Aritz Recalde C.E.H.A. – julio 2009
El gobierno nacional no enfrenta simplemente a un “no muy auspicioso” desempeño electoral, sino que principalmente se opone a una acción deliberada y sistemática de construcción y de deformación de la opinión pública, ejercida por algunas corporaciones económicas y mediáticas, que tiene como finalidad -más allá de la verborragia del periodismo o de la dirigencia opositora- quebrar algunas de las políticas de contenido progresista implementadas por el gobierno nacional. Las corporaciones no discuten simplemente con el “temperamento”, la “ceguera” o la supuesta “soberbia” de Cristina Kirchner, sino que interpelan algunas de sus decisiones políticas y económicas: no les interesa “transparentar” la gestión del gobierno o incidir sobre sus aspectos negativos, que por cierto son muchos, sino que por el contrario, intentan dar por tierra con los logros del gobierno ligados a la distribución del ingreso, la política regional y la recuperación del patrimonio público. La indiferencia respecto a este estado de cosas implica para las organizaciones políticas:
A- El peligro potencial de apoyar programas políticos de corte autoritario;
B- Permitir el ascenso de programas regresivos para la estructura productiva y social del país;
C- Desconocer las funciones y la organización de la prensa argentina y sus vínculos, actuales e históricos, con los esquemas de poder trasnacional y concentrado;
Si querés leer el artículo completo presiona aquí
El gobierno nacional no enfrenta simplemente a un “no muy auspicioso” desempeño electoral, sino que principalmente se opone a una acción deliberada y sistemática de construcción y de deformación de la opinión pública, ejercida por algunas corporaciones económicas y mediáticas, que tiene como finalidad -más allá de la verborragia del periodismo o de la dirigencia opositora- quebrar algunas de las políticas de contenido progresista implementadas por el gobierno nacional. Las corporaciones no discuten simplemente con el “temperamento”, la “ceguera” o la supuesta “soberbia” de Cristina Kirchner, sino que interpelan algunas de sus decisiones políticas y económicas: no les interesa “transparentar” la gestión del gobierno o incidir sobre sus aspectos negativos, que por cierto son muchos, sino que por el contrario, intentan dar por tierra con los logros del gobierno ligados a la distribución del ingreso, la política regional y la recuperación del patrimonio público. La indiferencia respecto a este estado de cosas implica para las organizaciones políticas:
A- El peligro potencial de apoyar programas políticos de corte autoritario;
B- Permitir el ascenso de programas regresivos para la estructura productiva y social del país;
C- Desconocer las funciones y la organización de la prensa argentina y sus vínculos, actuales e históricos, con los esquemas de poder trasnacional y concentrado;
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