808, generó las condiciones para la formación
de la Primera Junta que nació a partir de las jornadas de mayo de 1810. En
periodo que transcurrió de 1810 a 1816, se caracterizó por una convulsionada
seguidilla de enfrentamientos y de tensiones políticas, raciales, sociales y
económicas. Por un lado, los diversos gobiernos debieron enfrentar las resistencias
de los realistas y allí quedaron las campañas de Belgrano con el Ejército del
Norte, la batalla de San Lorenzo de San Martín o las guerrillas al mando de Güemes
y los infernales. En ese período, el
imperio portugués entró en guerra con nuestro gobierno, por su decisión de ocupar
militarmente la Banda Oriental. Agravando el panorama y en este contexto, se
generaron diversos enfrentamientos internos entre grupos, clases y
representantes del mismo Virreinato del Rio de La Plata.
Los enfrentamientos internos
mencionados, se reflejaron en la composición del Congreso de Tucumán que
declaró la independencia en 1816. Participaron del Congreso diputados de
regiones que hoy se encuentran separadas del territorio nacional, como son los
casos de Charcas, Mizque, Chichas, La Plata y Cochabamba, que forman parte de
la actual Bolivia. No estuvieron representadas en el Congreso, las regiones
patagónicas y del nordeste chaqueño, habitadas por pueblos originarios. Tampoco
intervienen las provincias de Santa Fe, de Corrientes, de Entre Ríos y de Misiones,
que participaron de un congreso reunido por Artigas, Protector de los “Pueblos
Libres”. Se invitó al Paraguay y a Chile sin conseguir su adhesión.
La agenda del Congreso de Tucumán
A partir de las históricas jornadas,
los patriotas reunidos en Congreso general discutieron una agenda de cuestiones
prioritarias a resolver. Entre los temas abordados por los congresales, deben
mencionarse los pactos entre las provincias como pasos previos al orden
constitucional; la forma de gobierno a desarrollar en el territorio
independiente; una agenda de cuestiones económicas que incluyeron la necesidad
de consolidar impuestos, bancos y moneda; el régimen militar y la posibilidad
de la guerra con España; la demarcación del extenso territorio y la creación de
ciudades; la apertura de ámbitos educativos o la necesidad de organizar el
sistema de justicia. Gran parte de estos temas, quedaron inconclusos en Tucumán
y conformaron la agenda nacional y regional a lo largo de las décadas
siguientes.
La nación en armas
El general José de San Martín se
encontraba en Cuyo en condición de gobernador desde el año 1814. Con la
finalidad de entablar la guerra a los realistas, el libertador movilizó al
pueblo cuyano elevando la nación en
armas. El general reunió al conjunto de factores de la economía y de la
política, para dar contenido material al brazo armado de la independencia, que
fue el Ejercito de los Andes. Álvarez
Condarco fabricó pólvora en Mendoza y fray Luis Beltrán produjo piezas de
artillería. Buena parte de los uniformes del ejército se construyeron con lana
de la actual provincia de San Luis y con el trabajo desinteresado y patriótico
del pueblo cuyano.
San Martín saldrá desde Mendoza a
liberar Chile y luego Perú, para reunirse con Bolívar en Guayaquil culminando
con las últimas posiciones realistas en la América del Sur.
La forma de gobierno
Tal cual comentamos, buena parte de la
agenda del Congreso de Tucumán quedó abierta e inconclusa. Uno de los temas
importantes a debatir, fue el de la forma de gobierno. Belgrano conocedor de la
restauración absolutista que imperó en Europa, promovió una monarquía
constitucional. La propuesta intentó acercar a los pueblos originarios, ya que
la monarquía sería presidida por un Rey descendiente del Inca. La iniciativa que
era bien vista por figuras como San Martín, no consiguió el respaldo de otros
miembros del Congreso y quedó en el olvido. Finalmente, el país adoptó la forma
republicana y federal, con un ejecutivo nacional con grandes competencias.
La nación americana enfrentada y
dividida
Bajo presión inglesa y tristemente
para la suerte del continente, los patriotas no pudieron detener las guerras
internas y tampoco lograron consolidar la unidad territorial de las Provincias
de Sud América.
La dirigencia oligárquica de las
Provincias Unidas, le dieron la espalda a los destinos de América y el antiguo Virreinato
del Rio de La Plata quedó fragmentado entre la Argentina, el Uruguay, el Paraguay
y Bolivia.
Más allá de la decisión firme de
figuras como San Martín que se negó desenvainar
su sable en las guerras civiles o del motín del Ejercito del Norte en
Arequito de 1820, la oligarquía porteña y sus aliados británicos, fueron
convirtiendo a los ejércitos en policías.
El mandato de “patria chica” para enriquecer a la oligarquía, fue ganando
espacio entre un sector que acompañó la independencia. Estas posiciones
políticas favorecieron los enfrentamientos contra Artigas y habilitaron las futuras
internas entre los grupos unitarios y federales.
A casi dos siglos de la declaración de
la independencia política, nuestro país y el conjunto de los pueblos y los
gobiernos del continente, continúan luchando por emanciparse plenamente. Tal
cual quedó evidenciado en la detención del avión de Evo Morales, hoy, como
ayer, las potencias imperialistas se unen para avasallar a los
latinoamericanos. Luego de casi 200 años aprendimos la lección y es por ello,
que los presidentes Latinoamericanos reunidos en el Mercosur repudiaron enérgicamente
la actitud colonialista y manifestaron la solidaridad continental.
No hay comentarios:
Publicar un comentario